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La Guardia Civil dobla la vigilancia de las mujeres maltratadas en el medio rural

Más de mil mujeres requieren protección policial en Aragón por riesgo de violencia machista.

Eduardo Bayona

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La Guardia Civil ha duplicado prácticamente los efectivos destinados a la investigación de episodios de violencia machista y a la protección de las víctimas en el medio rural en Aragón en la última década, un periodo en el que el Cuerpo Nacional de Policía, que desarrolla esas tareas en ámbitos urbanos, ha reorganizado sus efectivos con un ligero refuerzo de los grupos de vigilancia mientras recortaba los dedicados a las pesquisas al tiempo que distribuía tareas en otras unidades.

Según las cifras ofrecidas por el Ministerio del Interior en su respuesta a una solicitud de información parlamentaria del senador de Compromís, Carles Mulet, que se había interesado por “conocer los datos sobre la evolución de los últimos 10 años de los efectivos de los cuerpos de seguridad del Estado destinados a la violencia de género”, entre 2013 y 2022 los policías destinados a ese cometido en Aragón pasaron de 49 a 38 mientras los guardias civiles crecían de 22 a 41.

Los datos del instituto armado no están desagregados por funciones de los agentes, mientras que los de la Policía reflejan un aumento de los efectivos dedicados a protección, los de las antiguas UPAP (Unidad de Prevención, Asistencia y Protección), en Zaragoza, donde en esos nueve años pasaron de diez a catorce, mientras Huesca y Teruel seguían, respectivamente, con los mismos cuatro y dos.

En cuanto a la dotación de los grupos de investigación, los SAM (Servicio de Atención a la Mujer) de hace una década, mientras el de Teruel crecía al pasar de dos a tres miembros, los de Zaragoza y Huesca quedaban reducidos a la mitad, de 23 a once en el primer caso y de ocho a cuatro en el segundo.

Refuerzo policial en el conjunto del cómputo

El volumen total de agentes aumentó en ese periodo, aunque con los avances concentrados en el instituto armado, que centra su tarea en la seguridad ciudadana de las zonas rurales y cuya plantilla efectiva pasó de 22 a 41 con crecimientos en las tres provincias: ocho en Zaragoza, otros tantos en Huesca y tres en Teruel.

El despliegue policial concentra los efectivos en la provincia de Zaragoza, con 43 de los 79 policías y guardias civiles destinados a tareas de investigación de agresiones y protección de víctimas. Esa plantilla prácticamente duplica a la de Huesca (23), que a la vez está cerca de hacerlo con la de Teruel (13).

“La violencia de género sigue siendo una lacra para nuestra sociedad”, señala en su solicitud de información el senador, que reclama “dotar a las autonomías de más efectivos para la lucha contra la violencia machista y para proteger a las mujeres y a sus hijos de los ataques de sus parejas o exparejas”, ya que “las afectadas y principales organizaciones denuncian que los medios siguen siendo insuficientes”.

No anda nada desencaminado Mulet, al menos en lo que se refiere a los datos de Aragón, donde, según los registros del Instituto Aragonés de la Mujer (IAM), al cierre del año pasado se encontraban abiertos 1.813 asuntos de violencia machista por los que 1.032 mujeres se encontraban bajo protección policial.

Más de mil mujeres requieren protección en Aragón

Esos registros, que siguen mostrando una tendencia creciente en ambos casos, superan con creces a los que se daban al comienzo del periodo, ya que en 2014, año en el que comienza la serie del IAM, el volumen de asuntos osciló entre 1.256 y 1.632 mientras que la cifra de mujeres bajo protección estuvo en una horquilla de 293 a 332.

Es decir, que los episodios de ataques, ya sean físicos o psíquicos, han aumentado en torno a un 50% en algo menos de una década mientras que el número de víctimas se ha triplicado con creces.

En ese escenario también se ha dado un claro aumento de la cifra de varones aragoneses encarcelados por asuntos de violencia machista, cuya trayectoria ascendente de los 119 de 2014 a los 174 de 2022 (+46% en ocho años) solo se vio interrumpida en 2020 y 2021, los años de los confinamientos y las restricciones a la movilidad y las actividades sociales por la pandemia, aunque la tendencia se recuperó el año pasado.

Con catorce mujeres y dos menores asesinados como consecuencia de agresiones de violencia machista en los últimos diez años, la situación de las víctimas de quince de los 1.813 casos que permanecían abiertos al cierre de 2022 estaba catalogada como de riesgo alto mientras que otra aparecía consignada como de nivel extremo.

Diez de los primeros estaban localizados en Zaragoza y los cinco restantes en Huesca. La mujer en situación extrema reside en la provincia de Teruel.

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