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'Tocilandia' asedia El Frago: una macrogranja pretende consumir diez veces más agua que sus vecinos

La demanda de agua de una cabaña como la prevista para la granja de lechones de Biel es similar a la de una población como Tauste.

Eduardo Bayona

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“Bebemos del Arba de Biel, y el río está seco. Este verano hemos tenido que aplicar restricciones. Y ahora se está priorizando que beban los 8.000 lechones de la granja de un señor por encima de un pueblo que está resistiendo y quiere salir adelante”, explica José Ramón Reyes, alcalde de El Frago, un pequeño municipio de las Cinco Villas (Zaragoza) cuyo modo de vida se ve amenazado por el último, o el enésimo, o quizás el hasta ahora enésimo último, conflicto que genera en el medio rural el despliegue de Tocilandia, el modelo de ganadería industrial que se está imponiendo en Aragón y que está devorando el modelo de explotaciones familiares que durante décadas ha resultado fundamental para mantener las rentas de las familias en los pueblos.

El río Arba de Biel, un corredor biológico natural que enlaza las sierras prepirenaicas con la depresión del Ebro, está declarado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) por su riqueza ambiental, que incluye seis tipos de hábitat (ribera alpina, pseudoestepa, bosque ibérico y de ribera, galerías ribereñas y encinares) en los que habitan siete especies protegidas de peces, reptiles e insectos y otras 32 de animales de interés.

Los riesgos que perciben en El Frago son claros. “La demanda de agua de esa granja equivale a la de Tauste”, una cercana localidad de 7.500 habitantes, “y cuando no haya agua ya sabemos de donde la van a sacar”, pronostica el alcalde, que añade a la percepción de esa amenaza otra que se centra en el medio hídrico: “tarde o temprano el purín que produzcan esos animales va a ir al cauce”, anota.

No sería la primera vez que ocurre en Aragón. El propio Gobierno autonómico, que ha llegado a admitir por pasiva los beneficios ambientales que conllevaría aplacar el despliegue de la ganadería industrial, asume que la densidad de la presencia de nitratos procedentes de los purines resulta excesiva en más de la sexta parte de los municipios de la comunidad (129 de 731).

Ese cuadro de saturación y contaminación también se está dando ya en 23 de los principales acuíferos de su territorio y en cuatro ríos, entre ellos el Arba de Luesia, cercano a El Frago, en el tramo que discurre desde que recibe al Farasdués hasta que desemboca en el Ebro.

“Lleva meses aprobado pero no nos habían dicho nada”

La amenaza viene de atrás, aunque en El Frago han tardado en enterarse de lo que se les viene encima si el proyecto, promovido por la empresa Servicios Integrales Garcés, vinculada al grupo Tecnyconta, acaba saliendo adelante. Ese grupo explota otra cuadra, en este caso de 3.000 madres, en la cercana Sierra de Santo Domingo.

Según indica la documentación disponible en el Registro de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), el Ayuntamiento de Biel, situado aguas arriba de El Frago en el Arba de Biel, se mostró favorable el 10 de marzo a conceder la “licencia de obras y actividad de la puesta en marcha de una explotación porcina de 8.000 cabezas de lechones”.

La macrogranja está proyectada en una parcela del paraje conocido como Albisuelo, ubicado en la margen derecha del río a más de cuatro kilómetros de Biel, aguas abajo, y que se encuentra unos nueve aguas arriba de El Frago.

“Lleva meses aprobado y desde el Ayuntamiento de Biel no nos han dicho nada”, explica el alcalde, que tuvo las primeras noticias al contactar la CHE con el consistorio dentro de la tramitación de los permisos para el pozo, durante el periodo de información pública de la solicitud de la concesión de agua del pozo.

Los cerdos consumirían diez veces más agua que los vecinos

El proyecto, en cualquier caso, depende de que salga adelante esa concesión, de una manera similar a lo que ocurrió, salvando las dimensiones y las magnitudes, con la de vacuno de Torralba, proyecto ante el que el posicionamiento de la CHE resultó clave para determinar la evaluación ambiental del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga), que en ese caso resultó ser negativa.

“Resulta imprescindible el alumbramiento de aguas desde un sondeo que permita asegurar la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficiente para servicio de la granja”, señalan los promotores en la documentación remitida al organismo de cuenca, al que le reclaman una concesión teórica constante de 0,91 litros por segundo (1,81 doce horas al día) para suministrar entre 9,5 y 10 litros por animal y día.

Eso supondría un volumen de 28.552 metros cúbicos por segundo, con una media de 78,2 diarios que prácticamente multiplica por diez de consumo urbano que generan los vecinos de El Frago, por donde la corriente superficial del río, cuyo caudal no ha pasado este mes de seis litros en Erla ni de ocho en octubre, lleva varios meses seca.

“Las necesidades de abastecimiento se limitan a las tareas de abrevadero y limpieza de los animales e instalaciones generales”, indica la solicitud, que explica cómo el proyecto de la granja incluye “un depósito regulador de 200.000 litros” que “una vez llenado” inicialmente “descargará agua a las instalaciones durante las 24 horas”, mientras que “se extraerá aguas desde el fondo de sondeo durante 12 horas diarias, suficientes para la recuperación”.

“Hemos de parar esto como sea”

“Tenemos que parar esto como sea, el Arba es de los pocos espacios naturales que nos quedan”, anota Reyes, cuyo consistorio prepara una reforma de la normativa urbanística para vetar la instalación de macrogranjas en el término.

“En 2017 éramos 27 vecinos y ahora somos 73, hemos logrado reabrir la escuela 32 años después, hemos conseguido que venga gente a vivir, hemos colocado nosotros la fibra óptica y hay gente que teletrabaja. No nos ha ayudado nadie”, añade. Hay 139 empadronados.

El ayuntamiento de El Frago ha pedido el amparo del Gobierno de Aragón “para impedir esta aberración” que “hipoteca nuestras vidas y desarrollo del pueblo, ya que nos limita un bien tan escaso como el agua y conociendo otras experiencias dadas, sabemos que va a contaminar los acuíferos y el río Arba de Biel, del cual nos abastecemos diariamente para agua de boca, riego, piscinas”, indica en una carta remitida al presidente, Javier Lambán.

“El agua que se sustrae del río Arba para dicha granja, deja de llegar a el pueblo de El Frago”, pronostica el alcalde, que le recuerda al presidente que la disponibilidad del recurso hídrico en El Frago “ya sin grandes extracciones es muy limitada y hemos tenido que racionarla”. “Sabemos con toda seguridad que con la construcción de este pozo nuestro pueblo como existe actualmente estaría abocado a la desaparición”, añade.

Los vecinos han iniciado una recogida de firmas y van a organizar mesas informativas en la comarca, mientras el ayuntamiento ha puesto en asunto en manos de sus abogados.

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