Lesboterroristas y botones

Alicia Rubio, diputada de Vox en la Comunidad de Madrid, ante la propuesta de Unidas Podemos de combatir el sexismo en las aulas, ha respondido que mucho mejor sería incluir costura como asignatura. Que coser un botón empodera mucho.

Yo no puedo estar más de acuerdo. Y bien lo sabían las mujeres de la Sección Femenina de la Falange. Coser además nos hará mejores mujeres, así como incluir la caza en los colegios generará mejores hombres. Nos complementaríamos a la perfección: podremos remendar los ropajes de nuestros machos cuando lleguen a la cueva, cansados tras un duro día de cuerpo a cuerpo con bestias salvajes.

Alicia Rubio, esta mujer que –bajo mi punto de vista– ocupa ahora mismo un lugar de hombres, la política, dijo también que “el feminismo es cáncer”. Y tanto que lo es, y como resultado tenemos anomalías en nuestra sociedad, como que ella no esté en su casa dedicándose a sus labores. Cierto es que dice muchas verdades, pero las mujeres tenemos que contar las verdades en casa y a nuestros hijos. Para decirlas en público ya están los hombres.

Sugirió esta mujer de dudoso recato que existe algo llamado “lesboterrorismo”. Es sonrojante que una señora de su edad hable como ella lo hace. Sabemos que existen personas desviadas en el camino del Señor, pero no puedes decir una palabra como “lesboterrorismo” mientras pierdes las formas ataviada con una camisa de leñador. Me produjo pudor. Como mujer temerosa de dios y persona de orden que soy, no pude sino ahogar un grito. Me confunde Vox y me confunde Alicia Rubio. Más aún ella, que escribió un libro llamado Cuando nos prohibieron ser mujeres... y os persiguieron por ser hombres.

Esperaba más de ella teniendo en cuenta lo claro que tiene las capacidades de unos y otras, y la clara separación que hace entre hombres y mujeres. ¿No es ella la primera que está usurpando un lugar a los hombres al subir a ese estrado en vez de cuidar de sus vástagos? ¿No es ella quien está siendo incoherente al dedicarse a la política, censurando a las mujeres antes del feminismo? ¿No es ella quien está cobrando un sueldo sin permiso de su marido? ¿Cómo puede criticar al feminismo y luego aprovecharse de cada una de las barbaridades que ha conseguido? Por cada Alicia Rubio que hace aspavientos en el Congreso hay un hombre sumiso cosiendo botones. ¿Es esta la sociedad que quiere Vox?

No puede una sino maldecir el feminismo que ha conseguido que hasta los partidos más solemnes y serios de España confundan roles y cualidades, poniendo a mujeres a gritar como energúmenas en público y en nombre del partido y a hombres regios que las escuchan callados, probablemente hasta perfumados. Si no paramos esta ideología de género que todo lo pudre, acabaremos con una sociedad donde nosotras seremos indistinguibles de ellos. Donde no habrá normas por sexos, no habrá papeles que desempeñar, donde ellos no se sentirán en la obligación de ser los verdaderos proveedores de las casas y nosotras creeremos que tenemos más facetas que la de madres.

Vox tampoco nos sirve a las personas de bien: necesitamos un partido coherente, que no se valga de las consecuciones de la lucha feminista para pelear por el poder. Necesitamos un partido que se deshaga de todas las victorias del “cáncer” que es el feminismo y parta de la verdadera esencia que tiene una sociedad de verdad.

Que nos dejen ser mujeres a las mujeres, que nos dejen coser botones, y que nadie persiga a los hombres, ni por supuesto le quiten espacio de palabra y trabajos que les pertenecen.

Escucha el último programa de Radiojaputa

Cada lunes, una nueva entrega de Radiojaputa, en eldiario.es.