Hola.
Agarra un café y vamos al lío. ¡Buenos días!
El independentismo no está dispuesto a dejar de ser un agente del caos para la política española. Dos meses después de anunciarse el acuerdo para la ley de amnistía, Junts y ERC han presentado enmiendas a esa misma ley en el Congreso. No ha cambiado nada desde entonces, pero ahora cobra sentido algo extrañísimo que ocurrió entonces a última hora cuando los partidos fueron a registrar en el Congreso el texto acordado: formalmente, solo iba firmado por el PSOE.
¿Qué es lo que quieren cambiar ERC y Junts dos meses después de haber dicho que estaba todo bien? Pues el párrafo que excluye de la amnistía aquellos delitos de terrorismo con sentencia firme. Consideran que los jueces pueden forzar la interpretación para acabar encausando a los líderes relacionados por las protestas de los CDR y Tsunami, incluido el propio Puigdemont. Lo quieren quitar del todo. Que se amnistíe todo y punto. Hay otros puntos donde proponen enmiendas, pero son más técnicos. Todo aquí.
Como todo en la vida, hay otra manera de verlo: en realidad no había acuerdo para la ley de amnistía, pero los partidos independentistas prefirieron dar luz verde a la investidura de Sánchez, y seguir negociando ahora en el Congreso, que pulsar el botón de la repetición electoral.
Y hay una tercera forma de verlo: todo esto es un mero paripé de Junts y ERC para rascar algo más y quedar bien con los suyos, porque no se pueden permitir votar en contra de la ley ni dejar caer al Gobierno antes de que la apruebe.
En fin, ya veremos.
La noticia más indignante de las últimas horas es, en realidad, una victoria para el agraviado. Seguro que te acuerdas de Alberto Rodríguez, diputado de Podemos que perdió su escaño por una sentencia judicial durísima del Tribunal Supremo que lo inhabilitaba como representante público. ¿Por qué? Por darle una patada a un policía en una manifestación. ¿Qué testigos hay? Ninguno. ¿Qué pruebas había? Ninguna, solo la palabra del policía. El Congreso acató la sentencia y expulsó a Rodríguez de su escaño por Canarias. Hicimos un podcast sobre aquella historia. Bueno, pues el Tribunal Constitucional acaba de decir que todo aquello fue absolutamente desproporcionado y anula la sentencia del Supremo. Eso no significa que pueda recuperar su escaño. Hemos cambiado de legislatura, reparto nuevo, ya es demasiado tarde.
Próximo objetivo: activistas climáticos. Y, hablando de persecuciones judiciales y represión desproporcionada, hoy en el podcast hablamos de activismo climático, que tiene pinta de convertirse en el nuevo objetivo conforme van aumentando la contundencia de sus protestas. La Policía ha detenido a 22 activistas de una organización ecologista por sus protestas en museos y cortando carreteras. Les acusan de “organización criminal”.
Hasta aquí llegamos por hoy.
Un abrazo,
Juanlu.
Sobre este blog
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