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El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

El #AmazonMassRescue se salda con medio centenar de detenidos

Una activista en defensa de los animales es detenida durante la protesta frente a la granja avícola McCoy Poultry Services, que suministra a Amazon Fresh, empresa de distribución de alimentos subsidiaria de la multinacional estadounidense.

Dani Cabezas

McCoy Poultry Services es una de las más importantes granjas avícolas de la ciudad californiana de Petaluma, a 60 kilómetros de San Francisco. Una explotación ganadera de 13 hectáreas (unos 130.000 metros cuadrados) de cuyas instalaciones salen los pollos que suministran, entre otros, a Amazon Fresh, empresa dedicada a la distribución de alimentos subsidiaria de la todopoderosa multinacional estadounidense.

Pese a venderse en Amazon como “gallinas de corral procedentes de la ganadería ecológica”, en lo que va de año la granja ha sido escenario de tres protestas protagonizadas por grupos de defensa de los animales. Los activistas han documentado en vídeo las condiciones extremas de hacinamiento del lugar: los animales sufren desnutrición y deshidratación por la falta de acceso a comida y agua potable, quemaduras de amoniaco por tener que vivir entre desechos y la rotura de sus extremidades por el constante pisoteo. En las imágenes pueden verse pollos muertos, moribundos o gravemente enfermos.

Ante la pasividad de las autoridades y el caso omiso por parte de Amazon a las denuncias, el pasado sábado unos 150 miembros del colectivo Direct Action Everywhere (DxE), con base en Berkeley (San Francisco), se desplazaron hasta las instalaciones de la granja con un idea en mente: rescatar a algunos de esos animales y atenderlos en un pequeño hospital de campaña que llevaron consigo.

La acción, bautizada como #AmazonMassRescue y retransmitida en directo a través de su página de Facebook, no logró su objetivo: los activistas rescataron a seis pollos, pero los responsables de control animal del centro acabaron en el acto con la vida de cinco de ellos. El único que sobrevivió fue trasladado a un santuario poco antes de que se desatara la tensión con los agentes de policía desplazados al lugar: 67 activistas fueron detenidos, de los que 51 quedaron en libertad al día siguiente tras depositar una fianza de 20.000 dólares cada uno, que suman, en total, 1,3 millones. Están acusados de un delito grave de robo y conspiración.

Los miembros de DxE aseguran que la ley está de su parte: se amparan en un artículo del código penal californiano, el 597e, que permite a cualquier ciudadano acceder a una propiedad privada en caso de que en su interior se produzca una situación de maltrato continuado. Una realidad que, a juzgar por las imágenes gravadas en McCoy Poultry Services, no deja lugar a dudas.

“Estas aves son criaturas vivas, no cosas, pero Amazon y otros grandes mayoristas las tratan como meros recursos”, explican desde Direct Action Everywhere. “No vamos a parar de rescatar animales, pues es nuestro derecho y nuestra obligación ética”, añaden.

“El movimiento por los derechos de los animales está creciendo de manera imparable en Estados Unidos”, cuenta a El caballo de Nietzsche Almira Turner, una de las portavoces de Direct Action Everywhere, desde las puertas del juzgado. “Ese es el motivo por el que la represión también se está incrementando, como ocurre con otros movimientos sociales”.

Y es que, en EEUU, ser activista es jugarse la libertad. En 2016, El caballo de Nietzsche entrevistó a Amber Canavan, quien entró en prisión por grabar las miserables condiciones de vida de los patos y rescatar a dos de ellos en una granja de foie-gras de Nueva York. Y aunque su paso por la cárcel fue de sólo 45 días, algunos Estados del país castigan con penas de hasta 30 años de prisión grabar o fotografiar dentro de una granja o matadero. Webs como Animal Liberation Press Office recopilan puntualmente datos de todos los activistas encarcelados en el país por acciones similares.

La guerra de la industria cárnica contra los activistas viene de lejos. En 1982, Ron Arnold, vicepresidente del Centro para La Defensa de la Libre Empresa, dejó muy clara su postura en una entrevista con The New York Times. “Hemos creado un sector de opinión donde antes no existía. Nadie pensaba que el ecologista fuese un problema hasta que llegamos nosotros. Nuestro objetivo es destruir y erradicar el movimiento. Vamos muy en serio”.

Igualmente en serio se lo toma el gobierno del país. El FBI califica a los grupos de liberación animal como terroristas, y los considera la principal amenaza a nivel interno. Bajo la denominación de “ecoterrorismo”, engloba a los grupos ecologistas y animalistas que, según datos del propio FBI, causaron entre los años 2003 y 2008 daños por valor de unos 200 millones de dólares.

“EEUU es uno de los países donde la militancia en defensa de los animales tiene un recorrido histórico mayor”, explica Aitor Garmendia, activista conocido por su trabajo como Tras los Muros. “Además, el movimiento no se ha quedado en meras campañas de concienciación, sino que ha ido más allá. El Frente de Liberación Animal ha saboteado infraestructuras y ha llevado a varias empresas que se lucran con la explotación animal a la bancarrota, ha liberado a miles de animales de centros de cría, de laboratorios y de granjas, y ha obtenido información secreta que ha sido presentada a los medios de comunicación”.

Garmendia pone en valor la labor de los activistas. “Gracias a que trabajan de forma encubierta, generalmente con la ayuda de una cámara oculta, se ha conseguido un material gráfico que está dejando a la industria cárnica en entredicho, mostrando la violencia sistemática a la que son sometidos los animales en sus instalaciones”.

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El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

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