“Recomiendo a las personas que se relacionen más con los animales”

El biólogo y veterinario Juan Capote con su libro.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Su existencia está unida a los animales desde que vino al mundo. El biólogo y veterinario Juan Capote (Santa Cruz de La Palma, 1953), una autoridad mundial en ganado caprino, acaba de publicar La huella de los animales, un libro que recoge una veintena de relatos sobre animales que han marcado su vida. Los textos, ilustrados por el artista Miguel Ángel Birto, fueron inicialmente publicados en La Palma Ahora bajo el epígrafe Huella animal. “La vida me concibe a mí siempre con animales porque desde que nací estoy rodeado de ellos y así sigo”, asegura en una entrevista con este digital. “El nivel cultural de una sociedad se mide por el trato que da a los animales”, subraya. 

-¿Se entiende mejor con los animales que con los humanos? 

-No. Me relaciono con cada uno en su medida, con los animales intento comprender el comportamiento y el carácter de cada especie, incluso de cada raza, y con las personas, de entrada, trato de entender a cada una con una mentalidad abierta y positiva, luego ya veremos... 

-¿Qué le han enseñado los animales? 

-Muchísimas cosas. Desde el punto de vista afectivo, de la comunicación y, por supuesto, desde el punto de vista profesional. Son mi vida, porque he desarrollado mi carrera profesional estudiándolos. 

-Está considerado una autoridad mundial en ganado caprino pero solo un relato está protagonizado por una cabra. 

-Sí, y es el relato en el que menos relación personal tengo con el animal porque es difícil relacionarte afectivamente con animales que son parte de tu trabajo. En estos casos, esa relación es difícil, incluso creo que poco saludable. Hombre, a algunos animales les coges cariño. ¿Quién no se derrite delante de un cabrito que has criado con lactancia artificial y te busca para jugar? Pero claro, con un rebaño tienes que hacer lo que hace el cabrero: conocer las cabras, saber dirigirlas, cuál es la que manda… La relación que establece el cabrero profesional también es un poco aséptica, se relaciona más con el perro que con las cabras. 

-¿Cree que los humanos se relacionan poco con los animales? 

-Sí, la sociedad actual se relaciona muy poco. Estamos en una época en la que muchos niños creen que la leche sale del frigorífico. Hay una serie de terapias con animales muy beneficiosas para personas que padecen determinadas enfermedades, pero considero que los ciudadanos en general también deberían realizarlas como un paso más hacia una educación integral. El indicador cultural de una sociedad se mide por el trato que da a los animales. 

-Muchos le han dejado huella… 

-Por su puesto, me he relacionado con una serie de animales que a me han marcado absolutamente, incluso físicamente, porque alguna herida me he hecho al caerme de un caballo. Sorprende que con una rata blanca -que incluyo en otros de los relatos-, con una cosa tan pequeña, puedas establecer una relación afectiva y ahora esté dentro de tus nostalgias. Estos animales van marcando tu vida, moldeando tu carácter y haciéndote más maduro. 

-¿Alguno le ha marcado especialmente? 

-El libro lo dice todo. Son 20 relatos y 17 animales, porque cuatro relatos son de un mismo animal, El Grillo, un caballo que me dio muchas satisfacciones, también muchos leñazos porque me tiró ocho veces antes de poder hacerme con él, pero cuando ya estuvo domado fue un animal excepcional, maravilloso, y tuvo un final desgraciado. Todavía lo echo de menos. 

-¿Cómo surgió este bestiario? 

-Como muchas cosas, espontáneamente, y después se plasman. Eso me pasa también con mi papel de investigador. La mayoría de las investigaciones han salido de una conversación, incluso en momentos que tienes ganas de irte de fiesta y te sale un trabajo. Esta obra surgió porque tuve la satisfacción de ser nombrado el año pasado colegiado de honor del Colegio de Veterinarios y le pidieron a mi hermana dos fotografías de cuando yo era pequeño. Una es casualmente con un caballo parecido a la antigua jaquita canaria y la otra con un pastor garafiano, dos razas autóctonas. Las puse en el Facebook de las razas autóctonas canarias con un texto explicativo que al final me salieron dos relatos. Hablé con La Palma Ahora y decidimos publicar una serie de artículos con el epígrafe Huella animal. Pero desde el primer momento tenía la intención de hacer un libro. 

-Y el artista Miguel Ángel Brito se encargó de las ilustraciones. 

-Michel es, ante todo, un gran amigo, además, a los dos nos gustan mucho los animales y compartimos la afición por las palomas mensajeras, pero a mí me parece un gran pintor, aunque no soy un experto, pero apoyo mi opinión en personas que sí saben de pintura. Espero que este libro sirva para prodigar un poquito más su arte, para que exponga y podamos disfrutar de su obra. 

-¿Necesitaba transmitir algún mensaje? 

-No tengo pretensiones literarias con el libro. Lo que quiero es que mis amigos se diviertan leyéndolo, que lo pasen bien, y también que se entristezcan con algunos relatos, pero que los disfruten. No tiene la intención de enviar ningún mensaje específico, aunque sí hay uno, sin que yo lo haya pretendido, y es que da cuenta de lo que se puede disfrutar de un ser vivo, que es de otra especie pero que puede comunicarse con la tuya. No escribí con esa intención, pero, obviamente, el lector capta ese mensaje. 

-¿Se ha quedado fuera algún animal importante en su vida?animal importante en su vida 

-Es posible, pero el libro salió así y creo que el número de 20 relatos es adecuado. No quise forzar, buscar por buscar, sino escribir sobre lo que iba saliendo. De hecho, el último fue el de la cabra, porque pensé que tenía muchos relatos y ninguno de cabras, pero quizás es el menos entrañable, una historia simpática de una cabra.

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