Tú imagínate

Tú imagínate que eres un inglés de poder adquisitivo más que mediano que te han dicho que Canarias es un lugar hermoso, seguro, un paraíso para el turismo de familias y con una relación óptima en calidad precio de planta hotelera. Y es en gran parte verdad, pero resulta que tú viajas con una maleta segura, de Samsonite para arriba, y tan confiado vas que dejas dentro un reloj de alta gama, joyas o dispositivos de gran valor, o simplemente ropas o bolsos, etc., de marca, y que cuando llegas a tu hotel, feliz de por fin estar en un lugar soleado, tranquilo, en una habitación superconfortable, vas y abres tu maleta y ves que te faltan alguno o todos esos artículos arriba citados. Pues  bien, este comentario está basado en un hecho real, pues que yo sepa en el momento que con gran tristeza y tremendo swing escribo estas líneas ya hay detenidos catorce trabajadores de uno de los principales aeropuertos de las islas acusados de haber substraído de las maletas de los ilusionados y luego desilusionadísimos viajeros objetos por valor hasta ahora de al menos dos millones de euros, en una red perfectamente organizada de cacos, eso hay que reconocérselo, que operaba con una eficacia que ojalá tuviéramos todos en nuestras tareas, pero tanto va el cántaro a la fuente que las denuncias frecuentes de los turistas hicieron que las fuerzas de seguridad investigaran y se descubrió el pastel. Tú imagínate ahora que eres unos de esos trabajadores y ahora te dices a ti mismo: “Pero cómo pude pensar que esto iba a salir bien, como pude pensar que nadie se iba a enterar de esto y que tendríamos que suspender la cena de Navidad en que pensaba pedir matrimonio a Pepita con tremendísimo swing ofreciéndole el anillo de oro y diamantes que pedí prestado para siempre en aquella maleta Samsonite de alta gama. Imagínate tú la que me va a caer encima”. En fin, tú imagínate.