En las entrañas del archivo de Juan Negrín para combatir la desinformación sobre la II República

El presidente de la Fundación Juan Negrín muestra un baúl con archivos y documentos recién llegados de París. (ALEJANDRO RAMOS)

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Libros de Ciencia, Economía y otros saberes completan desde hace unos días el extenso archivo de Juan Negrín, último presidente del Gobierno de la II República antes del fin de la Guerra Civil y el exilio. Se trata de documentos que permiten dibujar al personaje singular que fue para la historia de Canarias y del conjunto de España. José Medina, presidente de la Fundación que lleva el nombre de este político y médico de Las Palmas de Gran Canaria navega entre cajas y cajas de documentos mientras muestra los ficheros en los que se describe qué hay en cada uno de esos recipientes. Entre tanto, incluso muestra una especie de lavaplatos de manivela de la época o un baúl repleto de libros y más escrituras. Se trata de auténticas reliquias que han sobrevivido hasta a tres guerras y que han acompañado a la familia Negrín en el exilio. “Salieron por los Pirineos en 1939 y han llegado por el lugar más al sur de España”, apunta Medina. El archivo se amplía poco a poco, pero en él ya podían encontrarse documentos cruciales del Gobierno de la II República que en ocasiones han sido objeto de manipulaciones por el franquismo, como la contabilidad del llamado oro de Moscú, cuyos mitos a su alrededor ya ha desmontado el historiador Ángel Viñas

Medina recuerda que Negrín era un socialdemócrata y que por ello guardaba cada documento para dar cuentas al Congreso. Por ello, cuando falleció, se llegó a entregar a Franco la contabilidad de ese oro que el Gobierno de la República depositó en Francia durante la Guerra Civil y cada papel que justificaba estos movimientos. En los archivos, gran parte de ellos digitalizados, es posible comprobar las aspiraciones de ese gobierno por incrementar el número de escuelas o de centros de salud en zonas rurales. Los documentos de contabilidad que atesora la Fundación reflejan que la lucha contra la tuberculosis, fiebres palúdicas y otras enfermedades contagiosas eran algunas de las preocupaciones centrales del gobierno de la Segunda República, también durante la Guerra Civil. Los investigadores pueden hacer uso de los recursos de la Fundación, que hablan del personaje, de la República e incluso de la familia de Negrín y las relaciones de su padre con empresas del Puerto de La Luz. “Es también la historia de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria”, añade. 

Fue su condición de médico ilustre (acabó la carrera con apenas 20 años en Leipzig, Alemania), sus estudios de Economía y de Química lo que le llevó primero a incorporarse al laboratorio de Fisiología General en Madrid y después a ser aclamado por la agrupación socialista de Las Palmas para que se presentara como diputado por la provincia. Así, Negrín ingresa en 1929, durante la Dictadura de Primo de Rivera, en el Partido Socialista Obrero Español y durante la República será elegido diputado tanto en 1933 como en 1936. Antes (en 1922) había sido nombrado secretario de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Madrid –la actual Complutense– y en la Fundación aún se encuentran sus borradores a mano sobre la reestructuración de esta carrera y el diseño sobre qué asignaturas debían cursarse. 

Negrín fue designado ministro de Hacienda, pero la Sanidad era una cuestión tan crucial que estaba integrada en el propio Ministerio de la Gobernación. “Esto significa que la Sanidad era un problema de primer orden”, remarca. En la lista por Las Palmas iba otro diputado que sería clave en este propósito, Marcelino Pascua, médico canario que después sería director general de Salud. Medina explica que paralelamente en esos años se había producido el crecimiento del puerto y de la población canaria que se trasladaba hasta el barrio de La Isleta a trabajar y que era una zona con problemas de alcantarillado y otras cuestiones, por lo que se produjeron epidemias que había que enfrentar en aquel momento. 

Los discursos premonitorios

La Fundación Juan Negrín divulga entre otros contenidos algunos de los discursos más destacados del político y médico canario, donde vaticinaba una nueva gran guerra o la II Guerra Mundial, recordando que España era solo el primer acto de la conflagración mundial. Unos discursos en los que hablaba del auge de los regímenes totalitarios. “Nuestra gente se ha batido siempre sin descanso; pero nuestros medios de defensa eran exiguos. La no intervención creábanos (sic) cada día nuevas dificultades, mientras Alemania e Italia volcaban en la zona insurrecta cantidades inimaginables de material. Con heroísmo desarmado no se puede ofrecer resistencia eficaz. Esa ha sido la causa de nuestros pasados infortunios. No otra”, destacó en el discurso por radio pronunciado desde Figueras (Girona). 

“Nuestro Ejército no está deshecho; está cansado y en momentos abatido quizás, ante la insuficiencia de sus elementos de combate; pero conserva el espíritu y su moral, que mis palabras vigorizarán”, continúa ese discurso de Negrín del 29 de enero de 1939. No se daba por rendido, a pesar de la caída de Barcelona y casi toda Catalunya, y así puede apreciarse en otros rescatados como Mensaje a la democracia norteamericana que fue publicado en La Vanguardia el 1 de enero de 1939 o la carta que Negrín escribe al presidente Roosevelt, también en enero de ese mismo año. 

Medina señala que desde la Fundación se trata de acercar a los escolares que vienen a visitarla a estos contenidos históricos, de los que hay miles y miles de documentos. En la exposición permanente puede apreciarse algunas de las figuras que destacaron durante la llamada Edad de Plata (primer tercio del siglo XX), pero también textos escritos por Negrín cuando apenas tenía 14 años, sus notas en el colegio, que ya preveían por su inteligencia que acabaría siendo alguien relevante. Su máquina de escribir o los libros que se han ido publicando de su figura, muchos después de la inauguración de esta sede ya que durante décadas fue desconocido por gran parte de la población por el oscurantismo y el silencio que procuró el franquismo que se arrojara sobre esta etapa de la historia. El presidente de la fundación sí celebra, no obstante, que cada vez sea más reconocido y que incluso uno de sus textos se haya estrenado como motivo de pregunta en el examen de la EBAU. 

A finales de este mes de marzo su nieta Carmen Negrín, presidenta de honor de la Fundación, estuvo en Las Palmas de Gran Canaria durante la entrega de los más de 8.000 volúmenes de una parte de la biblioteca de su abuelo. Unas cajas que llegan desde París y que han sobrevivido al traslado desde Leipzig (donde Negrín estudió) a Canarias, de ahí a la frontera con Francia, a donde la familia se exilió. “Son libros que llevaban mucho tiempo sin que se usaran y sin que se abrieran. Espero que los vuelvan a usar para estudiar la historia de la medicina o la economía. Dan una idea bastante precisa de su dueño y tienen el mismo recorrido que él, viajando entre Francia, España, Alemania e Inglaterra”, señaló en unas declaraciones a la agencia Efe, donde mantuvo el compromiso de que cuando ella muera entregará otros 6.000 ejemplares que posee en su casa. 

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