Imputado por mantener en malas condiciones a los animales de una granja con 500 cabezas de ganado bovino
El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de la Comandancia de Las Palmas imputó el pasado 18 de octubre al responsable de una explotación ganadera como presunto autor de un delito de maltrato de animales domésticos al mantener en malas condiciones a los animales de una granja de Gran Canaria que cuenta con más de 500 cabezas de ganado bovino.
Según informa la Benemérita, los agentes, en labores de vigilancia de conservación de la naturaleza, medio ambiente y sanidad animal, se desplazaron el 30 de septiembre a la explotación, donde comprobaron una serie de irregularidades en las medidas de higiene, alimentación, así como también de carácter administrativo en el correspondiente Libro Registro.
De esta manera, detectaron doce unidades de ganado -10 vacas y 2 terneros- con signos evidentes de malnutrición con prominencia de costillas y huesos pélvicos, así como escasa cobertura de grasa y masa muscular, y en algún caso con heridas o úlceras superficiales.
Mientras, las instalaciones donde se guarda el ganado están techadas parcialmente, por lo tanto expuestas a las condiciones atmosféricas, y además se constató como en la zona de descanso o 'cama' del ganado había un gran nivel de humedad por la acumulación de orín, excremento -en algunas zonas con más de 70 centímetros de profundidad-, derrames líquidos por averías en los bebederos o por la lluvia.
Proliferación de insectos
El SEPRONA también constató una gran proliferación de insectos, principalmente mosca, presente tanto en los animales como en la comida de los mismos, como en las restantes instalaciones.
Debido a estas condiciones muchos animales presentaban las extremidades húmedas, además de cojera, presentando asimismo un crecimiento desproporcionado de las pezuñas -un mínimo de 15 ejemplares-, lo que conlleva en la mayoría de los casos que las vacas se autolesionen al acostarse o levantarse.
En la zona acotada para terneros jóvenes los agentes apreciaron jaulones de dimensiones apreciablemente reducidas, aparte de presentar gran suciedad, derrames de excremento y orina y proliferación de insectos en bebederos y comederos.
Por otro lado, en base al análisis del preceptivo Libro-Registro de la explotación, se pudo comprobar la muerte de 18 ejemplares desde el pasado mes de enero; sin embargo en el citado documento no se reflejaba causa o motivo alguno del fallecimiento, aspecto de obligado cumplimiento según la normativa sanitaria en vigor.