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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Depurar la demanda y mejorar la productividad de los médicos: retos del PP para acabar con las listas de espera en Cantabria

Personal sanitario durante una cirugía en el Hospital Valdecilla.

Javier Fernández Rubio

Santander —

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Más de un millón de consultas en una población de 500.000 habitantes, un 35% de pacientes 'absentistas' que no acude a las citas médicas, 1.700 fallecidos en lista de espera y 7.000 personas pendientes de cita que los gestores no saben para qué y cuyos historiales clínicos han de ser revisados uno a uno. El plan integral de la Consejería de Salud de Cantabria para reducir las listas de espera quirúrgica, de consulta y diagnóstica a su mínima expresión está basado en mejorar la productividad del sistema, y en especial de los médicos, en su jornada de mañana, recuperar los incentivos de productividad variable, en función de la actividad que desempeñen, y derivar pacientes a la sanidad privada de forma complementaria para 'domesticar' la cola de cántabros a la espera de ser tratados.

La contratación de personal que pueda derivarse del plan irá más encaminado a cubrir las necesidades de la Atención Primaria. Geográficamente, la prioridad será Laredo, cuyo hospital tiene un gran impacto sobre el incremento de las listas, por lo que se van a consolidar plazas mediante incentivos en consultas y “en breve” se inaugurarán los quirófanos. Para el Hospital Sierrallana de Torrelavega también habrá incentivos aunque su carácter va más allá del ámbito comarcal.

Así lo ha explicado el consejero de Salud, César Pascual (PP), que ha esbozado este martes en el Parlamento de Cantabria el plan que pretende en tres años desbrozar la ingente masa de pacientes a la espera de ser atendidos, 18.000 a la espera de un quirófano. Pascual ha dedicado la mayor parte de su comparecencia, pedida por el PRC, a explicar cómo ha habido que redefinir primero los listados, dado que se ha encontrado con grandes deficiencias de confección de las listas, cuya responsabilidad ha atribuido a quienes las elaboraban y sus responsables políticos.

“En los últimos años, no ha habido una adecuada gestión de las listas de espera, centralizada y alejada de la gestión de los centros hospitalarios, cuando son los profesionales los que las puedan mejorar: no ha habido herramientas de gestión y la capacitación de los profesionales no ha sido la adecuada para la gestión de registros. Además, los quirófanos de Laredo y las endoscopias del Hospital Valdecilla no han funcionando”, ha descrito el consejero cántabro. 

La oposición le ha recibido con críticas, dado que ha considerado que está siendo ninguneada a la hora de recabar la información, reprochándole al consejero que no compareciera por iniciativa propia y que, transcurrido más de medio año de su anuncio de un pacto sobre sanidad en la comunidad autónoma, este aún no esté. “Se adelantaron”, ha sido la justificación de Pascual sobre lo primero. Sobre lo segundo, ha desviado el tiro hacia los sindicatos: hay elecciones. “Los pactos no dependen de uno, sino de todos los que deben pactar, y soy consciente de que hay elecciones sindicales. Espero que este trimestre podamos tener noticias”.

El plan se focaliza sobre la actividad ordinaria, sin ampliar conciertos. De este modo, Pascual ha defendido su planteamiento de mejorar la actividad asistencial de la mañana y engrasarla con complementos de productividad variable, algo que no se hacía desde hacía 14 años y que se pactará ahora en mesa sectorial.

Según su relato, las listas de espera han estado escalando durante los últimos ocho años. Los nuevos gestores de la Sanidad de Cantabria han considerado su plan como una reforma 'estructural', cuya aplicación en el próximo trienio se modulará para no vestir un santo desvistiendo a otro. “Conforme mejoren las listas en diagnóstico y consulta aumentará la quirúrgica: por eso hemos modulado la actividad asistencial, para que la reducción de todas esté armonizada”, ha explicado el consejero.

El Plan y su desarrollo

De esta forma, el Gobierno de Cantabria que preside María José Sáenz de Buruaga (PP) invertirá a lo largo de los próximos tres años cerca de 65 millones de euros en el desarrollo del Plan Integral de Reducción de las Listas de Espera, un proyecto que contempla dedicar hasta 10 millones de euros a pagar incentivos a los profesionales sanitarios por su productividad, más de 20 millones para derivar pacientes a la sanidad privada a través de convenios y 4,5 millones en inversiones directas.

El objetivo final no es otro que disminuir drásticamente el número de ciudadanos pendientes de atención y alcanzar en 2026 una media de 80 días para las intervenciones quirúrgicas, 40 días para las primeras consultas y 30 días en el caso de las pruebas diagnósticas. Para conseguirlo, la Consejería deberá realizar en los próximos tres años 24.100 intervenciones quirúrgicas, 61.000 consultas y 71.000 pruebas más de las que se realizan en la actualidad.

Pascual ha desglosado el presupuesto del plan, indicando que el capítulo uno dedicado a los profesionales abarca el 30%, ampliable hasta el 47% con los cinco millones adicionales por año. El capítulo dos, ha comentado, significa un 46% del presupuesto y el capítulo seis de inversiones un 7%.

En cuanto al desarrollo del Plan, el consejero de Salud ha indicado que se articula en una serie de líneas estratégicas que incluyen diferentes medidas.

La primera de ellas es mejorar la organización y la gestión, con cinco medidas relacionadas con el seguimiento estructurado de las listas de espera, el análisis de la demanda y la oferta asistencial que pueden dar los hospitales, el establecimiento de un registro unificado de lista de espera que actualmente no existe en Cantabria, el registro y codificación adecuada de los pacientes en lista de espera y la determinación e identificación mensual de la población diana con nombres y apellidos.

La mejora de la organización institucional centra la segunda línea estratégica, incluyendo la mejora de la organización de la gestión de listas de espera mediante la centralización en los servicios de admisión, y la mejora de los registros, los sistemas de información y la gestión administrativa.

La tercera línea estratégica se refiere a la actividad y contempla como medidas: definir los criterios de indicación y priorización, contar con un instrumento común de gestión de listas de espera quirúrgica, elaborar un catálogo centralizado de procedimientos quirúrgicos priorizados, definir los procesos graves que deben contar con protocolos o guías clínicas específicos, potenciar la cirugía mayor y menor ambulatoria, protocolizar los procesos preoperatorios y adaptar los consentimientos informados a la normativa.

La cuarta línea estratégica es sobre optimización y eficiencia en el uso de los recursos sanitarios públicos disponibles, con medidas como el análisis de las suspensiones quirúrgicas para saber las intervenciones que se suspenden y sus causas, la ampliación de la jornada de actividad quirúrgica efectiva a jornada ordinaria y la optimización del equipamiento y las infraestructuras quirúrgicas.

La optimización de la hospitalización quirúrgica; la participación de Atención Primaria en cirugía menor ambulatoria; potenciar los programas de cirugía menor ambulatoria que pueda hacer la atención primaria; la implantación de sistemas de retribución variable por cumplimiento de objetivos; y la implantación de pactos de gestión en todos los centros, son otras medidas de esta cuarta línea.

La mejora de la gestión de información de las listas de espera centra la quinta línea estratégica, contando con un catálogo centralizado y protocolos administrativos para elaborar las agendas de consultas externas y pruebas diagnósticas.

La sexta línea estratégica es la adecuación de la demanda y la optimización de los rendimientos de consultas y pruebas. Dentro de las medidas figura la actuación sobre la variabilidad clínica injustificada en consultas y pruebas diagnósticas; optimizar y mejorar la eficiencia de los recursos, establecer un sistema de retribución variable para favorecer la accesibilidad, el establecimiento de criterios de seguridad y eficacia en la asistencia y el impulso de un nuevo modelo de atención y gestión ambulatoria en consultas y en pruebas diagnósticas que permita potenciar la consulta de acto único, entre otros aspectos.

La mejora de la gestión clínica y la complementariedad de los centros concertados y la de garantía de información a los ciudadanos sobre las listas de espera recogen las dos últimas líneas estratégicas.

Históricamente, las listas de espera experimentan un incremento fuerte en el segundo semestre del año, con la salvedad de que en 2023 se ha introducido una distorsión al aplicarse los criterios ministeriales para corregir las listas de espera. A 31 de diciembre de 2023 había 18.505 en lista de espera quirúrgica, cuando en agosto eran 16.067 pacientes. Pascual ha atribuido este 'salto' a la citada corrección al alza de los datos. En todo caso en los segundos semestres de años precedentes también se produjeron incrementos (2000 personas en 2021, 1.700 en 2022, y 1.245 en 2023.

En cuanto a los tiempos de demora, cifrados en 173 días a final de año y su evolución corre pareja, aunque con retraso, sobre el descenso de la lista de paciente. 

Oposición

Salvo Vox, que ha dado un voto de confianza al plan del PP, PSOE y PRC han sido críticos con el fondo y las formas del consejero. Paula Fernández, portavoz regionalista, ha pedido la convocatoria de la Mesa Sectorial de Sanidad para presentar el plan integral a los sindicatos y se ha mostrado crítica con la falta de transparencia habida hasta el momento y el incumplimiento del plazo dado para tener un pacto sanitario intersectorial, que era de 100 días tras la toma de posesión.

“Da la sensación de que han sacado de nuevo el Plan de Choque 2011-2015 [antecedente cuando la actual presidenta, María José Sáenz de Buruaga, era consejera de Sanidad]. La mayor parte del presupuesto se va a los hospitales privados. Ya lo intentaron otra vez y no dio el resultado esperado. Además, si solo se basa en financiación, lo que se generará a medio plazo es que haya profesionales de primera, según y tercera división. Ha empezado la casa por el tejado”, ha dicho.

La portavoz socialista Eva Simón no se ha creído que los objetivos planteados se vayan a cumplir, recordando a Pascual las críticas que se le hacía al consejero socialista Raúl Pesquera cuando el PP estaba en la oposición. “Me preocupa que haya dicho que los objetivos sean difíciles de cumplir. ¿Está diciendo a los ciudadanos que en estos cuatro años no va a ser posible ofrecer soluciones sobre las listas de espera? Si es así, no es un mensaje esperanzador y no se ajuste a los mensajes de campaña electoral”, ha valorado la diputada socialista.

El portavoz del PP Álvaro Aguirre, ha echado un capote a su consejero centrando su intervención en arremeter contra los críticos. “Este gobierno ha encontrado una situación agónica fruto de una gestión nefasta -ha dicho-. Las listas de espera no dejaron de crecer cuando estuvieron en el gobierno. ¿No hay ahora nadie responsable de que haya 18.000 personas esperando ser operadas? Hay un elefante en la habitación que no da la cara pero todos sabemos quién es”, ha concluido en referencia al exconsejero socialista Raúl Pesquera.

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