Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

De todo para el turismo a turismofobia: las contradicciones de un verano marcado por el coronavirus

Vecinos de Santander disfrutando de las terrazas durante la fase 1 | JOAQUÍN GÓMEZ SASTRE

0

El propio Gobierno de Cantabria tuvo serias dudas sobre si abrir las fronteras una semana antes de lo estimado, y finalmente decidió esperar a dos días antes de que concluyese el estado de alarma para permitir la entrada de los vecinos vascos. Y es que aunque el turismo fuese “necesario” para algunos, lo cierto es que atraer veraneantes implica un riesgo que algunos están dispuestos a correr, pero otros no lo ven tan claro.

Desde este domingo España ha vuelto a la 'nueva normalidad' y con ello, el país se ha convertido en un lugar que de nuevo vuelve a estar abierto al público. Sin embargo, al menos en Cantabria, todo apunta a que la llegada 'fuerte' de turistas vendrá a partir de julio, cuando arranquen las vacaciones y aquellos que no dispongan de segunda vivienda, comiencen a llegar a hoteles y alojamientos rurales.

Tras tres meses de paralización de la actividad, algunos sectores de la población están temerosos de que esta llegada masiva de turismo pueda activar el posible rebrote de COVID-19 que puede azotar de nuevo al país en los próximos meses. Y a unos días de que arranque uno de los meses con más afluencia turística del año, dos representantes de sectores opuestos de la población, analizan en qué benefician o perjudican los veraneantes.

Por un lado, el presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria, Ángel Cuevas, considera que “sin turismo se hunde la comunidad y se hunde el país”, aunque respalda esa afirmación asegurando que “lo primero de todo es la salud de las personas, pero ahora el tema está controlado”.

Sin embargo, Paulu Lobete, portavoz de Cantabristas -uno de los grupos políticos que se ha mostrado más en contra de la reapertura con Euskadi antes de que se levantase el estado de alarma-, considera que en ese caso, “se ha puesto por delante la urgencia de reactivar el turismo de lo que dicta el sentido común en materia de salud pública”.

En esa misma línea, Lobete considera que habría que establecer un impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos “con el objetivo de internalizar las posibles externalidades de la actividad”. Aunque admite que es una propuesta para desarrollar “a medio plazo” por ser estos meses “especialmente duros para el sector” tras la crisis sanitaria.

“Creo que se están asumiendo grandes riesgos en materia de salud que podrían llevarnos a reflexionar sobre los aspectos negativos y los costes que implica el turismo más allá de los beneficios que genera”, asevera el político.

Por el contrario, y en defensa de que regrese la actividad al sector que defiende, el representante de los hosteleros considera que sus compañeros “están haciendo las cosas bien y tomando todas las precauciones posibles”. “Solo por el miedo no podemos parar la economía”, asegura.

Asimismo, subraya que desde la Asociación “fuimos los primeros” que recomendaron a sus socios cerrar “antes de que lo hiciese el Gobierno nacional y el regional”. “En aquel momento vimos que era necesario, ahora creemos que el tema ya está muy controlado”, concluye.

El turismo como sector “esencial”

Sobre el peso del turismo en Cantabria, este supone el 12% del Producto Interior Bruto (PIB) regional, y los trabajadores que se dedican a ello oscilan entre los 15.000 y los 27.000 con el repunte de los meses de temporada alta. “Estos son empleos directos, sin hablar de todo lo demás en lo que repercute como supermercados, gasolineras, farmacias...”, expresa Cuevas.

Precisamente sobre esos porcentajes, desde Cantabristas lamentan “la dependencia total y absoluta” del turismo en la economía cántabra. “El problema no es tanto lo inmediato, sino el modelo de monocultivo turístico replicado y alimentado durante años”, asevera. “El turismo repercute en el encarecimiento de la vivienda, la masificación o el peor acceso a determinados servicios públicos durante las épocas de mayor afluencia”, concluye.

Etiquetas
stats