Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.
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Españoles, Rivera ha vuelto. Ha vuelto de entre los muertos y se ha marcado un juego de vivales que no se lo traga nadie. Cuando ve que vamos a unas elecciones que pueden triturarle, le ha ofrecido a Sánchez una abstención a cambio de unas condiciones tramposas basadas en falsedades y especulaciones.
Le reclama que no pacte con Bildu en Navarra, lo cual no ha ocurrido realmente ni es competencia del presidente entrar en los acuerdos autonómicos. Es como si el PSOE le pidiese a Ciudadanos que rompiese su gobierno con la extrema derecha en Andalucía, solo que en ese caso, la alianza es cierta aunque los naranjas digan que no es lo que parece.
Exige también a los socialistas que no indulten a los líderes del procés encarcelados, dando por supuesto que son culpables antes de conocer la sentencia y que Ferraz tiene pensado exonerarles si son condenados. No se les quita el constitucionalismo de la boca pero se pasan por el forro el principio constitucional de la presunción de inocencia. Por supuesto también reclama un 155 a Torra si se desbanda y Sánchez ya le ha dicho que por eso no tema, que en eso hacen piña. Si pudiera Sánchez, hacía piña para toda la legislatura. Con Rivera, sí.
Y cuando se vea perdido, Rivera hará lo mismo, no hay más que ver cómo gira la veleta de un polo al contrario. De llamar “banda” al PSOE y acusarle de tener un “plan” para romper España ha pasado a mandarle una carta para ofrecerle un pacto de investidura. Les llama “banda” cuando el que da los bandazos es él. Cinco meses sin verle y ahora le entran las prisas. Cuando le ha visto las orejas al lobo, se ha vestido de Caperucita.
Intenta que el naranja vire al rojo, pero es un cuento. Un cuento electoral para intentar evitar un batacazo en las urnas por culpa de virar tan a la derecha. Le impone a Sánchez unas condiciones que ya cumple o que no puede cumplir, solo para presumir de que él intentó salvar España por enésima vez y no le dejaron. Pobre.
Lo de Rivera tiene nombre: es un trilero. Toma por tontos a sus votantes, cree que no se dan cuenta de cómo ha cambiado la bolita de cubilete, que no vemos todos que está intentando colarnos un timo de poca monta. En eso es muy español y mucho español. Es otro pícaro pero no da más que palos de ciego. Y lo que necesitamos no es más picaresca sino más decencia, lo que necesitamos son políticos que no intenten engañarnos y robarnos las uvas.
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Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.