Carta con respuesta es un blog del escritor Rafael Reig. Dejad vuestros comentarios en este blog sobre vuestras preocupaciones políticas, sociales, económicas, teológicas o de cualquier índole, y él os responderá cada martes.
El hilo argumental del periódico
España es el país europeo con mayor desigualdad social. Lo ha sido desde que se mide, a través del Coeficiente Gini, y además, durante los últimos cinco años, la distancia entre ricos y pobres, en nuestro país, no ha hecho sino aumentar. En 2011 alcanzamos el nivel más alto de Europa en desigualdad desde que hay registros, pero las autoridades confían en que, para 2012, logremos batir nuestro propio récord: es la “Marca España”. Oé, oé, oé. Podemos, podemos. Más reconocimiento y otra ensaladera para la Furia Roja: en el “ratio 80/20” (que relaciona el 20% de la población con más ingresos y el 20% con menos) también hemos ganado la Eurocopa y por goleada: ni Letonia nos hace sombra en desigualdad.
El éxito español se debe al olimpismo del conjunto del país, que se ha sumado a este esfuerzo con entusiasmo: marchamos todos juntos, y el rey el primero, “con el cuchillo en la boca y la sonrisa”, por la senda de la desigualdad. Un apasionante viaje colectivo en el tiempo y en el espacio. De cabeza hacia la Edad Media y hacia el Tercer Mundo.
¿Qué mejor prueba de nuestro compromiso con la desigualdad que el que usted señala, Mr. Leontieff? El titular que ha elegido podría ser el de cualquier noticia del periódico cualquier día (con excepción, quizá, de la sección de Deportes). Vale para todo, desde Internacional a los Obituarios. ¿O no valdría el mismo titular para las cifras de paro? “Los desahucios siguen aumentando y suben un 15% entre enero y junio”, acabo de leer: ¿eso no es también desigualdad, cuando con dinero público se financia a los bancos?
Vayamos por secciones. El único argumento de Economía es la desigualdad, cómo mantenerla y cómo conseguir que aumente. “El Gobierno rechaza crear un banco de tierras para los parados”. “El Gobierno facilita los despidos colectivos en la Administración”. Tras la amnistía fiscal y en vista de lo que pagan en impuestos los ricos (con sus SICAV) y las empresas, la noticia de que “El Estado ingresa un 12% más por IVA tras la subida de septiembre” también es sin duda un paso adelante en la conquista de la desigualdad. Como lo es rescatar a los bancos (con dinero de los demás) y no a sus víctimas, a los que se desahucia cada vez más deprisa.
Aumentar la desigualdad no es muy difícil. Lo que exige imaginación y el apoyo de todos, con el rey a la cabeza, es que aumente la desigualdad y aun así se mantenga la paz social. Para eso está el resto del periódico. Por ejemplo, la noticia que usted ha seleccionado. Aquí contamos con un repertorio variado y efectivo de distracciones absorbentes: que si Mas tiene una pregunta supercalifragilística para ustedes, catalanes; que si unos vascos condenan o no condenan una violencia sí, pero otra no; cohechos pasivos impropios; un rey que nos arenga como Sandokán a los tigres de Mompracem: ¡al abordaje, cuchillo en la boca y sonrisa!; y dos partidos, el PP y el PSOE, que trabajan para los mismos intereses, pero nos entretienen con sus discusiones y desplantes en la cocina, como si fuera la apasionante pelea entre dos chachas, interpretada por Gracita Morales y Florinda Chico.
Si Economía es el núcleo argumental de la desigualdad y Nacional es el dispositivo para mantener la paz social mientras la desigualdad aumenta, no es menor el protagonismo de Sociedad. En esta sección, esa “novela de un día” que es un periódico trata de cómo consolidar y garantizar la permanencia de la desigualdad. Muy fácil: mediante la (cada vez mayor) desigualdad de oportunidades. En otra muestra de olimpismo, PSOE y PP colaboran mano a mano para impedir la igualdad real de oportunidades. Desde Solana a Wert, en nombre de la “libertad de elección” se prolonga esa surrealista y españolísima figura de la enseñanza concertada (pagar con dinero público colegios privados). El mismo titular elegido por usted sirve, no sólo para Educación, sino también (y quizá más) para Sanidad, salta a la vista.
Otro tanto ocurre en Cultura, Internacional o Sucesos, pero, en fin, para no aburrirle, cualquier día el periódico entero nos da la misma noticia vista desde distintos ángulos: aumenta la desigualdad. Y seguirá aumentando. Podemos, podemos. Oé, oé, oé.
En realidad el periódico sólo trata de una cosa: de nosotros. De la forma en la que vivimos. Así que, ¿cómo no va a ser el capitalismo su único argumento?
Ése es en mi opinión el hilo argumental que tenemos que cortar por lo sano de una vez.