Los agricultores europeos alertan sobre la repercusión de la crisis en los sectores cárnicos y vitivinícolas
Las organizaciones agrarias europeas, representadas en el COPA-COGECA, ha pedido a las instituciones de la Unión Europea y a los Estados miembros a que adopten las medidas necesarias y las apliquen para garantizar el buen funcionamiento del mercado único y, en particular, el de la agricultura de la Unión Europea ya que el sector está empezando a notar los efectos de la crisis sanitaria por el COVID-19
Según el informe que han realizado sobre la situación, esta crisis “ponen en juego posiblemente tanto el mercado único como los mercados internacionales, y se ponen en peligro las cadenas de suministro, los empleos y, en última instancia, la seguridad alimentaria de la UE”. Por ello, piden medidas que puedan salvaguardar y garantizar el funcionamiento de la actividad agrícola y su cadena de valor.
En el estudio que esta entidad ha realizado de los distintos sectores, señala que los que más están sufriendo esta situación de crisis es el sector cárnico y dónde puede también repercutir negativamente es en el sector del vino.
Por lo que respecta al sector cárnico, señala que “ha disminuido de forma radical el consumo fuera del hogar, debido al cierre de los servicios de alimentación, como los hoteles, los restaurantes y el catering”. Ha aumentado la demanda en materia de productos transformados para los supermercados, y la atención se está desviando hacia otros productos como la carne picada o los cuartos delanteros, en lugar de los cortes nobles o los productos de temporada como el cordero. Más aún, el informe señala como en España y Portugal, la demanda de lechones ya casi ha desaparecido.
Señala, además, que las exportaciones de animales vivos están en declive y pide que el transporte de animales vivos disfrute de controles fronterizos ágiles, sobre todo dados los requisitos relativos al bienestar animal.
El cierre de los establecimiento de hostelería también está afectando muy negativamente al sector del vino, Tanto para el vino como para el aceite de oliva, el COPA-COGECA señala que “la recesión del consumo interno, las continuas disputas comerciales, la ralentización de las exportaciones, y la preocupación por el acceso a la mano de obra” va a suponer un riesgo de acumulación de excedentes tanto de vino como de aceite de oliva cerca de la próxima campaña de cosecha. En el caso del vino, esto conllevaría una caída significativa del precio y una disminución de la compra de uvas en la próxima campaña.
Mano de obra
Por lo que respecta a las frutas y hortalizas, tras la primera cresta de demanda cuando se han ido decretando los confinamientos, el COPA-COGECA señala que el mercado se ha visto debilitado y los precios se encuentran a la baja. Los cierres en el sector de la hostelería, la restauración y el catering “han creado una situación crítica en estos servicios alimentarios especializados”, señala.
También apunta un problema importante que empiezan a tener algunas producciones ya que en algunos subsectores, el acceso a la mano de obra estacional es un factor importante para la toma de decisiones, por lo que las organizaciones de productores están barajando la posibilidad de replantear los programas operativos de cara a poner en marcha las medidas de gestión de la crisis.
Por lo que respecta a los mercados de cereales y oleaginosas, se ha producido en el mercado europeo un aumento de la demanda de consumo de los productos del trigo, como la harina, el pan y la pasta, lo que está repercutiendo en la industria de la transformación, por ejemplo, en los molinos y en la demanda de materias primas proveniente de éstos.
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