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Catas que enseñan que para saber de vino solo hay que disfrutarlo

Una de las catas de Tierra de Viñedos en FENAVIN

Pilar Virtudes

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Simplemente “disfrutar del momento y la situación”, ese es el consejo que da Milagros Romero, presidenta decana del Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha (COECM), y una de las catadoras que están impartiendo algunas de las catas que está ofreciendo a largo de toda Castilla-La Mancha la Consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente a través de la Fundación Tierra de Viñedos y con la colaboración de la Interprofesional del Vino de España.

Romero tiene claro que la mejor indicación que se tiene que dar para aprender a beber vino es “querer disfrutar del momento y la situación y un vino te facilita ese disfrute, no hay que ser un gran experto para tomarte un vino, simplemente hay que pedir un vino que te guste, y poder disfrutar de él tranquilamente”.

Este es el primer paso, y “si luego tienen inquietudes, pues eso cada uno puede investigar, pero lo importante es poder disfrutar de ese vino, no medirse de ninguna otra manera, empezar con algo ligero que apetezca y luego ir probando otras cosas, esto es prueba-error, me gusta, no me gusta y sigo probando”, señala.

En estas catas que ha impartido y que se están celebrando en este mes de julio y que seguirán, tras el parón de agosto, los meses de septiembre, octubre y noviembre, ha tenido ocasión de comprobar el perfil de los aficionados que se inscriben en estas citas de iniciación.“ Sobre todo, son personas que están muy interesadas por el mundo del vino de manera aficionada, en cuanto a la edad hay un 60% de personas jóvenes, entre los 25 y 35 años, y el resto de personas más mayores, entre mujeres y hombres no hay diferencia, estamos al 50%”, señala, y añade que “son personas cultas, que les gusta la cultura, le gusta conocer y a través del vino conocen la zona y el entorno de cada uno de los productos que vamos explicando”.

Un aspecto importante también es que la mayoría de estos aficionados al vino conocer la transcendencia del viñedo y del vino en la región. “Saben del valor que tiene el vino en la zona y en Castilla-La Mancha, algunas son zonas menos vinícolas como Guadalajara o Talavera de la Reina, pero aun así tienen un interés especial en los vinos”, señala.

Además, durante las catas, fruto también de la colaboración entre el Colegio de Enólogos de la región y la Fundación Tierra de Viñedos, se insiste no sólo en cómo se cata un vino, en el aroma, el color y el sabor sino también se sitúa ese producto en un territorio y en una historia. Cómo todos los vinos que se prueban pertenecen a denominaciones de origen (DO), se enseña “por qué se constituyó esa DO, como encuadrar ese vino en un territorio y en una historia, de qué modo se cultiva el viñedo y se elaborar el vino, cómo diferenciamos ese vino de los demás, por su variedad, por su crianza, por las características que tenga y que historia tiene ese vino, por qué esa variedad está en ese terreno”, todo ello supone, según señala Milagros Romero, “darles las herramientas a los catadores para que puedan reconocer el vino y poder disfrutar del producto, esas son las dos directrices cuando vas hacer una cata a catadores que no tienen un conocimiento importante”.

Gustan los blancos y los tintos jóvenes

Pero estos catadores que se inician o que son ya aficionados incipientes, también tienen sus preferencias. Según observa Milagros Romero es sus catas, “lo que más gustan son los blancos, aunque también los tintos jóvenes frescos, los vinos que tienen más paso por barrica, más voluminosos y contundentes gustan más al sector de más edad”, aunque a lo largo de las catas que se están celebrando hay sitio para todos los vinos ya que se acompañan con una tapa adaptada a cada tipo. “Cada vino tiene un valor, el blanco primero está muy fresco y apetece ese primer trago de un vino fresco, pero como luego vamos acompañando con otras comidas más sabrosas y vamos con otros vinos más complejos”, que también gustan.

En cuanto a las uvas, “en el tinto lo que más gusta es la tempranillo, aunque estamos catando bobales de Ribera del Júcar que también gustan mucho y están muy ricos y en blancos hemos catado un verdejo-sauvignon blanc de la DO Uclés, también algunos airén y rosados de Méntrida muy frescos que gustan, pero cada vino tiene su momento y su sitio y su oportunidad”, asegura.

Sobre el escaso consumo de vino en la juventud frente a otro tipo de bebidas, Milagro Romero considera que es una cuestión de paciencia. “La juventud da más sitio a bebidas más sencillas, más estandarizas, pero de los 25 a 35 años se empieza a consumir un vino medio, no un vino muy caro, pero tampoco un vino muy barato, un vino entre los 10 o 15 euros, cuando ya se pueden permitir comprar una botella una vez a la semana y tomarla con los amigos y la pareja, no son vinos muy caros, pero de calidad que tiene ahí un sitio importante”. Estos aficionados, con los años y el poder adquisitivo mayor “se atreven a comprar vinos más caros y cuando el consumidor valora ya un producto investiga y busca otras opciones”, considera.

“Un joven que consume un tinto de verano o una sangría es el paso previo para un vino de más calidad, hay que pensar que un tinto de verano o sangría tiene su espacio, pero luego no te tomas un tinto de verano cuando vas a una cena un poco más seria, depende de la vida social que estás haciendo. Hay mercado para esto y hay consumidor que a partir de aquí empiezan a consumir otro tipo de vino más complejo. Hay que buscar un camino y puede ser ese”, asegura.

De lo que está convencida es que mundo del vino tiene una cosa a su favor y es que “somos muy lúdicos, en las catas que son solo de una hora y se explican bastantes cosas técnicas la gente se lo pasa bien y les interesa”.

Modas en el vino

Hay también mucha moda en el vino una moda tanto a nivel internacional como en Castilla-La Mancha. “Ahora lo más novedoso es el vino en lata que se sirven en el envase típico de refresco, son vinos ligeros, blancos, rosado, algún tinto ligero. No soy especialmente defensora, pero hay que entender que logísticamente es fácil de manejar, a nivel ecológico es más sostenible una lata que un vidrio, porque es más reciclable y tiene menos peso”.

También “están muy de moda los vinos blancos, los rosados muy pálidos, sobre todo en Francia se vende mucho vino rosado con unos tonos que llaman piel de cebolla por el color, anaranjados y ligeros”. En tintos “se llevan los jóvenes con fruta y los vinos estructurados con mucho cuerpo, mucha fruta y poca madera, pero con volumen. ”Lo bueno es que hay tantos momentos para poder disfrutar de él que pueden elegir cualquier tipo de vino para poderlo saborear“, termina.

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