La ola de calor achicharra el campo de la Sierra Norte de Guadalajara y afecta al ganado
Las altas temperaturas de las últimas semanas también han llegado a la Sierra Norte de Guadalajara donde el campo “se ha achicharrado” y los manantiales y fuentes han disminuido notablemente sus caudales de agua, lo que ya ha comenzado a afectar también al ganado de esta comarca.
Así lo ha puesto de manifiesto a Europa Press el presidente de la Agrupación de Ganaderos de la Sierra Norte de Guadalajara, Francisco García, quien ha apuntado que las vacas están comiendo menos por el calor; además, “se les corta la leche” y eso también afecta a la cría de sus terneros recién nacidos, que “lo están pasando mal” para alimentarse.
“Un animal podrá pasarse sin comer pero no sin beber y aquí estamos hasta a 39 grados”, ha señalado el presidente de la agrupación en referencia expresa a localidades de la zona de la Arquitectura Negra, donde él tiene el ganado.
El pasto está mucho más seco y el ganado no engorda, ha explicado García, quien también ha reconocido que el calor ha comenzado a “afectar” al propio “ánimo” de las vacas, los corderos y la ganadería en general.
“A los animales les da pereza el careo y hasta está influyendo en el celo, y los terneros están dejando a las vacas como a sardinas”, ha ironizado el presidente de esta agrupación.
Y aunque ha admitido que contra la climatología no se puede luchar, también ha aseverado que “levantar a esa vaca que ha quedado flaca solo puede ser a base pienso valga lo que valga”.
“Y si la carne vale poco y el pienso mucho, no se puede aguantar mucho más”, ha insistido mientras admitía que muchos ganaderos tienen que “ya tienen que estar tirando de los ahorros”.
Altos precios de los cereales
Y si a eso se suman los elevados precios de los cereales y lo mal que se paga la carne, para García está claro que el sector “esté con la cuerda al cuello”. Él mismo, tras el reciente fallecimiento de su socio, ya han puesto en venta su explotación de vacuno, una de las más grandes de la zona.
Por ello, pensando en las siguientes generaciones, ha demandado unos precios “más razonables” porque está muy preocupado por la crisis que está atravesando el sector actualmente. “Es mucho peor que la de 2007. Esto es la ruina porque es una crisis muy gorda”, ha lamentado.
Lo que si dice que han notado los ganaderos este año es que desde que ha disminuido el tráfico aéreo en la Sierra Norte ha habido primavera, verano, otoño e invierno, reconociendo que hay arroyos que estaban secos y que ahora “sueltan un hilo” de agua.
Le gusta el campo y vivir en él aunque admite que la vida no es fácil, algo de lo que responsabiliza a algunos políticos que hacen las leyes “sin tener idea”, convencido de que el relevo generacional “se ha perdido”.
Por su parte, para el responsable veterinario y director adjunto de APAG, Ángel Morales, está claro que la ola de calor que ha vivido estos días gran parte del país ha afectado y afecta al ganado, al igual que con cualquier ser vivo; los pastos están igualmente más secos y tienen menos poder nutricional, pero cree que no se están dando problemas por falta de agua porque la primavera no ha sido seca.
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