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El baño en el Tajo en Toledo, una quimera medio siglo después de manifestaciones, estudios, festivales o sentencias

El río Tajo a su paso por Toledo el 9 de junio de 2022

Fidel Manjavacas

18 de junio de 2022 20:12 h

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La ciudad de Toledo “perdió su relación con el Tajo en 1972”, año en el que el día 19 de junio el Gobernador Civil de Toledo comunicó la prohibición de baño en las poblaciones de la provincia surcadas por el río. Lo hizo a través de la circular número 48 de la Dirección General de Sanidad, debido a la contaminación que presentaba. Este domingo se cumplen 50 años de una restricción que sigue vigente y el Tajo no presenta mejor estado a su paso por la capital regional ni a lo largo de todo su tramo medio.

Con aquella comunicación, los ayuntamientos se vieron obligados entonces a fijar carteles que anunciaran esa prohibición en lugares visibles y estratégicos, adoptando medidas para su cumplimiento. En Toledo, además, se envió una 'nota' que se remitió a los medios de comunicación para indicar que quedaba “terminantemente prohibido bañarse en el trayecto del río por todo el término municipal”, tal como se pudo ver en periódicos como 'El Alcázar', 'ABC' o 'la Vanguardia. Se colocaron carteles que anunciaban dicha prohibición con textos en inglés, francés y español, según recoge el Archivo Municipal.

Ya en la década de los años 70, la aparición de los primeros episodios de espumas o el trasvase Tajo-Segura -cuyo inicio se remonta a 1979- fueron algunos de los elementos que comenzaron a concienciar del mal estado que presentaba el Tajo y que promovieron la primera manifestación en defensa del río en la ciudad. Manifestaciones que se han venido repitiendo desde entonces gracias al impulso de colectivos como la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo.

Música y protestas

Precisamente, este mismo domingo -a las 20.00 horas en el Mirador de la Cava- la Plataforma va a retomar las concentraciones mensuales que llevaba a cabo antes de la pandemia para denunciar el mal estado del río. Lo hacía el día 19 de cada mes para reclamar “un río Tajo vivo” que pueda recuperar su biodiversidad y en el que, ojalá, la ciudadanía pueda de nuevo bañarse y refrescarse de las altas temperaturas que ya se registran en la ciudad antes de la llegada del verano, como los 41,1 grados que se dieron el día 14 de junio, el máximo histórico en esta fecha.

Días atrás, el colectivo lamentaba también “la escasez de actos programados -con excepción del Festival de Música por el Tajo puesto en marcha por la Real Fundación de Toledo-” y hacía un llamamiento a la ciudadanía para participar en esta concentración, y sobre todo para confeccionar su propia pancarta con la que acudir y exhibir en ventanas y balcones para repudiar “el mal estado del río Tajo desde hace 50 años, víctima de la contaminación y del expolio trasvasista”.

Las mismas denuncias se trasladaron en el mencionado festival, un evento que tuvo una gran acogida y que presentó el doble disco que han grabado más de 40 artistas y grupos de música con canciones reivindicativas sobre el estado del río. El 'Música por el Tajo' se celebró en el parque de Safont, lugar de encuentro en el que hace medio siglo era habitual que en esta época del año la ciudadanía se bañara en sus aguas. Años atrás también se celebraba en esta ubicación el Tajo Rock, otro festival con espíritu de protesta ante la situación del río.

Caudales ecológicos y un trasvase 'non grato'

Desde el año 2017, el río Tajo encabeza la Lista Roja del Patrimonio -elaborada por Hispania Nostra- amenazado en Toledo. La lucha que se lleva a cabo desde distintos colectivos, entidades o instituciones para recuperarlo va en diversos frentes. No se trata solo de recuperar la calidad del agua sino también de demandar una defensa que permita regenerar las riberas del río, conservar su biodiversidad, su fauna y su flora.

Para ello, entre otras peticiones, reclaman aumentar de manera decidida el caudal ecológico -con más razón desde las sentencias con las que el Tribunal Supremo que anularon parcialmente su plan de cuenca-, mejorar la depuración de las aguas que vierte Madrid en el río Jarama -así como la de la propia ciudad- o terminar con el trasvase Tajo-Segura, tal y como hizo la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, hace escasas semanas en el Ayuntamiento de Murcia, donde ha sido declarada persona 'non grata' por pedir desde su propio Consistorio el cierre del trasvase.

Precisamente, este día 19 de junio se cumple también otro aniversario, en este caso los 51 años que han transcurrido desde que se aprobó la primera legislación del trasvase, la ley 21/1971 'Sobre el aprovechamiento Tajo-Segura', en la que comienza a determinarse la regulación de las infraestructuras construidas entre la cuenca de estos dos ríos.

Referente a estas últimas cuestiones, el pasado mes de mayo se daba luz verde al nuevo Plan de Cuenca del río Tajo, que recoge que los caudales ecológicos del Tajo en Toledo y Talavera suban hasta los 17 y 18 metros cúbicos en 2027. ¿Son suficientes los nuevos caudales ecológicos mínimos propuestos para recuperar el buen estado del Tajo en su tramo medio? La pregunta se la hacía en este artículo la Cátedra del Tajo -UCLM y Soliss- y su respuesta es rotunda: “No”. “Son inferiores al caudal real del río en los últimos años, por lo que no supondrán mejoría alguna”, apunta sobre los propuestos en Toledo y Talavera.

Por el momento, la actualidad más reciente denuncia un “alarmante” estado del río Tajo en Toledo por la bajada del caudal: “Existe un riesgo alto para los peces”, advertían hace escasos días la Cátedra del Tajo y otros colectivos como ARBA Toledo, Ecologistas en Acción o la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo. Un estado para el que no es necesario ni ver los carteles que en el año 1972 tuvieron que instalar los ayuntamientos ribereños de la provincia para informar de la prohibición del baño.

La ciudadanía toledana ve cada vez más lejos el recuerdo de aquellos días en el río. Los recuerdos se mantienen en el imaginario de la ciudadanía que pudo disfrutar de esa manera del patrimonio medioambiental más importante de la ciudad. Sin embargo, “muchos jóvenes ya han perdido esa memoria e identidad que tenían sus padres o abuelos”, manifestaban Marta Aguilar y José María Bleda, de la Universidad de Sevilla y de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss respectivamente, en la presentación del estudio de investigación 'Testimonios del Tajo en Toledo' que emprendieron para recuperar la memoria colectiva de un río que se perdió hace hoy 50 años.

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