Castilla-La Mancha, entre las regiones con menor gasto de los hogares en educación
El gasto público en educación es muy heterogéneo entre comunidades autónomas, con diferencias de 2.824 euros anuales más por alumno en el País Vasco que en Madrid (un 63% más). Este es uno de los resultado de la monografía 'Diferencias educativas regionales 2000-2016. Condicionantes y resultados' que han avanzado la Fundación BBVA y el Ivie.
El trabajo, dirigido por el catedrático y director de investigación del Ivie Francisco Pérez, y los también catedráticos e investigadores del Ivie, Lorenzo Serrano y Ezequiel Uriel, analiza las diferencias y singularidades en el acceso a la educación, los recursos utilizados y los resultados educativos obtenidos en cada región. En la monografía también ha participado el equipo técnico del Ivie formado por Laura Hernández, Silvia Mollá, Juan Pérez y Ángel Soler.
También son importantes las diferencias en gasto privado, pero su peso en el gasto total es menor. Sin embargo, aunque un mayor gasto tiene un efecto positivo, en el estadio de desarrollo educativo alcanzado en España, “la consecución de mejores resultados no depende ya de aumentos generalizados de los recursos económicos destinados a educación, sino del uso hecho de los mismos”, recoge el informe.
Madrid, Navarra y Cataluña, junto a Castilla y León, Galicia, Aragón y Asturias superan la media de la OCDE en competencias PISA y forman el grupo de comunidades con mejores resultados educativos. Algunas autonomías logran mejores resultados con menores recursos y otras, al contrario, hacen menos con más. No se trata, por tanto, solo de gastar más en educación –aunque tampoco menos- sino de hacerlo de forma eficaz y eficiente.
El gasto en educación es mayoritariamente público en todas las comunidades, pues representa un 75% en el conjunto de España, pero las diferencias regionales en este sentido son importantes. No obstante, los sistemas educativos regionales no se diferencian únicamente por el gasto público por alumno. La heterogeneidad se extiende a las tasas de matriculación en los niveles no obligatorios, el peso del alumnado de los centros privados, la importancia de la educación concertada y la intensidad del apoyo financiero público a la misma.
Gasto público y gasto de los hogares
Madrid es la autonomía con mayor gasto de los hogares por alumno para el promedio de los años 2016 y 2017 (1.640 euros), un 57% más que la media nacional, aunque es Navarra la región en la que las familias más esfuerzo realizaron, ya que la educación representa el 4,5% de su gasto total. Por el contrario, en Castilla-La Mancha los hogares gastaron 592 euros en educación por alumno de media en el mismo periodo, un 43% menos que la media nacional, lo que supone un 2,3% de su gasto.
En el sistema educativo de Castilla-La Mancha participan 400.000 alumnos y 34.000 profesores distribuidos en 1.500 centros. Parte de unos condicionantes de entorno y recursos poco favorables para su desarrollo, situándose entre las regiones con el PIB per cápita más bajo y un mercado de trabajo poco intensivo en ocupaciones altamente cualificadas.
Además se caracteriza por una clara orientación del sistema educativo hacia la educación pública, tanto por porcentaje de alumnos como por la baja proporción del gasto público dedicado al concierto. Según el informe, sus resultados educativos son poco favorables, destacando las bajas tasas de acceso a niveles no obligatorios.
Centros públicos y privados
En todas las regiones la educación en centros públicos es mayoritaria, pero existen grandes diferencias regionales en el peso de los centros privados. En País Vasco y Madrid el alumnado de la enseñanza privada supera el 40%, mientras en Extremadura, Castilla-La Mancha, Canarias, Andalucía, Galicia y Asturias no alcanza el 25%.
El número de alumnos de la educación pública y privada ha crecido durante este siglo en cifras similares (430.000 y 440.000, respectivamente) lo que, dadas sus distintas cifras de partida, representa un incremento en la oferta pública del 7% y del 18% en la privada. Dentro de la privada, destaca el crecimiento de la privada concertada, un 22%, que gana peso en el sistema.
En la enseñanza pública se observa un amplio abanico de costes por alumno: son más elevados en las comunidades del norte peninsular –con el País Vasco muy destacado- y más reducidos en el resto. También la financiación pública de los centros privados es muy heterogénea entre regiones. Mientras País Vasco o Madrid dedican a conciertos la cuarta parte del gasto público en educación, en Extremadura, Canarias o Castilla-La Mancha este porcentaje no llega al 10%.
Entorno socioeconómico y resultados educativos
El entorno socioeconómico de los alumnos y los centros influye en resultados educativos como la probabilidad de repetir curso y las competencias PISA alcanzadas. La capacidad de los sistemas educativos regionales de conseguir que los alumnos de entornos desfavorables superen los inconvenientes que de los mismos se derivan es dispar. Castilla y León y Galicia logran los mejores resultados en este sentido. Es decir, en estas comunidades, los resultados educativos son fruto más de las habilidades, voluntad y esfuerzo de los estudiantes y las oportunidades de los sistemas educativos que del nivel socioeconómico de sus familias.
Los alumnos de entornos desfavorables son formados por lo general muy ampliamente en centros públicos, especialmente en Andalucía, Canarias, Extremadura, Murcia y Castilla-La Mancha, mientras que su peso es mucho menor en los centros privados. Así pues, el esfuerzo que requiere compensar esas dificultades recae fundamentalmente sobre los centros públicos. En cambio, el 65% de los centros privados se ubica en entornos favorables, en especial en Castilla-La Mancha (77%), Navarra (75%), Cataluña (74%) y Madrid (72%), una circunstancia que impulsa el mejor rendimiento educativo de sus alumnos.
Determinantes de los resultados educativos
España no destaca por los porcentajes de alumnos que consiguen elevados niveles de competencias PISA, situándose en la media de la OCDE y la UE, y al nivel de Estados Unidos, Francia o Noruega, pero lejos de Singapur, Finlandia o Estonia. Lo más importante para mejorar el rendimiento educativo no es gastar más sino gastar mejor, en políticas específicas. Por ejemplo, según recoge el informe, sería relevante desarrollar políticas eficaces para compensar las desventajas de ciertos grupos de alumnos, orientadas a reducir las repeticiones de curso y el impacto negativo de los entornos socioeconómicos desfavorables sobre ciertos centros.
Asimismo, sería deseable identificar los activos –humanos, organizativos, culturales- en los que se apoyan los centros y los sistemas educativos regionales que demuestran mayor eficacia formativa, y difundir sus buenas prácticas. En ese sentido, la descentralización existente en España ofrece una diversidad de resultados que muestra oportunidades de mejora reales y no es adecuadamente aprovechada.
Mejores sistemas
Los factores de entorno y los recursos públicos y privados condicionan los sistemas educativos regionales. En ese sentido, resultan favorables un PIB per cápita superior a la media, unos ingresos públicos elevados, un entorno laboral en el que abundan las ocupaciones cualificadas y unos recursos financieros y humanos por alumno superiores a la media.
Sin embargo, esas condiciones más favorables de partida no siempre garantizan unos resultados educativos mejores, pues el aprovechamiento de las oportunidades también es relevante. Mientras que Navarra, Cataluña y Madrid sobresalen y se sitúan en el grupo de comunidades con mejores resultados en cuanto a acceso a la educación, equidad y aprovechamiento, País Vaco queda en el grupo de regiones con resultados intermedios, pese a sus mayores recursos. En cambio, regiones que también se posicionan en el grupo destacado por sus buenos resultados, Aragón, Asturias, Galicia y Castilla y León, no cuentan con un entorno socioeconómico y unos recursos tan favorables como las anteriores. Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, que se encuentran en el grupo de regiones menos favorables por recursos y entorno, logran mejorar su punto de partida y situarse en una posición intermedia en cuanto a resultados.
Para mejorar los resultados educativos y la igualdad de oportunidades hacen falta cambios organizativos y culturales. Algunas de las claves de las diferencias regionales en eficiencia pueden ser la distinta organización del sistema educativo público, el mix público-privado, los incentivos del profesorado, y la actitud de las familias y el alumnado al participar en las actividades educativas.
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