Coca-Cola se agita y se sale de Toledo
Los vecinos de Toledo se preguntan qué pasará con la proyectada planta embotelladora de Coca-Cola en la ciudad tras el anuncio de la compañía de poner en marcha una nueva forma de organización corporativa orientada a “eliminar duplicidades e ineficiencias y unificar criterios” y que conllevará el cierre de cuatro de sus once plantas en España, y así ahorrar unos 27 millones de euros.
La relación de Casbega, una de las embotelladoras franquiciada por Coca-Cola Company, con Toledo, viene de largo. Podemos establecer su comienzo en mayo de 2011, cuando la antigua Empresa Regional del Suelo (ERES), propiedad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, adjudicó una parcela a Casbega por casi 12 millones de euros en el que iba a ser el nuevo Polígono Industrial de la ciudad, a continuación del existente, en el llamado Plan Parcial-11, que lleva paralizado desde hace dos años y medio y ha superado ya todos los plazos legales para su inicio.
El gobierno del PP en la Junta, aunque tendría financiada la urbanización al menos en un 50 % con la venta mencionada, no ve sentido al nuevo Polígono industrial por su coste y porque en su opinión no existe demanda de suelo industrial. De hecho han llegado a ofrecer a Casbega la posibilidad de trasladar su proyecto a un suelo previsto para uso residencial, en lo que se denominó el Barrio Avanzado, junto al barrio de Santa Mª de Benquerencia.
Sin embargo, desde el Ayuntamiento de Toledo, del PSOE, se viene exigiendo a la Junta que no ponga obstáculos y desarrolle el terreno del Polígono Industrial donde está previsto construir la planta. Izquierda Unida por su parte, en la oposición municipal, ha planteado que si el Gobierno regional no tiene interés en desarrollarlo directamente ceda el proyecto del Polígono para que sea el Ayuntamiento quien lo haga mediante un consorcio con presencia privada.
En este periodo, Casbega ha quedado integrada en Coca-Cola Iberian Partners, la empresa resultante de la integración de la propia Casbega y otras seis embotelladoras en un franquiciado único el pasado 17 de febrero en 2013. Con el reparto de competencias, la plantilla del embotellador único sufrirá un ajuste en el que se verán afectadas un total de 1.250 personas.
Con la reestructuración que plantea Coca-Cola Iberian Partners no quedaría ninguna planta embotelladora en el centro de la Península, y por el momento el proyecto de Toledo queda aplazado, según publicó ABC en noviembre pasado, hasta el 20 de marzo de 2018, fecha tope que se ha establecido para que la Junta urbanice la parcela en un nuevo acuerdo firmado entre la empresa Gestión de Infraestructuras de Castilla-La Mancha (GICAMAN), que absorbió a ERES, y Coca-Cola.
De los 11.962.423 euros establecidos como venta de la parcela, Coca-Cola ya abonó un 23%, es decir, algo más de 2.751.000 euros. El resto estaba previsto que empezara a pagarlos durante 2011, aunque tras el mencionado nuevo acuerdo con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha empezaría a pagar a partir de diciembre de 2015, existiendo incluso la posibilidad de que la empresa desista finalmente de instalarse en la capital castellano-manchega.
Indicios de un problema de entendimiento político que, sumado al proceso de reestructuración de las embotelladoras de Coca-Cola en España, puede perjudicar a la capital castellano-manchega, necesitada de proyectos que reactiven el sector industrial y atraigan a nuevas empresas. La necesidad de suelo industrial en Toledo es acuciante desde hace años y para muchos es difícil de entender la paralización del proyecto del nuevo Polígono Industrial, que haría posible la instalación de nuevas empresas en la ciudad.