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Cuenca lidera la atención sanitaria trans en la región

Bandera 'trans'

N. Lozano - Las Noticias de Cuenca

A principios de año el Gobierno regional daba un valiente e importante paso con la elaboración del ‘Protocolo de actuación dirigido a menores sobre identidad y expresión de género’, el cual regula aspectos cotidianos de los niños y adolescentes transexuales en los ámbitos educativo, social y sanitario.

Tan solo unos meses después y en el marco de la puesta en marcha de este protocolo, el Hospital Virgen de la Luz de Cuenca ha decidido liderar la atención sanitaria a este colectivo y crear la primera Unidad Multidisciplinar de Atención a personas trans que existe en Castilla-La Mancha y que se suma a otras de referencia como las de Barcelona y Málaga.

Hasta la fecha, los transexuales conquenses, especialmente los menores, eran derivados en la mayoría de los casos a estas ciudades para ser tratados por expertos. Ésta era la mejor de las opciones, ya que los adultos se buscan muchas veces la vida al margen del sistema público de salud con el consiguiente riesgo de caer en manos no especializadas.

El director médico del Virgen de la Luz, Jaime Aranda, explica a Las Noticias que aunque la disforia de género es relativamente infrecuente se hacía necesario centralizar todos los casos que hay en la región y organizar esta atención sanitaria a través de un equipo de especialistas liderado por el servicio de Endocrinología. “Debido al posible rechazo social hay mucha parte oculta, hay cosas que se hacen mal y que pueden tener consecuencias para la salud”, señala el facultativo.

Efectivamente, la prevalencia en nuestra provincia es baja. En estos momentos se atienden dos menores trans y a 5 adultos. Al no tratarse de una enfermedad ni tampoco de una alteración psíquica, el diagnóstico es difícil. “Estas personas no se identifican con el género con el que nacen y eso les produce malestar, un desajuste clínico, ansiedad e incluso morbilidad, ya que hay un alto porcentaje de suicidios”. Por eso es preciso que tengan un tratamiento multidisciplinar apropiado que incluya endocrinos, pediatras, psicólogos, cirujanos, ginecólogos y urólogos.

Etapas del tratamiento

La Unidad trans se estructurará en diferentes etapas. La primera será la de diagnóstico, en la que se comprobará la disforia y su permanencia. Se trata, como explica el doctor Aranda, de descartar otras condiciones que pueden confundir el diagnóstico como pueden ser el travestismo, fetichismo, trastornos de madurez o trastornos biológicos. Es complicado de diagnosticar porque no hay ninguna prueba objetiva ni análisis que lo determine.

La manifestación de la transexualidad se da a veces a edades muy tempranas, incluso a partir de los 4 o 5 años. En estos casos, lo esencial es hablar con la familia “y sobre todo no machacar al niño, no rechazarle y ver qué pasa. Que un niño juegue con muñecas no quiere decir nada. Hay que tener mucha calma hasta que haya un diagnóstico cierto y permanente”. A partir de los 12 años, si así sucede, se frena la pubertad iniciada en el sexo sentido, para a los 16 o 18 años empezar el tratamiento hormonal cruzado. Sería ésta la segunda de las etapas que consistiría en dar hormonas femeninas a los transexuales hombre-mujer y dar hormonas masculinas a los transexuales mujer-hombre.

“Hay que valorar el tratamiento porque ninguna medicina es inocua”. Un punto clave en esta fase es la ‘experiencia de vida real’, en la que se realiza un seguimiento de cómo vive en el día a día el paciente, para asegurar su control emocional ya que puede haber rechazo social o laboral. En este punto es donde se termina verificando el diagnóstico.

Genitoplastias, la etapa final

Finalmente, estaría la etapa de tratamiento quirúrgico o cirugía de reafirmación genital que termina con una intervención muy complicada llamada genitoplastia. El centro hospitalario conquense no hará de momento estas operaciones ya que no hay casos suficientes. Según Aranda, estas intervenciones son muy poco frecuentes y con 3 o 4 unidades de cirugía en todo el país sería suficiente para atender todos los casos que hay.

Por ejemplo, en el caso del transexual hombre-mujer hay menos de un caso por cada 10.000 habitantes, mientras que en el de mujer-hombre la prevalencia es de un caso cada 40.000 aproximadamente. No obstante, el director médico no descarta que se haga más adelante “porque merecería la pena que también tuviéramos la última de las etapas, pero ya se verá”- Desde el hospital de la capital se enorgullecen de capitanear esta unidad de carácter regional, que será centro de referencia para todos los transexuales castellano-manchegos.

No obstante, afrontan este reto con “humildad”. “Estamos empezando, este es como el primer curso para nosotros y haremos todo lo posible para que seamos lo mejor”. Para ello trabajarán mano a mano con otros sectores muy implicados también con los trans, como trabajadores sociales, maestros, profesores y familias. Por otro lado, necesitarán apoyos de la comunidad y de fuera de ella, como el caso de la unidad de Málaga, pionera en estos tratamientos.

Lo que es más que evidente es que la nueva Unidad del Hospital Virgen de la Luz supondrá una mejoría para estas personas. “Va a incrementar mucho su calidad asistencial porque hasta ahora la atención era muy fragmentada y podían no estar en manos de gente experta y ahora se va a evitar esto”.

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