Espacio creado para apoyar y promover el espíritu emprendedor en Castilla-La Mancha.
Creando Oportunidades
PlantarArte es el proyecto común entre Alba y Manuela, nacido en el Real de San Vicente en el otoño de 2018. Se juntaron dos mujeres con gran admiración y respeto a la naturaleza, amigas, diseñadoras y madres en un entorno rural. “Nos conocimos en 2006 siendo compañeras de universidad, y enseguida supimos acoplarnos la una a la otra, tanto en el trabajo como en la amistad. Los azares de la vida hicieron que, tras vivir en sitios tan diferentes como Chile y Japón, o Brasil y Francia, nuestros proyectos de vida se unieran en el mismo lugar y fuéramos madres en el mismo momento. Las dos queríamos emprender viviendo en un entorno rural y estando presentes en la vida de nuestros hijos”, afirman las emprendedoras.
Y la suerte es que el emprendimiento es también “un sueño hecho realidad”. “Hemos encontrado en las plantas y la decoración una maravillosa forma de compaginar el trabajo con las familias. Nuestra pasión por el diseño y las plantas ha hecho que pongamos tanto amor y empeño en este proyecto”, explican.
Manuela es de madre japonesa y padre español. Llegó muy pequeña desde Japón al Real de San Vicente y se crio en un entorno natural. Tras vivir en Madrid, en Chile, y recorrer América del Sur, se dio cuenta de que pertenece a ese pequeño pueblo que la vio crecer y empieza a planear su futuro en él. Es arquitecta técnica de profesión, pero confiesa sentirse más atraída por el mundo de la decoración y el interiorismo, que el de las obras.
Alba es originaria de Madrid y también eligió el Real de San Vicente como el lugar para criar a sus hijos, gracias a su ambiente rural y cerca de su familia. Estudió Arquitectura Técnica, especializándose en la Bioconstrucción, lo que le hizo sensibilizarse con los materiales naturales y alejarse de los productos tóxicos y dañinos para la salud.
“Influenciadas por la cultura japonesa, queremos acercar la naturaleza al hogar y encontrar el equilibrio, la sencillez y la armonía a través de su contemplación. Similar al concepto de los jardines Zen”, explican las emprendedoras. Por eso, trabajan en crear elementos decorativos únicos, totalmente artesanales, con soportes naturales. “Mini-mundos” que puedan aportar ese efecto tranquilizador. Sus creaciones están hechas con materiales naturales y que no son perjudiciales para la salud.
“Creemos y tenemos en cuenta los numerosos beneficios de las plantas en cuanto a la purificación del aire, la regulación de la humedad ambiental en el interior de las casas y la neutralización de las ondas de los aparatos eléctricos. No podemos olvidarnos de la relajación y bienestar que nos aporta física y mentalmente un espacio con plantas”. Su trabajo se puede seguir en su página web.
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