Graffitis durante la Guerra Civil: expresiones populares de uno de los principales cuarteles de las Brigadas Internacionales
Las personas han marcado, escrito o dibujado sus preocupaciones desde tiempos inmemoriales. Así lo explican desde el Grupo de Investigación 'Historical Graffiti', un colectivo de arqueólogos e historiadores ligado a la Universidad Rey Juan Carlos, que ha presentado recientemente el volumen 'Grafitos históricos hispánicos II'. “Un graffiti es un síntoma de la necesidad expresiva y libre que tenemos las personas desde tiempo inmemorial”, explican, y por eso se pueden localizar graffiti en cualquier lugar por el que han pasado personas: desde Pompeya hasta Almansa.
Dentro de este volumen, el grupo de investigación ha incluido el trabajo del arqueólogo de Almansa, Enrique R. Gil Hernández, quien ha estudiado el conjunto de graffiti que se ha conservado en el convento de las monjas agustinas de la localidad. Almansa fue durante la Guerra Civil uno de los principales cuarteles de las Brigadas Internacionales: la asociación Pablo Iglesias, a la que pertenece Gil Hernández, homenajearon la memoria de aquellos luchadores ya que en 2021 se cumplieron 85 años de su llegada al pueblo, donde todavía hay rastros inamovibles de su paso.
El trabajo de Gil se titula 'Graffiti de guerra y presidio: el convento de las monjas agustinas de Almansa entre 1936 y 1951'. y recopila las pruebas que han quedado tras el asalto al convento por parte de las milicias populares al comenzar la Guerra Civil española. El convento pasó a ser un espacio de depuración y castigo durante el franquismo, por el que pasaron “miles de personas”, y donde muchas fueron ejecutadas.
“Miles de mensajes”
En 2007, el convento fue abandonado y Gil aprovechó entonces para explorar el recinto: fue entonces cuando encontró los graffiti. “Se conservaba una estancia tal y como había quedado aquellos años en los que las monjas no estaban, y en sus paredes miles de mensajes, escritos o dibujados, que permitían realizar un acercamiento a los distintos episodios que pudieron haberse dado durante los años de guerra y posguerra”. En las paredes del recinto se pueden conservar cuentas matemáticas, centenares de firmas de personas españolas pero también extranjeras, posiblemente brigadistas, y también escenas eróticas, caricaturas y, por supuesto, símbolos políticos. De hecho, explica Gil, el trabajo comenzó precisamente por un encargo desde entonces apoyado por el Pleno.
Pero también, muchas escenas de guerra, de ejercicios de artillería con cañones, de enfrentamientos aéreos entre aviones; algunos han sido identificados como Polikarpov I-16, soviéticos.
Para Gil uno de los aspectos que más le llamó la atención fue la “tremenda amalgama” de simbología franquista que se encontró en el recinto. “Decenas” de yugos y flecha, “¡Viva Franco!”, e, incluso, una esvástica, así como los símbolos que caracterizaban a las SS. “Todo un repertorio que nos traslada a un espacio que pudo funcionar como sala común de la guarnición de fuerzas franquistas que gestionaban el recinto religioso durante los años de represión”, recalca.
En Almansa se puede visitar desde este pasado martes 1 de febrero la exposición 'El arte de la guerra en el arte espontáneo: fuerzas armadas y grafitos históricos', en el Centro Documental y Festero. La exposición ha sido creada por los miembros del Grupo de Investigación 'Historical Graffiti' y se centra en el valor de los graffiti históricos como fuente de información histórica. En sus diferentes paneles, ilustra la riqueza de los graffiti generados en diferentes contextos bélicos o militares a lo largo de la historia y se puede visitar en la localidad hasta el 18 de febrero.
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