Palabras Clave es el espacio de opinión, análisis y reflexión de eldiario.es Castilla-La Mancha, un punto de encuentro y participación colectiva.
Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de sus autores.
Este 20 de febrero, Día Mundial de la Justicia Social, es buen momento para hablar de la práctica del trabajo social con las víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Estas víctimas son consideradas en la actualidad como 'Las esclavas del siglo XXI'.
Vamos a reflexionar sobre los conceptos de Justicia Social, Trabajo Social y Trata de Seres humanos con Fines de Explotación Sexual con una definición literal de cada término, para que podamos ver el campo de actuación de los/as profesionales y la perspectiva que podemos tener con este colectivo a corto y medio plazo.
El Trabajo Social es definido como una profesión basada en la práctica y una disciplina social que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social, y los principios de la justicia social.
La Justicia social se refiere a las nociones fundamentales de igualdad de oportunidades y de derechos humanos, más allá del concepto tradicional de justicia legal. Está basada en la equidad y es imprescindible para que los individuos puedan desarrollar su máximo potencial y para que se pueda instaurar una paz duradera.
La Trata de seres humanos hace referencia a la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. La explotación incluye como mínimo, la derivada de la prostitución y de otras formas de explotación sexual (Protocolo de Palermo).
La trata de Personas con fines de explotación sexual debe ser analizada desde una perspectiva global e interconectada, en la que confluyen factores económicos, sociales, políticos y culturales. Las desigualdades de género, la feminización de la pobreza y los flujos migratorios existencia de una demanda, la tolerancia social son factores interrelacionados y determinantes en este fenómeno.
Las víctimas de trata sufren, en la gran mayoría de los casos, agresiones sexuales y físicas, abusos emocionales y económicos e intimidaciones, como también reciben amenazas contra sus familiares a modo de método coercitivo para garantizar su silencio y sumisión. Los tratantes consiguen así mantener inmovilizadas a sus víctimas que se encuentran, casi en la totalidad de los casos, asustadas y aisladas socialmente en un territorio desconocido, sin documentación, conocimiento del idioma y de las posibilidades de ayuda y sin redes de apoyo. En este contexto , sin ayuda externa, muy pocas son capaces de huir y escapar de los traficantes, dejando en ellas una serie de secuelas , que en ocasiones es difícil la recuperación total de la víctima.
A este respecto, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos establece una serie de recomendaciones sobre los derechos humanos y la trata de personas, basados en el principio de primacía de los derechos humanos de las personas que han sido objeto de este delito.
En nuestra profesión, ni que decir tiene que uno de los pilares en el que desarrollamos nuestro trabajo es en el de la Justicia Social. Es nuestro deber como trabajadores/as sociales la utilización de todos los recursos y servicios existentes para garantizar que, quien ha padecido una violación de sus derechos, y más concretamente, quién ha sido víctima de Trata con fines de Explotación Sexual pueda acceder a tales recursos y recuperar su dignidad en la medida que sea posible, como forma de justicia social. Otro aspecto que quisiera resaltar muy necesario, aparte de utilizar todos los recursos existentes, el estado emocional en que salen victimas exige que los profesionales estén formados y sensibilizados frente a este drama humano y sean capaces de ser empáticos para generar un estado de confianza, muy necesario para un el largo proceso de recuperación.