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Castilla y León vigilará que en los prostíbulos se cumpla la normativa COVID aunque no sabe cuáles ni cuántos son

Un conocido prostíbulo de Valladolid, en una imagen de archivo.

Alba Camazón

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“El problema de los prostíbulos no es menor”, señalaba el martes la consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado. Sin embargo, al no tratarse de una actividad reglada como tal -la prostitución es alegal en España-, ha rechazado un cierre obligatorio y automático como ha hecho, por ejemplo, Castilla-La Mancha. “La mayor parte de las licencias no están con esa etiqueta, suelen ser hostales u hoteles, bares... La apuesta es incrementar las inspecciones donde se crea que no se cumplen las normas”, sentenció Casado.

Los prostíbulos, por tanto, no tienen una licencia específica ni hay un registro, aunque muchos de ellos son conocidos por prácticamente toda la sociedad castellano y leonesa. La Junta, además, destaca que estas licencias las gestionan los ayuntamientos y no la administración autonómica. Ya lo ha reiterado en varias ocasiones el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, que señalaba que es “imposible” publicar en Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) un decreto de cierre de los prostíbulos. “No existe ningún establecimiento que tenga tal licencia. La persecución del delito de trata es cosa del Ministerio de Interior”, insistía Igea a través de redes sociales.

Todo comenzó después de que la ministra de Igualdad, Irene Montero, pidiera la semana pasada a las autonomías que cerraran los prostíbulos. Montero lamentó que los contagios que se produzcan en estos lugares pueden conllevar un “aumento potencial de positivos de difícil rastreo” y solicitó que las autonomías ofrezcan a las prostitutas “alternativas dignas” para hacer frente a esta situación. Castilla-La Mancha y Catalunya ordenaron, poco después, su cierre.

Castilla y León, sin embargo, argumenta desconocimiento ante la ausencia de una licencia específica para el club de alterne. “Turismo carece del dato del tipo de actividad, puesto que sólo damos autorizaciones de bares, cafeterías, restaurantes o salones de banquetes, sin entrar a determinar el tipo de licencia que precisan por parte del ayuntamiento, que es la administración que concede dichas licencias”, sentencia la Junta de Castilla y León.

Sin embargo, sí hay datos aproximados. La Policía Nacional detectó hace dos años 244 clubs de alterne y lugares de prostitución en viviendas particulares en Castilla y León, según ha recopilado el Observatorio de Género y Datos Abiertos, una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). En ese año se detectaron 74 lugares en los que se ejercía la prostitución en Valladolid, 57 en León, 31 en Salamanca, 25 en Zamora, 20 en Burgos, 12 en Palencia, 10 en Segovia, 8 en Ávila y 7 en Soria.

Gel hidroalcóholico y desinfección

La Consejería de Cultura y Turismo, preguntada por este diario, asegura que la normativa de estos prostíbulos varía en función de sus particularidades. Es decir, que pueden abrir siempre que se cumplan las medidas de seguridad, defiende la Junta.

Si tiene habitaciones y por lo tanto, se trata da un establecimiento hotelero (hotel, motel o pensión), así que no podrá superar el 50% de su aforo. El prostíbulo que tenga este tipo de licencias deberá determinar el aforo de los espacios comunes y las condiciones “más seguras” conforme al aforo máximo previsto “y de acuerdo con las medidas de higiene, protección y distancia mínima establecidas”. “Las actividades de animación o clases grupales deberán diseñarse y planificarse con un aforo máximo de 25 personas. Deberá respetarse la distancia de seguridad entre las personas que asistan a la actividad y entre estos y la persona animadora o entrenadora”, continúa la normativa para los establecimientos hoteleros, entre los que se pueden incluir estos burdeles. También deberán desinfectar los objetos y el material utilizado “después de cada uso” y se dispondrá de gel hidroalcohólico o desinfectantes.

Si el prostíbulo cuenta con un servicio de restauración, “normalmente un bar”, están sometidos a la normativa de estos establecimientos. En este segundo tipo de establecimientos, explica la Junta, “se sirven copas y se ejerce la prostitución en cabinas o reservados”, por lo tanto, “no precisan autorización como alojamiento”.

Por lo tanto, el aforo en barra no podrá superar el 50% y, en mesa, el 75% del aforo si la sala tiene un aforo de hasta 40 comensales y del 50% si el espacio es mayor. Se suprime cualquier actividad de restauración que se desarrolle de pie, como cócteles, y solo podrán abrir hasta la una de la mañana, “sin que puedan admitirse nuevos clientes a partir de las 00.00 horas”.

Si estos establecimientos cuentan con una licencia de ocio nocturno (apartado B.5 del anexo de la Ley de Espectáculos de 2006), deberán cerrar: discotecas, salas de fiesta, pubs, bares especiales, salas de exhibiciones especiales o locales multiocio, entre otros.

En cualquiera de los casos, si tienen terraza la podrán utilizar “en las mismas condiciones que el resto de terrazas de establecimientos de hostelería y restauración”. Es decir, al 80% de su ocupación.

“Una de las peores formas de maltrato”

“La prostitución es una de las peores formas de maltrato hacia las mujeres. No nos explicamos cómo a estas alturas siguen abiertos los prostíbulos”, lamenta ante elDiario.es la presidenta de la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos (Adavasymt), Conchi Minayo. Estas mujeres ya estaban expuestas a enfermedades de transmisión sexual (ETS), y ahora también a la COVID-19.

La consejera de Sanidad aseguró que, de regularse esta actividad, “pues aplicamos”, pero de momento solo toca “una vigilancia e inspección muy rigurosa”. La Junta de Castilla y León cuenta con el programa 'Atrapadas', que pretende “garantizar la atención integral” a las víctimas de prostitución. Casado destacó la importancia también de saber “cómo vamos a cuidar a esas personas” y “detectar estas situaciones, extremas y urgentes en algunos casos, y garantizar la Sanidad básica”.

La representante de Adavasymt también hace hincapié en las dificultades que puede haber para hacer un rastreo de contactos si hay un positivo en el entorno del prostíbulo. “A la hora de hacer un seguimiento se van a callar, lo van a negar. Pueden contagiar a estas mujeres y a sus familias. Pero como parece que 'no existe', no se hacen leyes especiales”, agrega Minayo.

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