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Las PCR obligatorias para entrar en España dificultan la vuelta a casa de los Erasmus por Navidad

Imagen de archivo de un viajero consultando la salida de los vuelos en un aeropuerto.

Elisabet Alba / ileon.com

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La leonesa Lucía Casas, el madrileño Eduardo Román y la burgalesa Marina Pérez son alumnos de cuarto año de Biotecnología de la Universidad de León (ULE) de Erasmus en Nottingham (Inglaterra). La suya es la historia de tres de los 271 alumnos de la ULE de Erasmus este curso, repartidos entre Italia, Polonia, Portugal y otras dieciséis capitales europeas. Lo que les prometieron como una gran oportunidad para conocer gente, conocerse a uno mismo y viajar está resultando en realidad una pesadilla antes de Navidad.

Desde este pasado lunes, el Gobierno de España exige una prueba PCR con diagnóstico Covid negativo a quienes quieran entrar en el país por un aeropuerto o puerto: sean extranjeros o no. Un negocio para las privadas, que pone en riesgo el reencuentro con sus familias en unas fechas tan señaladas.

La pandemia los obligó a viajar a Inglaterra quince días antes que el resto de sus compañeros para cumplir con la cuarentena domiciliaria que les exigía el Reino Unido antes del comienzo de curso. Pero la primera sorpresa se la llevaron al conocer que sólo iban a tener 'cuatro' clases presenciales en el primer cuatrimestre. Y quien dice cuatro, dice que han tenido exactamente seis desde septiembre hasta noviembre.

A la primera cuarentena le siguió la segunda. La mala suerte quiso que se contagiasen de la infección en sus sesiones de acercamiento al Campus de la Nottingham Trent University en la que cursan el último año de su carrera. Para cuando el virus se desactivó de su organismo, y podían salir del piso que comparten, la ciudad de Nottingham estaba confinada por su situación epidemiológica. Eso sí, los ingleses se ponen poco o nada la mascarilla en lo que les permiten salir a la calle, en los locales cerrados o en los medios de transporte públicos.

Por eso, tienen todo el cuidado que pueden, confiando además en que los casos de reinfección son bastante bajos. Y aún así, el Gobierno de Pedro Sánchez les pide un informe que certifique que son Covid negativos antes de subirse a un avión para el que hace meses que tienen reservado su asiento.

“Sabíamos que el Erasmus este año no iba a ser lo mismo, pero no nos esperábamos esto”. Se sienten abandonados a su suerte. No entienden cómo durante todo el verano españoles y extranjeros han podido entrar y salir del país sin ninguna exigencia y ahora se les “castiga” a ellos, a los estudiantes becados por Europa, a hacer frente a un desembolso económico para viajar en Navidad. “No estamos de vacaciones. Hay miles de estudiantes en nuestra situación. ¿Nadie ha pensado en nosotros?”, se preguntan.

De los que se quedaron como ellos, hay quien está ya pensando en no volver a casa, porque no le llega el dinero o porque no le compensa el “quebradero de cabeza” que lleva días atormentando a Lucía, Eduardo y Marina. Ellos, por su parte, solo le dan vueltas a cómo será el segundo cuatrimestre, si la universidad inglesa cumplirá con la promesa de hacer más clases presenciales y prácticas y la ¿cuarta? cuarentena domiciliaria al volver a suelo británico en enero.

“Pedir una PCR aquí es como pedir un jersey. Lo pides online, pagas entre 250 y 375 libras (280-420 euros) a una clínica privada que te lo envía a casa, te lo tienes que hacer tú mismo y enviársela de vuelta. Depende de cuánto pagues por el test y el informe te dan el resultado a las 48 o 72 horas”, se quejan. Un negocio para la sanidad privada que no tiene, para los estudiantes, ninguna garantía. Nadie comprueba quién se hace el test ni si se lo hace correctamente. “Pierde toda la fiabilidad frente a un test de antígenos”, que, en cambio, sí que estaría dispuesta a hacérselo de manera gratuita la universidad inglesa.

“Hemos intentado contactar con todo el mundo pero nadie nos da una solución”, lamentan. Han buscado respuestas a sus preguntas en prácticamente cualquier sitio que les pudieran ayudar. En la Universidad de León, a la que pertenecen, les ofrecen alargar su beca Erasmus de los 7 meses que tienen concedidos en la actualidad a 10 meses, “con eso ya nos conformaríamos”, pero nadie les ha cogido el teléfono en la embajada española en Londres o en el Consulado de Asuntos Exteriores en Cambridge. “Tenemos un seguro sanitario que cubre los gastos médicos pero no los gastos médicos preventivos como una prueba PCR. La única opción que tenemos es pagarla”.

El que ha podido se ha ido antes de la entrada en vigor de la resolución de la Dirección General de Salud Pública, pero justamente de las 'cuatro' clases contadas que tienen presenciales, algunas están fijadas antes de las vacaciones navideñas y no quieren faltar.

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