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La Justicia confirma dos años de cárcel por abusos sobre tres menores, una de ellas de 13 años

Imagen de archivo.

Europa Press

1 de febrero de 2022 13:44 h

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El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha ratificado la condena de dos años de cárcel impuesta en Segovia a un hombre por abusos sexuales sobre tres menores de edad, una de ellas, de 13 años, hija de una mujer con la que había mantenido contactos sexuales remunerados.

La sentencia de la Sala de lo Civil y Penal del TSJCyL, con sede en Burgos, desestima el recurso del condenado, al que impone además costas, y confirma en todos sus términos el fallo condenatorio dictado por la Audiencia de Segovia el 8 de junio de 2021, que le halló autor de dos delitos de abuso sexual y un delito de corrupción de menores de 16 años y le impuso dos años de cárcel, 16.200 euros de multa y el pago de 1.000 euros de indemnización en favor de dos de las tres menores.

De la prueba practicada en el acto del juicio oral resulta probado que el condenado conocía a la menor, de 13 años en la fecha de los hechos, por ser conocido de su familia, al haber trabajado la madre de ella para él en diversas ocasiones y tener con ella una relación sexual con contraprestación económica, desde años atrás.

La menor, conocedora de esta circunstancia, se puso en contacto con el acusado a través de la red social Facebook (donde en su perfil hacía constar que era mayor de edad) un día de 2018, fecha de su cumpleaños, se identificó como la hija de la mujer con la que mantenía relaciones sexuales remuneradas y le solicitó que le dejase dinero para celebrar dicho evento. Ambos quedaron a tal efecto y el acusado le entregó 90 euros.

Si bien en aquella ocasión no le pidió nada a cambio, el acusado siguió manteniendo contacto con la menor, a la que en ocasiones posteriores la pedía que se dejase tocar de forma lasciva o le pedía que le enviase fotos o vídeos suyos de carácter sexual o pornográfico a cambio de darle el dinero que el pedía.

Dichas comunicaciones tuvieron lugar en un primer momento por medio de la aplicación Messenger y por vía telefónica, y luego también por whatsapp.

Quedaban en el coche

Esa relación era frecuente y acusado y víctima quedaban de forma habitual, unas veces en las proximidades de una gasolinera de la ciudad, otras en la localidad donde vivía la menor y otras en las inmediaciones de la plaza de toros; todas ellas con una dinámica similar en que ella entraba en el vehículo del acusado donde se dejaba realizar tocamientos lascivos en los pechos y en la vulva, a cambio de la entrega de cantidades de dinero que oscilaban entre los 30 y 90 y en ocasiones excepcionales 100 y 150 euros.

Tales tocamientos se realizaban por encima y por debajo de la ropa, llegando en alguna ocasión a quitársela y a fotografiarla sus senos y vulva, pero sin que conste que la llegase a introducir los dedos u otro miembro corporal por la vagina u otra cavidad corporal.

De la misma forma, y satisfaciendo los deseos del acusado, la menor le remitió a lo largo de esos meses multitud de fotografías y varios vídeos de contenido pornográfico en los que la menor aparecía mostrando sus órganos genitales, masturbándose o introduciéndose un consolador, así como otras fotos desnuda, en bikini o ropa interior.

Sobre las 19.40 horas del día 19 de noviembre de 2018, el acusado quedó con la menor en la parte superior de las escaleras de una gasolinera en Segovia, donde acudió acompañada de dos amigas, de 16 y 15 años, y las tres menores accedieron entonces al vehículo, ocupando la primera el asiento del copiloto.

Las dos últimas ya habían sido informadas de que podían sacar dinero al acusado si le “contaban cosas bonitas” o si le “zorreaban” un poco, pues era el cumpleaños de una de ellas, la de 15, y no tenían dinero para un regalo.

Dicha cita tuvo una duración de unos diez minutos en el curso de la cual el acusado realizó diversos comentarios de contenido sexual, como “qué buenas estáis” o “me estáis poniendo cachondo”, a la vez que les pidió que se grabasen desnudas diciéndoles “a ver cuándo me mandáis unas fotos o un vídeo desnudas”.

También les pidió que se grabasen “follando”, a lo que las dos menores que ocupaban los asientos traseros del coche le siguieron la corriente con comentarios fingidos acerca de su sexualidad. Igualmente, el acusado les propuso quedar el siguiente sábado para ir a una sala de intercambios de parejas en Madrid, con el fin de hacer un trío con él.

En el curso de esta cita, el acusado tocó en las piernas a las dos menores y entregó 50 euros a las tres menores, que acto seguido abandonaron el vehículo.

Al día siguiente, dos de las menores decidieron quedar con el acusado ante la facilidad con que habían obtenido el dinero, de forma que se reunieron con él, se introdujeron en su coche y él las tocó metiendo su mano por la parte interior de los muslos, intentando subir más allá con intención libidinosa, si bien las dos víctimas se apartaron, sin que el acusado siguiera con sus tocamientos. Concluida la sesión, entregó a una 50 euros y a la otra 20.

Esa misma tarde el condenado estuvo con las tres menores de nuevo en el coche y, tras entregarles 50 euros, les propuso que le masturbasen, si bien las víctimas no atendieron su petición y decidieron abandonar el vehículo.

No consta probado que el acusado llegase a saber la edad de la primera de las menores, ya que fue ocultado por ésta, además de que era una chica con un desarrollo corporal que hacía que no aparentase la edad de 13 años que tenía en el momento de los hechos, sin que conste que nadie le hubiese revelado su verdadera edad.

Igualmente, tampoco consta que llegase a conocer la verdadera edad de la que dijo tener 18, que además era una mujer de elevada estatura y desarrollada estructura corporal, pero sí conocía la condición de menor de la que contaba entonces con 15 años, pues así lo había manifestado ella y su apariencia corporal menuda así lo atestiguaba.

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