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Barcelona afronta la fase decisiva del veto a los coches contaminantes con el inicio de las sanciones

La nueva ley por el clima blindará las zonas urbanas de bajas emisiones

Pau Rodríguez

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El veto a los coches y motos más contaminantes entra en su fase decisiva este martes en Barcelona. Desde enero, estos vehículos tenían prohibida la circulación por la capital catalana –y otros cuatro municipios colindantes–, pero todavía no se les multaba. A partir de este martes, si alguna de las 70 cámaras instaladas por la ciudad detecta a un infractor, se le hará llegar una sanción mínima de 100 euros.

La entrada en vigor del régimen sancionador de la Zona de Bajas Emisiones estaba prevista para el pasado 1 de abril, dando así tres meses de margen a los conductores de estos vehículos, pero con la crisis del coronavirus se tomó la decisión de aplazarlo. El veto a los contaminantes perdía sentido con el desplome del tráfico y de las emisiones que siguió al confinamiento, pero lo ha recobrado con la vuelta a la normalidad y con el crecimiento del uso del coche y la moto por encima del transporte público. 

La Zona de Bajas Emisiones prohíbe la circulación dentro de un perímetro de 90 kilómetros cuadrados –el más grande del sur de Europa– a todos aquellos vehículos que no cuentan con un distintivo de la DGT, es decir, los más antiguos y contaminantes. Esto incluye todos los turismos de gasolina matriculados antes del año 2000, los diésel de antes de 2006 y las motocicletas y ciclomotores anteriores a 2003. Las restricciones son solo durante los días laborables y de 7h a 20h. 

Para los vehículos vetados existe la posibilidad de entrar a la ciudad un máximo de 10 días al año –previa solicitud de permiso–. Y también existen moratorias para los vehículos comerciales y de transporte, que incluso se llegaron a ampliar debido a la pandemia para no perjudicar todavía más a su economía. Así lo pactaron las administraciones responsables de la medida: el Área Metropolitana de Barcelona, los cinco ayuntamientos afectados (entre ellos, el de la capital catalana) y la Generalitat de Catalunya. 

Furgonetas, camiones y autocares tenían que empezar a cumplir la medida en 2021, un año después de su implantación, pero se les ha dado más margen. Las sanciones para las furgonetas (N1) serán a partir del 1 de abril de 2021 y las de camiones y autobuses pequeños (M2, N2 y N3), a partir del 1 de julio. Los autocares y autobuses grandes de transporte colectivo (M3) dispondrán de una moratoria de un año, hasta el 1 de enero de 2022. También tendrán un poco más de tiempo para adaptarse los trabajadores autónomos con rentas más bajas, que no serán sancionados hasta el 1 de abril.

Barcelona puso en marcha la Zona de Bajas Emisiones como su acción más ambiciosa para reducir los niveles de contaminación en la ciudad, que superan los máximos permitidos por la Unión Europea desde hace años. La medida despertó el rechazo de varios sectores económicos, entre ellos asociaciones de transportistas que la llevaron a los tribunales, pero hasta ahora la Justicia se ha pronunciado a favor de mantener el veto. 

A finales de febrero, el Ayuntamiento de Barcelona estimaba que había logrado expulsar a cerca de 36.000 coches contaminantes de las calles de la ciudad. Según los cálculos del consistorio, todavía queda a día de hoy un 3% de vehículos que circulan sin distintivo y que no pueden acogerse a ninguna moratoria. Serían unos 16.300, según informó el Ayuntamiento en junio, aunque la cifra podría variar significativamente debido a los cambios de movilidad experimentados por la COVID-19.

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