La caída de ABC

¿Se acaba ABC? El diario español más importante del siglo XX ha ido bajando sin freno en los índices de difusión y audiencia. Los datos más recientes del Estudio General de Medios lo confirman en un sexto lugar de los rankings, muy por debajo de los dos primeros -El País y El Mundo- además de La Vanguardia, La Voz de Galicia y El Periódico de Cataluña. Está todavía por encima de La Razón, que hoy es su más directo competidor.

Podría parecer una paradoja que el gran diario monárquico no haya sobrevivido con más éxito el regreso de la monarquía en España, después de haberla defendido con tanto fervor después de su caída en abril de 1931 y su marginación por Franco el 1939.

ABC podía presumir de haber sido suspendido y perseguido por la República y controlado y sancionado por el franquismo, por su fidelidad a Alfonso XIII y a su heredero Juan de Borbón. Todavía en 1969, su director Torcuato Luca de Tena Brunet se abstuvo como procurador en las Cortes en el nombramiento de Juan Carlos como sucesor de Franco a título de rey.

Pero en 1975, ABC hizo una deriva neofranquista a favor de Carlos Arias Navarro, el presidente de gobierno que Juan Carlos heredó de Franco, y sobre todo de Manuel Fraga Iribarne. Estudios recientes han mostrado con qué reservas apoyó a Suárez en el proceso de reforma, así como el compromiso con Alianza Popular, con el marqués de Luca de Tenacomo candidato a senador en 1977, sin éxito. Lo fue también el principal articulista del diario, José María Ruiz Gallardón, padre del ex ministro.

El nuevo diario El País atrajo inicialmente los monárquicos moderados con su apoyo a José María Areilza, así como Ya, el diario de los obispos, con su reformismo. Tras la victoria socialista de 1982, Luis María Ansón relanzó ABC como gran diario conservador, al precio de estrenar un estilo agresivo y poco riguroso que después han hecho suyo los nuevos diarios de la derecha. Más abierto hacia el centro, El Mundo de Pedro J. Ramírez, que se había formado en ABC. Más cerrado hacia la derecha, La Razón con que el mismo Ansón pasa a hacerle la competencia.

Centenario desde 2005, ABC ha tenido que afrontar la defensa difícil de su posición en un espacio informativo fraccionado y sometido a una competencia endurecida aún más por la crisis general del periodismo escrito. En un clima de crispación que lo ha alejado de la centralidad política y del propio espíritu de la nueva monarquía, a la que no siempre favorece con el tono de suapoyo. Ya hace algún tiempo que se habla de la posible fusión de ABC con alguno de sus competidores para mantener el favor del público más conservador.