“Nos han enseñado tan bien en este país a olvidar las cosas...” Y nos damos cuenta que no están olvidadas, ni mucho menos, y de que niños pequeños arrastran traumas de sus abuelos a los que, quizá, ni siquiera han conocido. Y de que nuestra casa solariega, no era nuestra, era de otros. O de que las historias de niños desaparecidos no tienen un final... Son algunos elementos de No parlis amb estranys (Fragments de memòria), la obra que ayer estrenó en el TNC Helena Tornero y que con crudeza, con ternura, con humor y con pasión recoge siete historias simplemente planteadas, siete historias inacabadas, confusas, aparentemente inconexas, abiertas, para que cada uno aporte su reflexión. Siete vivencias reales que suponen una mirada presente a la memoria histórica. “Los conflictos del pasado no resueltos son presente”, explica la directora y autora del texto.
Y si las historias pueden parecer no resueltas (la memoria histórica aún está lejos de estar resuelta...), teatralmente lo están, y muy bien. Tornero se sirve de proyecciones de época (y actuales) para reflejar estas narraciones que aún hoy siguen vivas. Vemos fotos de la Plaza Catalunya en 1939, celebrando (aunque no lo diríamos, por las caras de la gente) la entrada de Franco en Barcelona, en una manifestación en 1976; con los indignados en 2011...; y con la pista de hielo hace pocas semanas. O vemos una placa, recientemente inaugurada, que recuerda que en el Corte Inglés de Diagonal hubo una cárcel de mujeres hasta el 1955. O vemos un abuelo, un anciano que se hizo retratar con traje, todo elegante en una época triste... Y también se sirve de la música, para cantar la historia de una chica que quería ser cantante, en unos años Sesenta (“o Setenta...”) aparentemente llenos de color. Y se sirve del humor (impagable la interpretación de Mireia Gubianas, tan real, tan creíble, tan... ¡odiosa!) para demostrar, dice Tornero, que “el humor ha ayudado a sobrevivir a mucha gente que lo ha pasado muy mal”.
Todos los recursos desplegados en esencia hacen de No parlis amb estranys una obra redonda, entretenida y necesaria. Hacía falta esta observación sobre la actualidad de la memoria histórica, era necesario aportar este punto de vista que permite romper algunos tópicos haciendo daño, tal vez, a más de uno: “Si todos los que decís que corristeis delante de los grises hubierais corrido delante de los grises, ese señor no habría muerto en la cama”, se dice en la obra. Y muchos de los que estaban, seguro, en la foto de la Plaza Catalunya en 1976, resulta que en 2011 ya no estaban; estaban... en el Parlament.
El proyecto T-6 comienza su nueva etapa en la Sala Petita del TNC, tras el cierre de la Tallers el 4 de marzo, con recortes de presupuesto (obviamente) y de exhibiciones (No parlis... está en cartel sólo hasta el día 14 abril,¡ hay que darse prisa!). Así pues, la última reivindicación de esta obra es la de un proyecto de autoría y dirección teatral consolidado, exitoso y (ya estamos otra vez) necesario para el teatro catalán. Necesario para el teatro.
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