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El editor de Mongolia explica al juez que la sátira de un belén por la que está imputado es una crítica a la Iglesia

Portada de la revista Mongolia considerada delictiva por Manos Limpias

Oriol Solé Altimira

Barcelona —
24 de noviembre de 2023 11:52 h

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El coeditor de la revista Mongolia Darío Adanti ha defendido ante el juez que la sátira de un belén por la que está imputado por un delito de ofensa contra los sentimientos religiosos es una crítica a Dios y a las instituciones católicas amparada por la libertad de expresión.

Así lo ha expuesto Adanti este viernes ante el titular del juzgado de instrucción 12 de Barcelona en su declaración como investigado, acordada por el juez Sergio Escalona a petición del sindicato ultra Manos Limpias. La comparecencia se ha tenido que celebrar presencialmente en la capital catalana después de que en hasta dos ocasiones fallos tecnológicos impidieran celebrarla por videoconferencia desde Madrid, donde reside Adanti.

El caso por el que sido imputada Mongolia ha vuelto a poner sobre la mesa el uso interesado de la Justicia por parte de asociaciones ultras, que emplean delitos decimonónicos como la ofensa a los sentimientos religiosos (un tipo penal que numerosos juristas consideran desfasado y contrario a la libertad de expresión) para perseguir opiniones contrarias a la suya.

En esta causa, el denunciante es un sindicato ultra Manos Limpias, cuyo secretario general, Miguel Bernad, fue condenado en primera instancia a cuatro años de cárcel por extorsionar a bancos. Adanti y el coeditor de Mongolia Pere Rusiñol se enfrentan a otras tres querellas de Abogados Cristianos, Hazte Oír y una entidad carlista por la misma portada satírica de un belén donde aparecían José, la virgen María y un dibujo de una caca sonriente representando a Jesús.

A preguntas del juez, Adanti ha revindicado la autoría de la portada como ilustrador y diseñador gráfico de Mongolia, y ha explicado que su intención era criticar “la idea de Dios” vinculándola a un excremento, así como afear el apoyo a dictaduras o la oposición a derechos como el aborto o el matrimonio homosexual por parte de la jerarquía de la Iglesia católica

En suma, un contenido anticlerical amparado por la libertad de expresión por el que si un católico se siente ofendido puede simplemente no comprar la revista, ha argumentado el coeditor de Mongolia.

En declaraciones a la prensa tras la declaración, Adanti, que ha recibido el apoyo de Amnistía Internacional, ha reclamado la derogación de los delitos de ofensa contra los sentimientos religiosos, injurias al rey y enaltecimiento del terrorismo por ser contrarios a la libertad de expresión.

La imputación de los editores de Mongolia coincide con la edición del libro 'Libertad de impresión' por parte de la revista satírica. La obra recopila varias de las causas en los tribunales que en los últimos años han pretendido amordazar la libertad de expresión. 

Amnistía viene recordando que el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas reitera que la libertad de opinión y de expresión “constituyen la piedra angular de sociedades libres y democráticas, por lo que la prohibición de faltas de respeto hacia una religión o cualquier otro sistema de creencias es incompatible con el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”.

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