La crisis económica actual hace que nos preguntemos qué relación tenemos con el dinero. Hablamos a menudo, pensamos qué valor le damos en el conjunto de nuestra vida, cómo empujan o dificultan el día a día, en cómo nos afectan. La dimensión social del sistema en que estamos inmersos toca pues, directamente, la intimidad de cada cual, la dimensión emocional. Y esta dimensión es la materia sensible para la propuesta que el Teatre Lliure hizo a Nao Albet, Marcel Borràs, Iván Morales, David Selvas y Victoria Szpunberg.
El planteamiento se teje a través de un mismo personaje, Dylan Bravo, que cruza las tres obras, cada una de ellas representa un momento de su vida, en un recorrido emocional a través del materialismo. La trilogía plantea un mapa sobre los límites íntimos de lo que cada uno está dispuesto a hacer por dinero, y lo hace a partir de la cultura, el entorno social y la vida en pareja, que articulan temáticamente los tres espectáculos.
La primera de las propuestas, 'Mammón', podrá verse del 10 al 26 de abril, y explica como cerca de la antigua Khalpe, actual Alepo, dos familias conviven en armonía admirando la belleza natural del entorno, pero la llegada de un hombre misterioso altera la paz. 'Hemos aprovechado para hablar de conflictos actuales que son motivados por el dinero', dice Nao Albet, que ha relatado que esta historia parte de un mito fenicio, actualizado, que permite abordar la cuestión de la Siria actual, inmersa en una cruel guerra.
'Cleòpatra', de Iván Morales explicará, del 6 al 24 de mayo, con la interpretación de Anna Azcona, Clàudia Benito y Manel Sans, como Dylan, después de vivir quince años en la Babilonia de los bajos fondos, vuelve a Barcelona para desintoxicarse del sexo de pago y de la cocaína, y acaba alquilando una habitación en el Poble Sec. 'Es una obra de teatro para hablar de lo que está pasando aquí y ahora', ha comentado Morales, que pasó un año documentándose y cinco meses preparando la estructura de la obra.
El último montaje, del 4 al 21 de junio, 'L'onzena plaga' tiene dos lecturas: la primera, una plaga de ratas, extraída de cuando la autora del texto Victoria Szpunberg tuvo que superar la fobia a estos animales, y la segunda, una plaga sistémica, invisible que lo convierte todo en una mercancía, haciendo alusión al dinero. 'Una plaga es más pragmática y fóbica y la otra es más invisible y peligrosa', ha alertado la autora, que ha escrito un texto coral sin un claro protagonista más allá del personaje común de Dylan, lleno de elementos oníricos y grotescos.
La crisis económica ha hecho que aumente la preocupación por los bienes materiales, o por la ausencia de ellos, por lo cual 'Tot pels diners' explorará este tema cercano y de actualidad, en un intento de atraer a nuevos espectadores para el teatro. Un proyecto insólito, no sólo por el formato, una misma temática desde tres miradas diferentes, sino porque La Brutal, una compañía privada, es la que ha proyectado todo el ciclo entero que después acoge y coproduce un teatro público.