No transcurrieron ni 24 horas después de trascender la muerte de Carmen Balcells, el lunes en Barcelona, que el Ministerio de Cultura enunciaba que había llegado a un preacuerdo con la agente literaria para la adquisición de parte de su archivo.
El precio acordado para la compraventa, según el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, era de 1,5 millones más 700.000 euros en exenciones fiscales. Hace cinco años, la primera tanda del archivo se vendió por 3 millones.
Ahora, el Ministerio de Cultura espera poder culminar con los herederos la operación “por el expreso deseo” de Balcells, que según afirma quería que se mantuviera la integridad de sus fondos. La Administración considera que el archivo constituye “una fuente principal para el conocimiento de la memoria editorial y literaria contemporánea en español y portugués”.
El archivo pendiente de adquisición está formado por la documentación generada por el grupo de empresas de la agente literaria a partir de 2004, y por documentos que habían quedado fuera de la anterior operación, como los diarios de Carmen Balcells, que integran la serie iniciada en 1954 hasta la actualidad; contratos, y parte de su biblioteca personal.
En estos diarios, el agente plasma sus comentarios sobre las operaciones realizadas por la empresa y sus relaciones profesionales tanto con escritores y editores como con otros personajes vinculados al mundo editorial; comentarios ilustrados o acompañados de fotografías, recortes de noticias, críticas literarias sobre los autores y las obras publicadas.
También incluye los contratos suscritos por la agencia, así como parte de su archivo privado con los ejemplares de su biblioteca personal, que tiene dedicatorias de los autores y con anotaciones manuscritas del agente literaria; el volumen de materiales asciende a 3.200 metros lineales, que se añadirían a los 1.000 adquiridos en 2010.
Ante el interés mediático, el Departament de Cultura ha emitido un comunicado donde confirma que, en los últimos meses, el conseller Ferran Mascarell había mantenido varias comunicaciones con Carmen Balcells para abordar la posible adquisición de su fondo. En las conversaciones se había acordado un encuentro a lo largo de septiembre para hablar, algo que no ha podido ser.
“Ciertamente, como conseller y como Gobierno, Carmen merecía mi interés para que su fondo ingresara en la Biblioteca Nacional de Cataluña. Pero también sabía que, fuera cual fuera su voluntad, la habría acogido con el máximo respeto”, asegura Mascarell, quien añade que hará lo mismo con la decisión que adopten sus herederos.