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Mas llama a rebato a los catalanes

Mas hace un gesto parecido al de su polémico cartel electoral

David Dusster

Barcelona —

Los frentes se le acumulan a Artur Mas. El president de la Generalitat ha avisado que el establishment y el Estado españoles ya han empezado a movilizarse para abortar el proceso soberanista de Catalunya el mismo día que el diario El Mundo vertía serias acusaciones de corrupción sobre su persona y sobre el expresident Jordi Pujol, a quienes imputa haberse beneficiado del desvío de fondos del caso Palau con unas cuentas en Suiza.

Mas ya tiene su equivalente al caso Banca Catalana con el que tuvo que lidiar Pujol en su pulso con el PSOE de Felipe González y que abrió las puertas a la hegemonía parlamentaria indiscutible en los años ochenta. Sobre la mesa se han puesto denuncias de corrupción terriblemente graves que si son falsas pueden conseguir que el candidato a la reelección aglutine un apoyo popular que le catapulte hacia la ansiada mayoría absoluta, que las encuestas le niegan por ahora.

Querella criminal

De momento, el líder de CiU, que simplemente ha tildado de mentiras las informaciones aparecidas en El Mundo y ha anunciado una querella criminal por injurias y perjuicios, no ha vinculado su situación personal a la ofensiva de España pero su discurso en el Ateneu Barcelonès deja ver un llamamiento a rebato de los catalanes. Tras advertir que el Estado “no se quedará cruzado de brazos”, Artur Mas valoró que “el establishment, que defiende determinadas estructuras tradicionales en España, ya se ha puesto en marcha y también lo hará el Estado español, porque no tolerarán que desde Cataluña se hagan operaciones de estas características”.

Este nuevo movimiento de campaña también coincide con la reflexión de Mas de que la mayoría absoluta “está casi imposible”, como ha declarado en una entrevista en Radio Nacional. La única manera de invertir la tendencia es fortalecer el sentimiento de que el proyecto soberanista -en ningún momento se usa la palabra independencia- no es una iniciativa de CiU sino “de todo el pueblo catalán”, como insistió Mas en el Ateneu, arropado por figuras históricas del mundo convergente como Miquel Roca, Josep Maria Cullell o Joan Rigol.

La campaña alcanzó su octava jornada y la candidat del PP sigue intentando que se convierta en un duelo entre una propuesta independentista, la de CiU, según Alicia Sánchez Camacho, y una españolista, la de los populares. Por eso insistió en el cinturón industrial de Barcelona, tradicional granero socialista, que el voto útil es el del PP e incluso pareció insinuar alianzas postelectorales con el PSC. Pese a que Camacho descarta las alianzas con una CiU “radicalizada, excluyente y separatista”, lo cieto es que ni el PP ni CiU han roto ninguno de los pactos que tenían, a nivel municipal o de diputaciones, antes del órdago nacionalista de Mas.

Navarro descarta el frente antiindependentista

Pere Navarro, más entonado conforme avanza la campaña, reaccionó rápido y dejó claro que no formará un “frente antiindependentista” con el PP después de la cita electoral del 25-N. En un desayuno-coloquio organizado por Nueva Economía Fórum, el candidato socialista ha recordado que el PP tiene una idea “recentralizadora” del Estado que el PSC no comparte y que su partido “apuesta por una reforma constitucional que no plantea el PP, que ven la Constitución como una especie de libro sagrado que está en una urna y no se puede tocar nunca”.

El jefe de lista de los socialistas catalanes ha pedido a Mas “explicaciones inmediatas” sobre las acusaciones de corrupción vertidas sobre CiU y le ha animado a querellarse si las acusaciones no son ciertas. De igual forma se expresó el líder de ICV-EUiA, que estuvo acompañado por el coordinador federal de IU, Cayo Lara. Joan Herrera agradeció a Lara su defensa del derecho a decidir de Cataluña, que hizo explícita cuando votó en el Congreso de los Diputados a favor de una propuesta presentada por ERC para reclamar esa medida.

Cayo Lara, al lado de Herrera en Cornellà, habló más de definir un Estado federal que de indepencia. Pero la terminología sigue siendo ambivalente en esta campaña. Cada vez quedan menos dudas, sin embargo, de que Mas ya ha dado un golpe de timón para reforzar su imagen de líder mesiánico y convertir la contienda electoral en un plebiscito personal que le acerque a la mayoría absoluta.

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