Llaman a no pagar impuestos hasta que se aprueben leyes anticorrupción
La sociedad ya cuenta con otro manifiesto contra la situación actual y tiene una nueva oportunidad para reivindicar, en este caso, su posición contraria a la corrupción y a favor de la transparencia en las instituciones públicas. A diferencia de otros manifiestos, el que acaba de presentar en Barcelona Acción Base de Ciudadanía Desobediente (ABCD) hace directamente una llamada a la desobediencia “contra la dictadura financiera” y pide a los ciudadanos que cuando hagan la declaración de la renta no paguen todo lo que les tocaría para evitar “ser cómplices” del sistema actual.
Esta protesta se tiene que mantener, según los organizadores, hasta que “el sector público cumpla su obligación inexcusable de transparencia pública total”. Y esto implica tres compromisos: que la Ley de Transparencia que se está tramitando en las Cortes incluya a la Casa Real, los sindicatos, los partidos y sus fundaciones; que se tramite como Ley Orgánica y, por tanto, reconozca el acceso a la información como un derecho fundamental y que incluya la obligación de los altos cargos a utilizar sólo dinero personalizado, es decir tarjeta de crédito y transferencias.
“Convocamos a la desobediencia civil pacífica”, anunció en medio de la barcelonesa Plaza Catalunya la portavoz de ABCD, Itziar González, quien fue concejal del distrito de Ciutat Vella en el anterior gobierno socialista hasta que dimitió tras recibir amenazas y comprobar que aquel gobierno municipal no era lo que ella esperaba. González ha celebrado que “últimamente haya muchos manifiestos”, porque se trata de compromisos firmados y esta es una actitud muy “vanguardista”.
La plataforma ABCD le ha dado muchas vueltas a este acto de desobediencia, a partir de la experiencia de otras personas que ya hace tiempo que la practican. Y han buscado la manera de poderlo sacar adelante con el mínimo riesgo posible para los que se quieran sumar. El experto es Feliu Madaula. Ya hace años que este vecino de Sabadell, miembro de la Coordinadora Otro mundo es posible, decidió hacer la objeción fiscal. Él tuvo algunos problemas, que actualmente están en manos de la justicia, pero su experiencia ha servido para garantizar el máximo posible que quien la haga ahora tendrá muy pocos problemas. O quizás ninguno.
Con el mínimo de riesgo
La clave del proceso, que está muy bien explicado desde su web, es que el dinero que se dejan de pagar de la declaración de la renta se deposite en la Caja General de Depósitos o también en una banca ética pero dejando claro que se trata de una prenda fiscal. Existe una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya de 2004 que dejaba claro que “no se aprecia culpabilidad alguna al no existir ocultación ni ánimo defraudatorio, por lo que se procede a la anulación de la sanción interpuesta”. Los organizadores proponen que esta cantidad que se deja de pagar, sea de 20 euros.
En caso de que Hacienda quiera llegar hasta el fondo, debería enviar primero una comunicación oficial, dar un plazo para hacer alegaciones y después, siempre queda la opción de hacer una nueva declaración de la renta complementaria, con los 20 euros que habían quedado en el depósito. A partir de este punto, el ciudadano podrá pagar o no. Si no lo hace, no se sabe qué decidirá Hacienda. En todo caso, los organizadores, que ofrecen el correo electrónico para resolver cualquier duda, aseguran que hasta que llegue ese punto no puede haber sanciones y la protesta ya será todo un éxito.
Entre los asistentes a la presentación, durante la cual una veintena de personas ya ingresaron los 20 euros en la Caja General de Depósitos, había Pepe Beunza, uno de los primeros insumisos militares del Estado. Él pagó su militancia y su compromiso pasando 3 años y dos meses entre la cárcel y el batallón de castigo de Sahara. “Ni en el día más optimista de todos los que estuve a prisión imaginé que en 30 años se acabaría con la mili” recuerda. Pero así fue. Llegó a haber un millón de objetores y más de 30.000 insumisos. Y ese fue el motivo del éxito. “Cuando a una persona está dispuesta a ir a la cárcel, tiene mucha fuerza”, asegura.