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Manifestarse contra Vox o con la bandera feminista son “indicadores de polarización”, según Policía y Mossos

Extracto del informe policial

Oriol Solé Altimira

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Acudir a una manifestación contra Vox, llevar una bandera feminista, una roja y otra negra, gritar “fuera fascistas de nuestros barrios”.... Son algunos de los elementos incluidos por los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional en los “informes sobre polarización” que ambos cuerpos han confeccionado sobre los vecinos del barrio del Raval de Barcelona acusados de coaccionar a la comitiva de diputados y cargos de Vox que visitaron el barrio tras llamarlo “estercolero multicultural”.

Los informes, confeccionados a partir de los vídeos y fotografías del caso y de datos de los perfiles en redes sociales de los investigados, son una de las pruebas del partido de extrema derecha para acusar de delito de odio a siete vecinos del Raval, a los que pide seis años de cárcel. La Fiscalía no reclama penas de prisión y deja el reproche penal de los hechos en una multa, pero sí ve un agravante de discriminación ideológica y un “desprecio” contra Vox en la actuación de los acusados.

Para las defensas del caso es el mundo al revés: un partido de extrema derecha se presenta como víctima de delito de odio, un tipo penal ideado para proteger a colectivos históricamente discriminados, como el LGTBI o los migrantes. “Con la recolección de datos se están haciendo perfiles políticos que permiten a Vox confeccionar un mapa del activismo antifascista. Es peligroso e indebido”, alerta la abogada Laia Serra.

Los informes están contemplados en el protocolo tanto de los Mossos como de la Policía para los delitos de odio y las conductas sobre discriminación. Se han empleado, por ejemplo, en causas contra ultras para detectar su conexión con grupos radicales de equipos de fútbol. Ahora se han extendido a movilizaciones contra Vox.

En su guía de 2020, el Ministerio del Interior expone que este tipo de análisis de inteligencia policial deriva de la Estrategia Integral contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y “otras formas conexas de intolerancia” aprobada por el Consejo de Ministros en 2011 y de los factores de polarización establecidos por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa. Es en estas “formas conexas de intolerancia”, en las que se incluye la ideología, donde los cuerpos policiales han encontrado amparo para analizar las banderas, los cánticos y las pancartas que llevaban los vecinos del Raval en la protesta.

Policía y Mossos realizan dos tipos de informes. El cuerpo estatal, tras recibir la denuncia de los diputados de Vox en el Congreso y en el Parlament Rocío de Meer e Ignacio Garriga y su asesor Jordi de la Fuente –pendiente de juicio por un ataque xenófobo a un centro de menores– analiza los hechos en su conjunto. En cambio los Mossos presentan, a requerimiento del juez, un informe individualizado de seis de los acusados. Ambos llevan por título “informes de indicadores de polarización”, y la Policía añade en el suyo el adjetivo “radical”.

El informe de la Policía Nacional es el más extenso en sus comentarios y valoraciones de los hechos. Su estudio concluye que los acusados se ampararon en el “etnocentrismo ideológico” y en la creencia de que “cualquier recurso es válido para defender sus convicciones” para emplear “tácticas coactivas” contra la comitiva de Vox. “Generaron un clima hostil, discriminatorio, de no tolerancia y exclusión del que se valieron para establecer un modelo justificativo de conducta violenta”, apostilla el documento.

Para llegar a estas conclusiones la Policía se basa en cinco elementos. El primero es la percepción “subjetiva” de la comitiva de Vox, que se señala como víctima, de que el escrache de los vecinos del Raval “se cometió por motivos de índole discriminatoria promovidos por una motivación ideológica”.

También reseña la Policía los “comentarios vejatorios” proferidos contra los diputados de Vox. La Policía incluye aquí tanto cánticos –“el Raval será la tumba del fascismo”, “fuera fascistas de nuestros barrios”– como insultos –“iros de aquí, hijos de puta”– o pintadas como “fuck vox” y “fuera nazis”. “Son mensajes que llegan igualmente a las víctimas”, recalca el informe.

Otro de los elementos analizados son las banderas que llevaron los vecinos. La Policía identifica tres banderas “que definen claramente la tendencia ideológica del grupo agresor”: se trata de una bandera “totalmente roja, símbolo asociado al comunismo y sindicalismo marxista”, otra bandera “violeta, identificativa de la reivindicación feminista”, y una bandera negra “representativa de la lucha antifascista”. “La presencia de esta iconografía disipa cualquier duda sobre el posicionamiento ideológico de los partícipes de la protesta hostil”, abunda el informe.

Serra lamenta que se extienda a la protesta social el uso de una prueba pensada para “desenmascarar” los símbolos de la extrema derecha desconocidos a simple vista –como el '88', el código que los neonazis emplean para simbolizar el lema 'Heil Hitler'. “Interpretar símbolos políticos públicos y notorios como una bandera negra o una feminista supone que cualquier exteriorización de la ideología es un indicador de polarización”, resalta la letrada.

Acudir a protestas contra Vox, indicador de polarización

El cuarto indicador de polarización incluido son los antecedentes en otras protestas contra Vox, bien porque alguno de los acusados fue identificado bien porque la Policía ha rastreado sus redes sociales para hallar fotografías que les sitúen en ellos. Por último la Policía analiza la “aparente gratuidad de los actos violentos” para concluir que la actitud “violenta y gratuita” de los manifestantes “no es de extrañar” habida cuenta de su presencia en anteriores altercados.

Por su lado, los Mossos extraen fotografías de cada acusado de su cuenta de Twitter o Facebook e indican sus datos básicos. A continuación añaden si constan antecedentes policiales (en uno de los acusados se constata que carece de los mismos pero se añaden tres identificaciones en protestas anteriores contra Vox o el casal neonazi Tramuntana).

Las redes sociales del acusado también forman parte del informe de los Mossos, que aportan como dato una fotografía de su perfil donde aparece una pancarta con los lemas “stop vox” y “el mundo contra el racismo”. “Se observa su participación activa en actos de rechazo contra el fascismo, el racismo y contra el partido político Vox”, agrega el informe.

Todo ello lleva a la policía catalana a concluir que este acusado “participa en diversas actuaciones de reivindicación social en contra del fascismo y el racismo”. Y si bien admite que no se puede vincular al acusado “con ningún grupo radical/violento”, los Mossos apostillan a renglón seguido que tiene “un papel relevante en acciones de movimientos sociales y reivindicativos contra el fascismo y el racismo”.

Ninguno de los informes policiales hace referencia a que la visita de Vox al Raval se produjo pocos días después de que su diputada en el Congreso Rocío De Meer calificara al barrio como “estercolero multicultural”, estrategia que el partido copió en otros distritos obreros y con mayor porcentaje de población migrante. Los vecinos consideraron la visita una provocación, por lo que llamaron a concentrarse contra la presencia de De Meer y Garriga en el barrio.

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