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Más de mil asistentes y sin distancia: así será el concierto en la Sala Apolo de Barcelona para probar los test de antígenos

La sala principal de Apolo

Pau Rodríguez

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La Sala Apolo de Barcelona acogerá este mes de octubre el primer concierto masivo y sin distancias de España desde que se inició la epidemia de coronavirus. Será en el marco de un estudio que prepara el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona con la colaboración del festival Primavera Sound que deberá servir para evaluar la eficacia de los test de antígenos, a los que se someterán todos los asistentes antes de entrar y cuyo resultado se validará con una PCR a una parte de ellos. 

El experimento, del que no se conocen todavía todos los detalles, cuenta con el aval del Departamento de Salud de la Generalitat, que cree que puede servir para aportar evidencias sobre si el ocio nocturno es seguro en determinadas condiciones, pero también genera dudas entre los expertos. Algunas de ellas tienen que ver con la poca certeza que hay sobre la sensibilidad y la eficacia de los test de antígenos en personas asintomáticas y los problemas éticos de exponer a la gente a un mayor riesgo de contagios. 

¿En qué consistirá exactamente el estudio clínico? Con una fecha y una actuación todavía por determinar, el planteamiento de sus impulsores consiste en reunir a más de un millar de personas voluntarias en la conocida Sala Apolo de la capital catalana. En el interior se deberá seguir el concierto con mascarilla de protección, a excepción de si consume bebidas en “puntos determinados a tal efecto”, y la novedad es que no estará obligado a mantener distancias. 

Así consta en un comunicado remitido conjuntamente por la Fundación Lucha contra el Sida y Enfermedades Infecciosas (integrada en el hospital badalonés) y el Primavera Sound, después de que uno de los doctores que encabeza el proyecto, Boris Revollo, desvelara su puesta en marcha en una entrevista en Rac1. El estudio forma parte de una colaboración entre ambas entidades “con el objetivo de probar diferentes fórmulas que puedan garantizar la creación de un ambiente seguro para la realización de acontecimientos relacionados con el ocio en espacios cerrados en tiempos de COVID-19”, exponen en el texto. 

Un test rápido antes del concierto y a los ocho días

Más allá de la excepcional distribución de los asistentes, a los que se permitirá romper la norma del metro y medio de distancia, la clave del estudio está en los test de antígenos para detectar la infección de coronavirus a los que se someterán esas más de 1.000 personas antes y después del concierto. El objetivo de ello es evaluar la eficacia de estos test rápidos, más baratos y sencillos que las PCR, que pueden ofrecer resultados en 15 minutos. 

Antes del concierto, se hará un cuestionario a los asistentes para descartar los que tengan patologías que puedan agravarse con un contagio y también aquellos que presenten síntomas de coronavirus. El mismo día del evento, se les hará a todos un test de antígenos. Y, antes de entrar, se realizará también una prueba PCR a la mitad de los participantes, lo que debería permitir “evaluar la eficacia de los test rápidos como estrategia de cribado en acontecimientos de gran afluencia de gente”, según el comunicado.

Ocho días después del concierto, se realizará un nuevo test de antígenos a todos los asistentes y una PCR a aquellos a los que también se hizo esta prueba. Los que den positivo, serán atendidos en las instalaciones de la Fundación y los que den negativo, tendrán que resolver un cuestionario sobre síntomas. 

Un precedente similar en Alemania

El estudio de la Sala Apolo tiene al menos un precedente en Europa, aunque con varias diferencias. Miles de personas se congregaron en agosto en el Arena Quarterback Immobilien de Leipzig, en Alemania, para la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg sobre los contagios en ese contexto. Los asistentes simularon tres escenarios de conciertos, desde uno sin distancia a otro con todas las medidas de seguridad. Los resultados están por publicar. 

La otra gran diferencia respecto al estudio del Hospital Germans Trias i Pujol tiene que ver con el objetivo. El del Apolo es evaluar los test de antígenos en este contexto, mientras que el de Leipzig fue analizar cómo se producen los contagios en esos ambientes. Para ello dotaron a los asistentes de geolocalizadores y un desinfectante de manos fluorescente para ver qué tocaban con más frecuencia. 

Las dudas de los expertos

En el caso de la Sala Apolo, los expertos consultados advierten de algunos riesgos y plantean varias dudas, algunas de las cuales podrían quedar resueltas en cuanto se haga público el protocolo detallado del estudio, más allá del comunicado de este lunes. ¿Qué marca de test de antígenos se usará? ¿Cómo se sabrá si un positivo detectado a los ocho días proviene de un contagio en el concierto? ¿El resultado de la PCR se conocerá después del concierto, dado que la prueba se realiza justo antes de entrar? elDiario.es ha contactado con el hospital, pero por ahora se remite al comunicado enviado. 

“Los estudios [de test rápidos de antígenos] en personas asintomáticas son escasos y no hay evidencia científica sobre ello”, advierte María Tomás, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, por lo que considera “extraño” que antes de tener este conocimiento se vaya a hacer un estudio en un contexto tan particular como el del ocio nocturno. 

Su uso está recomendado de momento para personas con síntomas, donde el test sí ha demostrado una sensibilidad superior al 90% –como la de las PCR–, pero no para cribados masivos, en los que puede darse un número significativo de falsos positivos si la prevalencia del virus es baja. Cuando ocurre eso, representa una “sobrecarga que trae más problemas que soluciones” para la Administración, puesto que te lleva no solo a poner en cuarentena a personas no contagiadas realmente, sino a rastrear todos sus contactos. Así lo argumenta Juan Ayllón, virólogo y director del Área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Burgos (UBU). 

“No tengo muy claro cuánto hay de estudio científico y cuánto de intento de agilizar una cierta vuelta a la normalidad en el mundo de los conciertos”, opina Ayllón, que también cree que el estudio estaría “sesgado” si lo financian básicamente desde el sector del ocio nocturno. En este sentido, Primavera Sound aparece como “principal impulsor” y, consultado por este diario, rechaza dar detalles sobre su aportación económica a la investigación. 

Otro inconveniente que señala la microbióloga María Tomás es el dilema ético que conlleva exponer a un grupo de población a un posible mayor riesgo de contagio, en la medida en que se les exime de cumplir medidas –como las distancias– que son obligatorias. En este caso, desde el Hospital Germans Trias i Pujol aseguran que ha recibido ya el necesario aval de su Comité de Ética de Investigación Clínica (CEIC).

Para el epidemiólogo Fernando Artalejo, profesor del Departamento de Medicina Preventiva, Salud Pública y Microbiología, el estudio puede ser muy positivo, y considera que la realización de una PCR a la mitad de los asistentes es una “muestra suficiente” para validar los resultados previos de los test de antígenos. “Nadie está diciendo que el test sea perfecto, no se pretende que lo sean. Lo que se pretende es que el riesgo de contagios se reduzca sustancialmente, porque la seguridad plena de que nadie va a entrar contagiado no te la puede dar nadie”, argumenta este experto. 

En una línea parecida se ha manifestado Joan Caylà, exjefe de servicio de epidemiología de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) y ahora presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis (FUITB). A la espera de conocer más al detalle el proyecto, defiende el planteamiento del estudio, aunque con algunos matices: “No entiendo por qué no se realizan las pruebas PCR un día o dos antes. Si el resultado se acaba sabiendo después, se podrían colar al concierto asistentes que hayan dado un falso negativo en el test de antígenos”.

¿Serviría un resultado positivo para abrir discotecas?

El secretario de Salud Pública de Catalunya, Josep Maria Argimon, ha insistido este lunes en Catalunya Ràdio en la necesidad de abrir con seguridad las discotecas y locales de ocio nocturno, porque que son un sector económico en riesgo y porque sin ellos, ha argumentado, se aboca a los jóvenes “al ocio nocturno no regulado”. De momento, todos estos locales permanecen cerrados. 

Sea como sea, en lo que sí coinciden todos es en la cautela a la hora de interpretar los resultados. Que no se den contagios en el concierto no significa que se pueda concluir acto seguido que esta es una actividad segura. “La replicación es importante en ciencia”, advierte Artalejo, aunque añade que un resultado satisfactorio “un paso importante”. Luego habría que ver también si los asistentes a un concierto están dispuestos a someterse siempre a ese proceso para ir a ver un concierto y si las salas tienen la infraestructura y los recursos suficientes para garantizarlo.

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