Casi casi las mismas caras
El equipo de Artur Mas
El President aseguró en la anterior legislatura que su equipo sería “el Gobierno de los mejores” y que lograría gestionar la crisis con éxito. Después de la dura experiencia, y con un horizonte más que incierto, Mas ha cambiado de tono. En esta legislatura habla de “compromiso”.
Joana Ortega: Consellera de Gobernación y Relaciones Institucionales y vicepresidenta del Govern. La dirigente de Unió se mantiene en el cargo de una conselleria sin demasiada relevancia.
Francesc Homs: Conseller de la Presidencia y de Asuntos Exteriores. El hasta ahora portavoz del Govern, del sector más independentista de Convergència y de total confianza de Mas, se encargará también del nuevo departamento, que será uno de los más importantes.
Andreu Mas-Colell: Conseller de Economía y Conocimiento. El experto en microeconomía sobrevive a pesar de los duros recortes económicos que ha aplicado el Govern de Artur Mas y se mantiene en una de las carteras menos agradecidas.
Irene Rigau: Consellera d’Ensenyament. También sobrevive en una de las carteras más difíciles a causa de los recortes. La unidad del sector para oponerse a la Ley Wert de Educación le ha dado un respiro.
Boi Ruiz: Conseller de Salut. En 2010 pasó de presidir la patronal sanitaria a liderar los recortes públicos en sanidad desde el Govern de Mas. Este político independiente repite a pesar de las críticas que ha recibido tras las privatizaciones sanitarias.
Ramon Espadaler: Conseller de Interior. Forma parte del Consejo Nacional de Unió y fue conseller de Medio Ambiente en el último Govern de Pujol. Tras los errores de Felip Puig al frente de los Mossos, su gestión se mirará con lupa. Tiene la confianza plena de Duran i Lleida.
Santi Vila: Conseller de Territorio i Sostenibilidad. El alcalde de Figueres, de un perfil socialdemócrata, es un valor en alza dentro de CiU. Su nombre estaba en todas las apuestas. Tendrá la oportunidad de demostrar sus capacidades.
Ferran Mascarell: Conseller de Cultura. Repite en el cargo y ya es la tercera vez que ocupa esta cartera. La primera fue de las manos de Pasqual Maragall. Por culpa de los recortes del anterior Govern ha perdido parte de la buena fama que tenía en el sector. También tiene un perfil socialdemócrata.
Josep Maria Pelegrí: Conseller de Agricultura, Ganadería , Pesca, Alimentación y Medio Natural. El dirigente de Unió repite en el cargo de una consellería sin demasiada transcendencia.
Neus Munté: Consellera de Bienestar y Familia. Es una de las pocas caras renovadas. Hasta ahora era diputada de CDC y está afiliada a la UGT. Su cartera es importante, pero depende mucho del presupuesto que le quiera destinar el Govern.
Felip Puig: Conseller de Empresa y Ocupación. El hombre más polémico del anterior Govern de Artur Mas salva el cuello con un cambio de departamento.
Germà Gordó: Conseller de Justicia. El hasta ahora secretario del Govern y persona de confianza de Oriol Pujol obtiene una cartera menos ambiciosa de la que se esperaba.
Los que se van
Sólo cuatro consellers han dejado el equipo de Artur Mas. Sus renuncias han sido por varios motivos y algunos de ellos abandonan la política tras una mala experiencia.
Francesc Xavier Mena: El conseller de Empresa y Ocupación, independiente, ha tenido una dura experiencia en el cargo y fue muy criticado por su nefasta gestión de la Renta Mínima de Inserción, que dejó a numerosas familias sin ninguna prestación.
Pilar Fernández Boza: Ocupaba la cartera de Justicia y en 2010 su nombramiento, a petición de Unió, fue muy polémico, puesto que cuando era abogada del Estado redactó un informe en contra de la consulta independentista de Arenys de Munt. La “transición catalana” que quiere Artur Mas, camina justo en esa dirección.
Lluís Recoder: El hasta ahora conseller de Territorio y Sostenibilidad ha dejado el cargo por decisión propia. Recoder es del sector más moderado de CDC y es crítico con la gestión de Artur Mas. Desaparece del Govern pero no del mapa político.
Josep Lluís Cleries: El conseller de Bienestar y Familia abandona el cargo tras una mala experiencia. Su cartera ha sido de las que más ha notado la austeridad y Cleries ha dejado sin pagar muchas facturas a entidades sociales concertadas que sufren muchísimo para llevar a cabo su tarea.