'Personal' es un blog por el que desfilarán los personajes más significativos de la actualidad catalana, con las palabras del periodista Xavier Ribera y la mirada artística del ilustrador Jaume Bach.
Jordi Évole, el 'enfant terrible' del periodismo
Originariamente, la expresión francesa 'enfant terrible' se refería a aquellos niños, particularmente ingenuos, que hacían preguntas comprometidas a los adultos. Con el paso del tiempo, la cita sirve para describir a aquellas personas de opiniones heterodoxas e innovadoras. Jordi Évole (1974) bebe de las dos fuentes: conserva la ingenuidad justa del niño que compromete a los adultos con sus preguntas ‘inocentes' y su actitud profesional rompe moldes.
A medio camino entre Mariano José de Larra y David Frost, Évole ha cultivado con destreza un combinado explosivo: el del rigor y la fina ironía. Él sabe encontrar la dosis exacta para que los ingredientes no combinen mal: comenzó haciendo humor sazonado con un poco de periodismo, y ahora hace periodismo con una pizca de humor. La mezcla fue y es válida. Sin su alter ego, 'el follonero', Évole no sería hoy un referente periodístico, y Évole lo sabe.
Sus orígenes periodísticos hay que buscarlos en el mundo del deporte. Allí, en el Carrusel Catalunya de Radio Barcelona, es donde descubre lo que quería ser de mayor. Pero el bautismo televisivo fue en una pequeña televisión local, Viladecans Televisió. Cuentan sus mentores, con paternal orgullo, que el joven Évole ya apuntaba maneras recién salido de la facultad. A partir de aquí, trabaja en informativos de Telecinco y de la cadena SER. El vuelco que le llevará al momento actual lo empieza a hacer cuando ficha por El Terrat como guionista de La Cosa Nostra, programa que Andreu Buenafuente presentaba en TV3. De aquel tiempo nace 'el follonero' y de aquellos polvos vienen estos lodos.
El traspaso del cómic que también hacía periodismo al Periodista con buen humor no es de un día para otro; se cocina como la buena escudella, a fuego lento. No hay constancia del día y la hora en que el cómico de Salvados pasa el relevo al periodista de Salvados. Es un cambio gradual y no repentino, casi hecho de puntillas, que quizá ni el propio Évole vive con plena conciencia. La crisis que sacudía y sacude el país demandaba y demanda un periodismo crítico, valiente, pedagógico, sincero, que Évole y su equipo (extraordinario) supieron captar.
Volviendo al principio y los principios, la clave del éxito del periodista Évole ha sido y es la ingenuidad del ‘enfant terrible’ -entiendase ingenuo como candoroso y, por tanto, sincero-. Intencionadamente, el periodista se aleja de la entrevista agresiva, también del estilo autocomplaciente y narcisista que tanto se estila en según qué periodismos españoles, y se acerca a lo que preguntaría el ciudadano de a pie. El éxito, ya se ha visto: el entrevistado se siente abducido en la atmósfera 'evoliana' y termina diciendo lo que piensa. Si Jesús Quintero desnuda a los invitados a golpes de silencio, Évole lo hace con inteligente ingenuidad.
El periodismo quijotesco que practica Évole no está exento de riesgo. Dice el maestro Gabriel García Márquez que “la ética debe acompañar siempre al periodismo, como el zumbido al moscardón”. El éxito de Évole le reporta enemigos, a fe de Dios! No son pocos los que quisieran verle tropezar y no serán pocas las pieles de plátano que deberá sortear. El mejor aliado para vencer las servidumbres del triunfo no es otro que el recetado por el escritor colombiano: la ética. Y es aquí donde se aferra el periodista de Cornellà para no perder el norte. Y mientras no lo pierda, estamos salvados.
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'Personal' es un blog por el que desfilarán los personajes más significativos de la actualidad catalana, con las palabras del periodista Xavier Ribera y la mirada artística del ilustrador Jaume Bach.