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Cuixart extiende sus dudas sobre la imparcialidad de Marchena y recusa a todo el tribunal del 'procés'

Cuixart pide la recusación de Marchena y la libertad inmediata de los presos

Oriol Solé Altimira

Un juez no sólo debe ser imparcial, sino parecerlo. Y los mensajes en los que el portavoz del PP en el Senado, Ignació Cosidó, alardeaba de que con el magistrado Manuel Marchena presidiendo el Poder Jucial se controlaría “desde atrás” la sala que juzgará a los líderes soberanistas han quitado a Marchena toda apariencia de imparcialidad para presidir el tribunal del 'procés'. Así lo cree la defensa del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, que ha extendido la petición de recusación de Marchena al resto de magistrados que formarán el tribunal que juzgará a los 18 dirigentes independentistas en el Supremo.

En base a distintas sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) sobre el derecho a un juez imparcial, incluido el reciente fallo que concluyó que Arnaldo Otegi no tuvo un juicio justo en el caso Bateragune, la defensa destaca que las “dudas de imparcialidad” sobre Marchena se “extienden” a los magistrados Andrés Martínez Arrieta, Juan Ramón Berdugo, Antonio del Moral, Luciano Varela, Ana María Ferrer y Andrés Palomo, por lo que pide que todos ellos dejen el tribunal que juzgará el 'procés'.

El escrito, del que ha informado en primer lugar El Confidencial y al que ha tenido acceso este diario, resalta la “vinculación” de Marchena con el PP y asegura que es una muestra más del “alto nivel de la politización de la Justicia española, al menos en la cúpula judicial”. El mensaje de Cosidó, abunda la letrada Marina Roig, “no se ha ceñido a una simple conversación de bar entre copa y copa, ni se trata de un wassap privado entre dos colegas, sino que fue distribuido a través de un grupo de más de un centenar de senadores del PP”.

“La trascendencia del mensaje es absolutamente aterradora”, continúa Roig, ya que a su juicio implica “la corroboración de la más absoluta falta de independencia del máximo órgano de los jueces y la cúpula judicial”. Para la defensa de Cuixart resulta “muy difícil de creer” que Marchena no hubiera dado su visto bueno al pacto entre PP y PSOE por el que debía pasar de la presidencia de la sala de lo penal a la del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Tribunal Supremo.

Su posterior renuncia a presidir el Poder Judicial, una vez revelado el mensaje de Cosidó y pese a ser “aplaudida” por las asociaciones judiciales, “no elimina la sombra de duda que se ha instaurado” sobre Marchena, concluye Roig.

El TEDH concluyó que, en el caso de Otegi la imparcialidad de todo el tribunal que lo juzgó “podía ser susceptible de una duda razonable” debido a la manifiesta animadversión que le había mostrado en el pasado la magistrada que presidió el juicio, Ángela Murillo, una situación que la defensa de Cuixart advierte que puede volver a ocurrir en el juicio al 1-O debido a los mensajes de Cosidó.

Pero además, en el caso del 'procés', la defensa de Cuixart sostiene que falta de imparcialidad se ha dado también desde el inicio de la causa, habida cuenta de que el fiscal que firmó la querella por los hechos relacionados con el 1-O, el fallecido José Manuel Maza, también fue magistrado de la sala de lo penal del Supremo.

Por su lado, Sala dio el pasado viernes traslado de este escrito a las partes, entre ellas a la Fiscalía, a la Abogacía del Estado y la acusación popular ejercida por Vox, para que se posicionen sobre la recusación de Marchena planteada por los dirigentes independentistas. La Fiscalía rechazó este martes la recusación al considerarla “extremadamente parca en argumentos” y que no hay ni un solo “dato objetivo sobre la conducta o disposición del magistrado [Marchena] que permita fundar alguna sospecha”.

Por otro lado, la propia Sala del 61 del Tribunal Supremo, rechazó el pasado mes de septiembre apartar de la causa a los cinco magistrados designados para juzgar a los líderes del 'procés', tal y como recuerda Roig en su escrito. En ese momento, los magistrados del alto tribunal apostillaron que no hay tal falta de imparcialidad en los magistrados por el sistema por el que han sido designados y pusieron de ejemplo al propio TEDH, cuyos integrantes son “propuestos y elegidos por políticos en activo”, sin que nadie sospeche de su forma de actuar.

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