ICV y Podem dan la espalda a la hoja de ruta soberanista de CDC y ERC
La hoja de ruta acordada por CDC y ERC para después de las elecciones de 27 de septiembre, con la esperanza de sumar a otras fuerzas políticas, no convence por el momento a ICV ni a Podem. Ambos partidos desconfían del acuerdo bilateral de convergentes y republicanos y rechazan cambiar un referéndum con garantías por unas elecciones con carácter plebiscitario. También la CUP reprocha la forma en la que se ha llegado a este preacuerdo, aunque no descarta sumarse pacto sellado al entender que su contenido es “trabajable”.
La propuesta ha despertado algunas discrepancias entre la dirección de ICV y el llamado sector crítico, surgido tras la última Convención Nacional del partido, celebrada a finales de febrero. Si la coordinadora nacional de ICV, Dolors Camats, descartaba este martes en una rueda de prensa que su partido se sumase a la apuesta de Mas y Junqueras, la portavoz del corriente independentista, Sara Vilà, en declaraciones a este medio, ponía matices y aconsejaba a su formación “no huir”, de entrada, de todas las fotos donde aparezca CDC.
“Nosotros no tenemos ningún miedo de compartir espacios con CDC; precisamente si queremos plasmar nuestro matiz debemos estar presentes en todos los ámbitos donde se aborde el proceso soberanista”, destaca Vilà. La portavoz, sin embargo, deja claro que sí bien la corriente que representa está de acuerdo con el contenido del preacuerdo sellado por CDC y ERC, no lo está en las formas. “Coincidimos en la letra, en el contenido; pero no nos gusta que CDC y ERC decidan unilateralmente las reglas del juego”, apostilla Vilà.
Las palabras del sector independentista de los ecosocialistas contrastan con las de Camats, que previamente había centrado su intervención ante los medios alrededor de la premisa que el camino pactado por CDC y ERC “empequeñece” la mayoría a favor del proceso soberanista, en alusión a la pluralidad de sensibilidades favorables al derecho a decidir. “Si querían que otras fuerzas se sumaran, lo han hecho de la peor manera”, ha lamentado la ecosocialista, que lo ve como un acuerdo “bilateral” que responde al doble objetivo de garantizar la estabilidad del Govern de Artur Mas y caracterizar las elecciones como “plebiscitarias”.
En ese punto Vilà coincide con Camats, pero lamenta que su formación no sea más “intensa” en proponer alternativas. “Es legítimo criticar que no se están haciendo las cosas de abajo hacia arriba, o incluso que se está echando a perder la pluralidad de la Comisión por el Derecho a Decidir, pero para avanzar hay que proponer soluciones, no solo críticas”, dice. En ese sentido, Vilà sugiere que sea, de nuevo, “un espacio más sólido”, como el Parlament, el marco en el que abordar la agenda nacional, lejos de las lógicas discursivas de los partidos, “más aún con los comicios municipales a la vista”.
Uno de los rasgos diferenciales de esta corriente independentista con relación a la dirección de ICV es que, en última instancia, no renuncia a la Declaración Unilateral por la Independencia (DUI) en caso que no se pudiera celebrar un referéndum tras el 27-S con todas sus garantías. Sin embargo, la hoja de ruta CDC-ERC no convence del todo a esta corriente, ni mucho menos a ICV, tal y como ha subrayado Camats: “No nos sentimos emplazados”, ha dejado claro la diputada, que ha insistido en que el resultado de las elecciones al Parlament de Catalunya “no puede sustituir el mandato democrático de un referendo”. Entre otras cosas, comentó, “porque dicha fórmula no se aceptará como válida a nivel internacional”.
Podem fija su hoja de ruta en el marco del derecho a decidir
La secretaria general de Podem en Catalunya, Gemma Ubasart, ve “con desconfianza” el acuerdo entre las dos formaciones soberanistas. El brazo catalán de la formación de Pablo Iglesias explica a eldiario.es que su hoja de ruta en la cuestión catalana pasa por la celebración de un referéndum. “Somos radicalmente demócratas y pensamos que no hay sustitutivo a la democracia directa”, dice Ubasart en alusión al supuesto carácter plebiscitario del 27-S. “Hay que crear las condiciones para que el referéndum sea posible y practicable”.
Preguntada sobre el preacuerdo entre convergentes y republicanos, Ubasart dice no querer entrar “en el juego de una enésima huida hacia adelante de CiU para perpetuarse en el gobierno”.“CiU es un partido que no se define como independentista, y que no se atrevió a sacar adelante el 9N. ¿Por qué ahora deberíamos creer su hoja de ruta?”, se pregunta. De esta forma Podem ha descartado cualquier fórmula de colaboración con CDC: “Con Mas es imposible derrotar las políticas de austeridad y garantizar el derecho a decidir de los catalanes”, ha dicho Ubasat, que ha añadido: “defendemos las personas y Mas defiende los bancos y los intereses de una minoría privilegiada”.
La CUP crítica el continente, pero ve “compatible” el contenido
La izquierda independentista comparte con ICV y Podem la crítica de la puesta en escena –a ojos del diputado, Quim Arrufat, “electoralista”– pero prioriza los puntos en los que se puede llegar a acuerdos. Eso sí, introduce el termino “proceso constituyente” para que el carril hacia la “plena soberanía” sea más ancho. “No acabamos de entender las prisas cuando la CUP está en negociaciones bilaterales para construir mayorías”, ha dicho el Arrufat, que advierte que, en cualquier caso, no se sumarían enseguida. Sin embargo, el diputado sí ha subrayado que ven el documento “perfectamente trabajable” como para compaginarlo con la hoja de ruta que la CUP acordó la semana pasada.
Arrufat ha pedido a CDC y ERC que se definan métodos de trabajo para que la CUP se añada de forma definitiva. En concreto, ha pedido que el trabajo de partidos y entidades soberanistas no se oriente “a pelearse” sobre las conclusiones de la hoja de ruta “sino a construir relatos comunes” sobre el tipo de país y qué piezas hay que articular para conseguir una mayoría social suficiente para a la independencia.
CDC y ERC esperan el apoyo de más actores
Tanto Convergència como Esquerra, además de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium, son conscientes que el éxito del procés reside, sobre todo, en sumar a más formaciones y sensibilidades. De ahí que el coordinador general de CDC, Josep Rull haya tendido la mano tanto ICV, como sus socios de EUiA, y otras fuerzas como la CUP, Unió o Podem. En el mismo sentido se ha postulado la secretaria general de ERC, Marta Rovira. Ambos, conscientes de que se les reprocharía la unilateralidad del acuerdo, se han apresurado a admitir las “modificaciones que sean necesarias” por sumar a más fuerzas.
Prácticamente el mismo guión han seguido Por su parte las dos plataformas cívicas que acompañan el proceso soberanista. La Assemblea Nacional Catalana (ANC), que encara el relevo de su cúpula esta primavera, y Òmnium Cultural se han mostrado convencidas de que hay margen para que se incorporen a la hoja de ruta más actores. La presidenta de la ANC, Carme Forcadell, en una entrevista a Catalunya Ràdio, ha explicado en que están “en conversaciones con la CUP” y ha confiado en que también se sumará la escisión sobiranista del PSC, MES, “e incluso después de las municipales”, Unió y EUiA.
El PP tilda de “engaño” el acuerdo Mas-Junqueras
Por su parte, el PPC ha valorado la hoja de ruta conjunta de convergentes y republicanos como una “cortina de humo”. “Un engaño más”, según ha señalado el portavoz Santi Rodríguez, para reanimar el proceso soberanista que, según su formación, cada vez cuenta con menos apoyo social. El diputado resta importancia al acuerdo entre las dos formaciones y ha apostillado que “difícilmente” podrán adoptar medidas jurídicas contra el texto rubricado porque no va a salir publicado en ningún documento oficial ni es ningún acuerdo de gobierno, ni legislativo.