El Parlament reafirma la declaración de desconexión del 9-N anulada por el Constitucional
Reafirmación de objetivos independentistas sí, pero evitando la desobediencia directa. El Parlament ha aprobado este jueves, gracias a los 71 votos favorables de los dos grupos independentistas, la mayor parte de los puntos de la moción presentada por la CUP, que insistía en la declaración de desconexión del 9 de noviembre pese a haber sido anulada por el Tribunal Constitucional.
La aprobación ha sido posible gracias al acuerdo alcanzado este martes entre Junts pel Sí y la CUP para presentar enmiendas transaccionales que cambiaban el redactado de la moción, evitando hablar en su primer punto de desobediencia a la sentencia del Alto Tribunal. Pese al acuerdo, los puntos 3 y 4 de la moción han sido rechazados, con los votos en contra de todos los grupos menos los 10 diputados de la CUP, que han votado favorablemente. Ambos puntos instaban al Govern a la desobediencia a los tribunales, incluidos los Mossos.
El diputado de la CUP, Joan Garriga, ha defendido la moción presentada como un elemento de “aceleración” del proceso independentista, una tarea “para la que la CUP ha ido al Parlament”, según ha defendido. “Lejos de lo que se ha dicho, esta moción pretende poner el acento en las necesidades, mostrar valentía ante la envestida judicial y dar apoyo a los cargos perseguidos”, ha explicado Garriga.
“Confirmamos que seguimos adelante y que estamos comprometidos”, ha resumido Lluís Llach sobre la posición de Junts pel Sí. El diputado independiente ha repasado las actuaciones del Govern emanadas del anexo social de la declaración del 9-N, unas actuaciones que ha valorado “dentro de la dinámica de los hechos y no de las declaraciones”. Llach ha subrayado que la moción también sirve para mostrar la “solidaridad y apoyo” a los concejales y ayuntamientos que están siendo investigados por la Audiencia Nacional por haber promovido declaraciones de apoyo a la declaración anulada por el Constitucional. “No estaréis solos”, les ha prometido el diputado.
Por parte de la oposición, el rechazo se ha explicado tanto por motivos formales como de fondo. Carlos Carrizosa, diputado de Ciutadans, ha valorado el debate como “un día triste para el autogobierno de Catalunya” y ha criticado que el Parlament se posicione en contra del Estado de derecho. “Después de esta moción, ¿cómo podremos pedir a los ciudadanos que cumplan las leyes?”, se ha preguntado. Carrizosa ha recordado también que la moción se debatía contra el propio criterio de los letrados del Parlament, que habían emitido un informe contrario a su trámite por no acomodarse a la sentencia del Constitucional.
Desde el PSC, Ferran Pedret ha rechazado la moción considerado que “pone a las instituciones catalanas en el filo”. “Nos parece irresponsable e innecesario”, ha considerado Pedret, “el Estado de Derecho tiene soluciones posibles a las aspiraciones que una parte de la ciudadanía reclama de ser consultada sobre la secesión”. Los socialistas también han criticado que la Mesa haya actuado a merced del pacto entre dos grupos, un hecho que “no dice nada de bueno sobre las instituciones de este país”, ha asegurado.
Por parte de Catalunya Sí Que es Pot, Joan Coscubiela ha echado en cara a los independentistas lo que ha valorado de “juegos florales, previos a la política hiperrealista del debate presupuestario”. En opinión del de Iniciativa, la CUP llevaba a la cámara este asunto para justificarse ante la futura aprobación de las cuentas de JxSí. “Estamos en contra de esta moción porque consideramos que debilita nuestra aspiración de autogobierno”, ha considerado el diputado, que ha cargado la responsabilidad sobre el president, Carles Puigdemont, a cuyo grupo ha acusado de “nadar y guardar la ropa”. “¿Quieren cumplir la declaración del 9-N?”, ha preguntado a los independentistas, “pues háganlo, desconecten, pero dejen de hacer declaraciones que vacían el procés de contenido”.
El último en fijar su posición contraria ha sido Xavier García Albiol, por el grupo del PP. En tono seco, Albiol ha considerado que el debate es una discusión sobre asuntos “que son mentira, que no existen y que solo son prioridad para un parte del Parlament”. El diputado del PP ha considerado que las actuaciones independentistas ponen en ridículo a las instituciones catalanas ante la comunidad internacional, y que la moción de la CUP no tiene ninguna valided. “Cuando salgamos de este parlamento, Catalunya seguirá siendo España”, ha apostillado.