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Policías del 1-O aseguran que fueron recibidos con violencia en los colegios: “Agresiones hubo al principio, en medio y al final”

Momento de la vista del procés en el Supremo

Oriol Solé Altimira

Una veintena de agentes de la Policía Nacional de las divisiones de Información y de los antidisturbios han proseguido este martes con el relato de la violencia y han explicado cómo recibieron insultos, amenazas, golpes y patadas de los concentrados en centros de votación. Los agentes han negado, a preguntas de las defensas, que fueran las intervenciones policiales las que motivaran una reacción violenta en los concentrados, a los que han responsabilizado exclusivamente de los incidentes. “Insultos y agresiones hubo al principio, en medio y al final”, ha resumido un mando de los antidisturbios que intervino en un colegio de Girona.

Ya fuera en escuelas de Tarragona, Barcelona o Girona, los agentes han respaldado las tesis fiscales sobre la presunta rebelión y han asegurado que fueron recibidos con violencia en los colegios. Según el Ministerio Público, los policías y guardias sufrieron el alzamiento violento de los votantes el 1-O instigado por los líderes que se sientan en el banquillo.

Las preguntas de las defensas poniendo el foco en que fue la intervención policial la que provocó una reacción en los votantes que ejercían una mera resistencia pasiva (y no al revés) han motivado que la Fiscalía alzara la voz y se quejara. La fiscal Consuelo Madrigal ha reprochado que las defensas traten de convertir el juicio en una vista contra la actuación policial el 1-O.

“Esto no es un juicio a la Policía. Hay preguntas que parece que estamos en un juicio contra la actuación policial en el cumplimiento de órdenes judiciales”, ha recriminado Madrigal cuando la abogada de Jordi Cuixart, Marina Roig, ha preguntado a un oficial de Policía que intervino en el instituto Torreforta de Tarragona si les costó entrar en el colegio porque tuvieron que pasar “encima de la gente” que se había sentado en el suelo a la entrada del centro de votación.

Roig ya había preguntado a otros agentes si las supuestas agresiones de los concentrados se produjeron después de que los policías les pisotearan, algo que han negado todos los testigos. El presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha vuelto a pedir a las defensas que “no formulen sus preguntas partiendo de versiones que ellos consideran probadas o acreditadas”, después de lamentar que es algo que lleva pidiéndoles desde hace varios días “sin éxito”.

Marchena también ha cortado la pregunta del abogado de Cuixart Benet Salellas, que después de escuchar a un agente que intervino en el colegio Verd de Girona referirse a “la masa”, ha cuestionado si dicha masa eran “ciudadanos que se manifestaban en el colegio”. “Esta pregunta no es pertinente, llevamos 20 sesiones hablando de la masa”, ha cerrado Marchena, que ha afeado al letrado que debatiera con el testigo si sus criterios sobre lo que es una “masa” coincidían.

En este colegio Verd de Girona seis agentes han coincidido en describir que fueron recibidos con violencia por parte de unos 200 concentradas. “Nada más entrar acometieron contra nosotros, golpeándonos, nos desplazaron a todos dando patadas, puñetazos, de todo...”, ha resumido un agente, que ha asegurado que recibió un puñetazo. “El volumen de gente era tan hostil que nos zarandeaban y nos llegaron a arrinconar contra la pared y al girarme para ayudar a mi oficial noté un golpe en el gemelo”, ha aseverado otro antidisturbios.

Salellas ha inquirido a los agentes, entre ellos al responsable del grupo de antidisturbios que intervino en el centro, sobre el uso de las porras. “La defensa [la porra] fue la única manera que la gente se retirara”, ha alegado un antidisturbios. El jefe de la unidad ha afirmado que sus agentes pudieron aporrear “involuntariamente” en la cabeza a concentrados en el colegio Verd, en el que ha destacado que los agentes “estaban siendo agredidos por un innumerable grupo de personas”.

Otro agente que intervino en el CEIP Verd ha indicado que “la orden es golpear en las piernas pero si en algún momento dado algún policía golpeó en la cabeza fue porque no tuvo más remedio”. Ninguno de los agentes han recordado ciudadanos lesionados por la intervención policial, lo que ha soliviantado a las defensas porque los vídeos grabados por las propias cámaras policiales en el colegio muestran que los agentes golpearon en las partes superiores del cuerpo de algunos concentrados. La única persona detenida en otro centro de Girona, el Dalmau i Carles, por dar una patada a un policía, ha afirmado un agente, ha resultado absuelta.

La violencia de los votantes también se sucedió en Tarragona, según los agentes que intervinieron en esta ciudad. “La masa estaba sentada en el suelo formando una melé, era muy difícil retirarla y recibí patadas en manos y piernas”, ha explicado un agente que intervino en el instituto Tarragona, situación que se repitió en el centro cívico Camp Clar, donde los concentrados “se abalanzaron” sobre los agentes.

“Nos estaban esperando, íbamos andando, atravesamos el patio se sentaron y tuvimos que empezar a sortearlos venciendo los agarrones y patadas”, ha explicado otro agente que actuó en el instituto Torreforta. “La gente gritaba democracia, hijos de puta, fascistas, solo sabéis hacer esto”, ha terciado otro agente.

“Antes de la salida intentaron arrebatarnos urnas, un agente resultó lesionado a la salida del centro porque le cayó el teléfono a consecuencia de un golpe en la mano y tras ello recibió otro golpe cerca de la oreja”, ha indicado un inspector del servicio de Información sobre lo ocurrido en el mismo centro.

Asimismo, tres agentes que intervinieron en el instituto Compte Rius de Tarragona han explicado que había concentrados “que cubrían su rostro con pañuelos, capuchas y demás”, y que les profirieron “amenazas de muerte como ‘os vamos a matar’, o ‘vais a arder en el barco’”. Los dos primeros agentes en declarar han explicado que resultaron heridos por los “empujones” que provocaron “contusiones en el hombro” y un “un puñetazo en la ceja”, respectivamente.

Por contra, en el instituto Sant Pere y San Pau, según ha relatado un policía, a la llegada de las unidades los concentrados les impidieron la entrada sentándose detrás de una puerta de cristal. “Negociamos con las personas para evitar lesiones y finalmente accedieron a entregarnos siete urnas con papeletas”, ha rememorado. En otro centro tarraconense, el instituto Pont del Diable, al no poder acceder al centro debido a la multitud, el responsable de los antidisturbios “estuvo negociando a través de una ventana y nos entregaron dos urnas, papeletas y un pendrive”, ha explicado un agente de Información. Se las entregaron, según su versión, los interventores del PDeCAT, a los que otros concentrados llamaron “traidores” por colaborar con la Policía.

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