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La salida de Alamany de los 'comuns' pone el partido en alerta ante el riesgo de una escisión soberanista

Ada Colau participó la semana pasada en una concentración contra el juicio del procés

Arturo Puente

Xavier Domènech era descrito por todo el mundo como el “palo del pajar” de Catalunya en Comú. Y así se ha demostrado antes de que se cumplan los seis meses de su dimisión por “agotamiento”. La convivencia entre partidos, corrientes y sensibilidades ha acabado estallando en el partido de los 'comuns'. La salida del grupo de la diputada Elisenda Alamany, hecha oficial este miércoles, es un nuevo síntoma de la mala mar de fondo, a la que en la formación restan importancia pero que ha hecho sonar las alarmas ante el riesgo de una escisión soberanista.

Alamany tiene previsto convertir su plataforma Sobiranistes en un nuevo partido en las próximas semanas. La diputada dará así el portazo definitivo a la formación que solo hace medio año estuvo cerca de coliderar. Pero su salida en nada se parece a la de Domènech pues la diputada tiene previsto, por el momento, mantener el acta de diputada y continuar con su actividad política. De hecho, fuentes del sector reconocen que hay contactos “exploratorios” con varios partidos.

En ERC no niegan que han entablado conversaciones con Sobiranistes para, entre otras cosas, buscar puntos comunes para las Generales, tal y como ha adelantado el diario Ara. Los republicanos conocen bien estos movimientos. Entre 2012 y 2015, Oriol Junqueras supo capitalizar el malestar por la cuestión nacional en el seno del PSC para ir atrayendo hacia sí a las diferentes corrientes que iban despegándose de los socialistas, como la que integraba el hoy candidato de ERC en Barcelona, Ernest Maragall, o al exconseller Toni Comín.

Quien por el momento se mantendrá en el partido es Joan Josep Nuet, líder de EUiA y del espacio Comunistes, quien se ha mostrado muy crítico con la dirección de los 'comuns'. Según explica el propio Nuet, él no ha propuesto a los órganos de su formación dejar el grupo ni está pensando en una salida de la formación, ni individual ni colectiva. Lo que sí ha propuesto es abrir un debate sobre la “evolución política” de Catalunya en Comú y, finalmente, sobre la postura que deben mantener EUiA y Comunistes en relación a las elecciones y en la respuesta al juicio del procés.

Las generales, prueba de fuego

En la dirección de los 'comuns' reconocen que la debilidad organizativa puede agudizarse en medio de un intenso ciclo electoral como el que está por venir. Su pecado, afirman, es no haber sido capaces de cuajar la confluencia, iniciada por Domènech hace dos años, que tenía como objetivo borrar las fronteras entre los partidos fundadores. Las tres victorias electorales vividas, una en Barcelona y dos en generales, no han hecho que los partidos dejen de priorizar sus intereses particulares, cosa que acabó siendo una carga demasiado pesada para Domènech, que abandonó.

En medio de todo eso, las elecciones generales son una prueba de fuego para el espacio, que debe consensuar con urgencia una lista al Congreso. Para esta tarea algunos ya han postulado al teniente de alcaldía saliente, Gerardo Pisarello, que Colau había tratado de colocar en los puestos de salida de la lista de Podemos para las europeas. Pero el nombre del número dos no genera entusiasmo ni en la dirección de Podemos ni en el sector oficialista de Catalunya en Comú.

El choque por la cuestión nacional es general en la mayoría de los órganos de dirección de los 'comuns'. La fuerte entrada del sector de los Federalistes, junto a la presencia del sector Desbordem, más escorado hacia posiciones soberanistas, deja al 'colauismo' con una Ejecutiva bloqueada desde la marcha de Domènech.

El puzle municipal

Aunque la dirección de los 'comuns' mantiene la cautela, trata de quitar hierro a los movimientos de sus críticos en las últimas horas. “Son movimientos personales”, recalcan, negando que las grietas entre los espacios de la confluencia se estén ampliando. Pero el mapa de las listas ofrece una imagen algo diferente. Catalunya en Comú está encontrando serios problemas para cerrar el puzle municipal manteniendo cierta coherencia entre una y otra ciudad.

La candidatura que probablemente está más cocinada es la de Barcelona, donde Colau ha tejido una lista a su gusto. Pero en ciudades como Badalona, Terrassa o Sabadell por el momento se mantiene la división de las candidaturas de izquierdas. En Badalona por ejemplo, Guanyem, donde se situaron sectores de la CUP, Comunistes o EUiA, está a punto de cerrar un pacto con ERC, mientras que los 'comuns' han lanzado una lista alternativa a la que aún no han sumado a la sección local de Podem. En Terrassa el mapa es diferente, y son EUiA e ICV quienes se han aliado para formar una lista alternativa a la de los 'comuns'. La confusión de siglas se repite en otros muchos municipios.

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