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Las situaciones de racismo aumentaron un 24% durante 2019 en Catalunya

Manteros piden ante la cárcel Modelo la libertad de compañeros encarcelados.

Pol Pareja

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Los casos de racismo aumentaron un 24% en Catalunya durante 2019, según el recuento que aporta cada año S.O.S Racisme con los datos de su servicio de Atención y Denuncia. Los casos identificados como racismo por esta entidad pasaron de 151 en 2018 a 188 en el año pasado. De los casos de 2019, 19 se han identificado como delitos de odio y el resto como discriminaciones.

La desconfianza en el sistema judicial y la vulnerabilidad de muchas personas que sufren racismo en Catalunya permite que muchas situaciones nunca lleguen a las autoridades: uno de cada tres casos nunca se denuncia, según el mismo informe. La cifra de casos que no se denuncian, sin embargo, supone una ligera mejora respecto a los datos del año pasado -cuando el 53% de las situaciones no llegó a las autoridades.

“No hay que interpretar el aumento de los casos como un aumento del racismo sino que ha mejorado su visibilización”, opina Alícia Rodríguez, coordinadora de este servicio de denuncia de S.O.S Racisme. “Las actuaciones de particulares y administración pública no han mejorado demasiado, pero sí ha mejorado nuestra apuesta para aumentar las posibilidades de comunicarse con nosotros”.

La mayoría de los casos que ha detectado esta entidad se dieron entre particulares (50%) pero la segunda causa identificada por la entidad son las agresiones y abusos por parte de cuerpos y fuerzas de seguridad del estado (28 casos, el 15% del total). Según remarcan desde esta entidad, cuando hay agentes de seguridad implicados aumentan todavía más los casos que no se llegan a denunciar hasta el 36%.

“En estas situaciones, muchos de los afectados se ven con una contradenuncia de los cuerpos policiales que en muchas ocasiones sirven para argumentar y justificar situaciones desproporcionadas”, prosigue Rodríguez, que recuerda que esto genera desconfianza en el sistema judicial en estas personas que sufren racismo. “Son personas que parten de un punto de vista muy distinto al nuestro: vendedores ambulantes, trabajadoras sexuales, jóvenes migrantes que viven en la calle…”, remacha.

El otro dato que preocupa a S.O.S Racisme es que, por segundo año consecutivo, la tipología de casos más numerosa se da en el ámbito de convivencia entre particulares, suponiendo el 50% de las situaciones. “Hablamos de situaciones en la calle entre vecinos o bien entre personas que viven en la misma escalera, por ejemplo”, apunta la coordinadora del servicio de denuncia.

La discriminación durante el estado de alarma

Los responsables de S.O.S Racisme temen que el estado de alarma fomente un repunte de las situaciones de discriminación en las que están involucradas fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. De las 12 situaciones que les han llegado durante las últimas semanas, en 7 había cuerpos y fuerzas de seguridad implicados.

“El Estado de Alarma fomenta este tipo de situaciones”, señala Karlos Castilla, miembro de la entidad y doctor en Derechos Humanos. “Y lo peor es que a la ciudadanía le cuesta mucho más denunciar o ser testigo porque prácticamente no hay nadie en la calle”.

Castilla recuerda que la mayoría de personas que están en la calle estos días son racializadas porque muchos trabajan en servicios esenciales. De esta manera, ha criticado duramente los operativos de seguridad que de manera paralela se convierten en operativos de revisión de documentación de extranjería, como el que se organizó el sábado pasado en el barrio del Raval.

“Es muy peligroso vincular las acciones y operativos de seguridad con acciones de control de extranjería”, ha afirmado. “Se manda el mensaje de que los delincuentes son los extranjeros y se estigmatiza mucho a un colectivo en concreto”.

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