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Un paseo guiado por los jardines del Infantado: “Deberían estar más valorados y mejor conservados”

Jardines del Palacio del Infantado en la actualidad

Carmen Bachiller

Forman parte del patrimonio quizá más desconocido de Guadalajara. Los jardines del Palacio del Infantado tienen su origen en el siglo XIV aunque su diseño, tal y como hoy lo conocemos, es muy posterior. Fueron inaugurados el 21 de mayo de 1987 de acuerdo al proyecto que realizaron los arquitectos José Ignacio del Castillo, Alberto Cuesta y Domingo Torcal, bajo el gobierno del entonces alcalde, Javier de Irízar. 

Estos y otros muchos datos son los que contarán Cristina Pacheco, Antonio Durán y Aída Salas a todos aquellos que quieran participar en las visitas guiadas por los jardines previstas para este viernes a las 19 horas. La actividad estaba ya programada antes de que el Ministerio de Cultura sugiriese a la Junta el cierre temporal del Palacio debido a la detección de problemas de aluminosis en su estructura. 

Este miércoles, los miembros de JardiCultura ofrecían una chala en el Centro Joven de la ciudad sobre los 'Orígenes y Actualidad' de estos jardines, con descripciones  de los estilos paisajísticos propios de cada época. Una conferencia que supone el resultado de un trabajo de investigación y estudio realizado por miembros de la asociación en la colaboración del Museo Provincial de Guadalajara, la Biblioteca Provincial, el Ayuntamiento de Guadalajara, el Archivo General de la Administración en Alcalá de Henares y el Archivo Municipal.

Cristina Pacheco explica a eldiarioclm.es que no hay mucha documentación sobre la historia más antigua de los jardines, “la que tenemos es muy reciente” pero, comenta, “intuimos que se adaptaba al gusto renacentista de la época”. Posiblemente jardines con cipreses, bojes, mirtos...

“En el Renacimiento se estilaba el parterre con mucha flor, pero con el clima que tenemos la vegetación ha sido bastante constante aunque en el Medievo las flores fueran fundamentales: lirios, azucenas... Aunque no limoneros o naranjos tan típicos de los jardines hispano-árabes”.

Hoy en día, aunque los jardines tratan de imitar a lo que allí hubo en otras épocas, tienen un diseño “moderno”. Cristina Pacheco cree que a estos jardines “se les debería dar la importancia que tienen. Deberían estar más valorados por la ciudadanía y mejor conservados”. La paisajista confía en que la iniciativa, que ya realizaron hace ahora cuatro años “y estuvo muy bien aunque fue en invierno”, sirva “para que los ciudadanos le cojan cariño a los jardines”.

Lamenta el “abandono de Guadalajara en el plano histórico”. ¿Deberían incluirse los jardines como reclamo turístico para los visitantes“, le preguntamos. ”Deberían serlo“, afirma con rotundidad. 

Una historia para conocer

Fue en torno a 1376, cuando Don Pero González de Mendoza construye, en el actual solar del Palacio del Infantado, un magnífico edificio, “una casona y uno un palacio” y además consigue, del concejo de Guadalajara, unos terrenos adyacentes a él para que pudiese tener jardín del que poco se sabe.

Casi un siglo después, en 1480, el II duque del Infantado hace demoler la antigua mansión de Don Pero y comienza a construir el actual Palacio del Infantado en estilo gótico‐mudéjar. No se olvida del jardín y lo integra en un sistema altamente sofisticado de acequias, surtidores, fuentes y estanque que se desarrollaba tanto en el interior como en el exterior del palacio, “donde se supone que además había huertas”, explica Cristina Pacheco. 

Así nos lo atestiguan multitud de fuentes documentales. Será el V Duque quien, a partir de 1570, reforme el palacio y sus jardines, dándoles una impronta manierista. De las modificaciones que se llevaron a cabo en el jardín existen gran cantidad de interesantes documentos. A partir de que la VI duquesa trasladara su residencia a Madrid en la primera mitad del siglo XVII, el Palacio del Infantado inicia un proceso de deterioro que apenas se atenúa cuando, en 1878, se instala en él el Colegio de Huérfanos del Ejército. Y no es hasta el siglo XIX, cuando aparece una fotografía con imágenes claras de los jardines, pero que en poco se debían parecer a los que debió disfrutar el V Duque.

En 1936, el Palacio sufre un incendio, como consecuencia del bombardeo de la aviación nacional, que lo dejará prácticamente destruido. En la reconstrucción del edificio comenzada a mediados del siglo XX, aparentemente no se tuvieron en cuenta los jardines. Los que hoy podemos disfrutar, y que datan de los años 80, ocupan el mismo espacio que en sus orígenes “aunque hubiera pequeñas casetas que se han documentado”, señala Cristina Pacheco. 

Las inscripciones para participar en las visitas están abiertas y pueden formalizarse en el correo electrónico abrazaelinfantado@gmail.com

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