La Comunitat Valenciana registra 5,77 reacciones adversas por cada 1.000 vacunas aplicadas y la de AstraZeneca presenta la tasa más baja
La Comunitat Valenciana ha administrado un total de 995.408 dosis de la vacuna contra el coronavirus, según el dato proporcionado el jueves por la Conselleria de Sanidad. Por provincias, 117.743 en Castellón, 353.399 en Alicante y 524.266 en Valencia. Han recibido las dos dosis 278.710 personas.
Pese a que se ha puesto el foco en la vacuna de AstraZeneca, después del informe de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) que encontraba un vínculo de unos pocos casos de trombos (entre los casi 20 millones de vacunados en el continente con estas dosis) con la vacuna, aunque no recomendaba limitaciones de edad, desde el departamento que dirige Ana Barceló informan de que este suero es el que cuenta con una tasa más baja de efectos secundarios.
En concreto, la tasa de acontecimientos adversos notificados para las tres vacunas que se están inoculando en la Comunitat Valenciana es de 5,77 casos por cada 1.000 dosis administradas. Por laboratorios, 4,48 casos notificados por cada 1.000 dosis administradas corresponden a Oxford/AstraZeneca; 5,86 a Biontech/Pfizer y 9,17 a la vacuna de Moderna.
Desde Sanidad comentan que suele tratarse de reacciones previstas en las fichas técnicas de las vacunas y las más frecuentes son fiebre, dolor en la zona de inyección, cefalea, mareos, náuseas o diarrea.
La mayoría de las veces (el 81,59% de casos notificados) han sido los propios profesionales quienes han comunicado la reacción adversa en el Sistema de Información Vacunal tras el correspondiente aviso del paciente. El 18,41% restante ha sido notificaciones a través de la web www.notificaram.es del Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano, a la que también tiene acceso la ciudadanía.
Las tres vacunas que se están utilizando en la Comunitat Valenciana son igualmente válidas para proteger contra la infección y, por si sobreviniera alguno de los efectos adversos referidos en el prospecto, el proceso de vacunación no concluye con el pinchazo.
Según explican desde Sanidad, la persona recién vacunada permanece en observación al menos 15 minutos. El tiempo es variable porque antes de la administración de la vacuna, el personal facultativo se entrevista con ella y le pregunta sobre patologías previas, reacciones alérgicas conocidas, contactos o contagios COVID 19.
En función de las respuestas, se determina si el candidato o la candidata es apta para recibir la vacuna (hay casos, el embarazo por ejemplo, en que no se recomienda) y qué riesgo existe de que pueda desarrollar reacciones adversas. A más peligro, más tiempo de observación post-vacunación.
Antes de recibir la vacuna, también se comunica al candidato o candidata que todas las vacunas protegen de la infección, pero que no pueden causarla porque carecen de capacidad infectiva, así como que la vacunación reducirá la probabilidad de enfermar gravemente y de morir, pero que él o ella deberá continuar con las medidas preventivas para reducir la transmisión.
El equipo médico también informa de posibles inconvenientes porque la vacuna, como todos los medicamentos, puede producir efectos adversos. No siempre aparecen y cuando se dan, la mayoría son leves y de duración breve.
Los más habituales son dolor en el lugar de la inyección, sensación de cansancio, dolor de cabeza, fiebre, escalofríos o dolor articular. Excepcionalmente se han registrado casos de anafilaxia (reacción alérgica grave) en personas con antecedentes y todas se recuperaron con la administración de adrenalina.
Sobre los dos casos de personas hospitalizadas y ya dadas de alta tras haber sufrido trombos después de inyectarse la primera dosis de AstraZeneca, fuentes de Sanidad explican que son casos que están dados de alta en el servicio de alerta de farmacología para su investigación, pero que de entrada los episodios no tienen por qué estar relacionados con la vacuna, si bien en todo caso es algo que deberá resolver el mencionado servicio.
En el caso de la vacuna de AstraZeneca insisten en que tras la evaluación de los datos disponibles, la Agencia Europea de Medicamentos ha concluido que existe una posibilidad muy baja de que se formen pequeños coágulos en diversos vasos sanguíneos. Añade, además, que a la hora de valorar este riesgo hay que tener en cuenta que la propia COVID 19 se asocia con eventos trombóticos en los pacientes que la sufren.
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