La secció que es proposa pretén ser un espai dedicat a tot el relacionat amb les festes de València, en el qual les Falles i tots els sectors culturals vinculats a les mateixes tinguen un especial protagonisme.
Fallas: El origen de una fiesta que aspira a ser Patrimonio de la Humanidad
El próximo mes de noviembre puede ser histórico para las Fallas. Ese será el momento en el que la Unesco decidirá si las declara Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Este organismo de Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura, con sede en París, estudia actualmente las propuestas de diferentes países. Por parte de España, la fiesta grande de Valencia fue la elegida en octubre del pasado año para aspirar a este reconocimiento.
Así, tanto la capital, que aglutina 350 comisiones falleras (asociaciones festeras) y un censo de unos 105.000 falleros, como las diferentes localidades de toda la Comunitat Valenciana en las que se celebran las Fallas, viven volcadas en conseguir esta distinción que supondría una mayor proyección internacional para la fiesta.
Y es que, varias son las bazas con que cuentan las Fallas para que finalmente sean las elegidas por la Unesco. En primer lugar, se trata de una fiesta de gran tradición, con más de un siglo de historia, en la que además del arte y la técnica que conlleva el modelado y pintado del monumento, se mezclan elementos de gran valor cultural como la música de las bandas, la pirotecnica, la indumentaria o la gastronomía.
Desde las instituciones se están llevando a cabo varias iniciativas encaminadas a dar apoyo a la candidatura de las Fallas. Por ejemplo, vía Twitter se ha creado el hastag #FallesUNESCO para mandar mensajes de apoyo. También se ha lanzado una campaña de recogida de firmas a través de change.org, en la que ya han participado más de 9.000 personas.
Una fiesta creada por el pueblo
Pero, ¿cuál es el origen de esta fiesta? Ríos de tinta han corrido para tratar de dar respuesta a esta pregunta y varias son las teorías románticas que se han popularizado al respecto, aunque el verdadero origen sigue siendo a día de hoy una incógnita.
El estudio más riguroso que se ha realizado hasta ahora es obra del vicerrector de Cultura de la Universitat de València, Antonio Ariño, y queda plasmado en su libro 'La Ciudad Ritual'.
Según la documentación recabada en este trabajo, las Fallas no fueron impulsadas inicialmente por el gremio de carpinteros, como siempre se ha pensado, sino que partieron de la inciativa de los vecinos de la ciudad, como síntesis y reelaboración de diversas prácticas festivas y rituales, en un proceso que se fue modelando desde mediados del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX.
En este proceso, las hogueras y los fuegos que se hacían en la tarde de San José convergieron con el ritual de la exposición y quema del ninot (muñeco) de media cuaresma, una costumbre que se llevaba a cabo en muchas regiones españolas y que incluso se exportó a otros países, la cual servía para exponer y criticar hechos y personas de la vida local, que conectaba con toda una serie de prácticas de carácter crítico (coloquios, publicaciones, sainetes, etc..).
Las Fallas son, por tanto, una fiesta vecinal. Son los vecinos los que la organizan, pero desde el primer momento sería habitual la participación de profesionales y artesanos que colaboraban aportando sus habilidades y destrezas técnicas.
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La secció que es proposa pretén ser un espai dedicat a tot el relacionat amb les festes de València, en el qual les Falles i tots els sectors culturals vinculats a les mateixes tinguen un especial protagonisme.