“Esta tarde Juana me ha dejado en la puerta del teatro. Sin avisar, hoy miércoles 16 de septiembre, Daniel ha venido a verme. Hacía por lo menos un año que no nos veíamos. Pasó al camerino entre función y función. Y mientras yo cenaba, hemos hablado. Hemos hablado mucho. De repente, he sido capaz de decirle lo que tanto tiempo he tardado en confesarme a mí misma. Y me siento vacía”.
Con estas palabras de la actriz protagonista Lola Herrera se inicia Función de Noche, esta rara avis dentro de la cinematografía española dirigida por Josefina Molina en 1981, que acoge este jueves 6 de octubre a las 19.00h Imprevisual Galería de Valencia.
Función de noche relata esa confesión. Confesión que Lola Herrera mantuvo en ese camerino del teatro con su ex marido el actor Daniel Dicenta. La cámara de Josefina Molina capta las desgarradoras palabras que Lola Herrera y Daniel Dicenta se confesaron sobre su vida, sus deseos, sus frustraciones y, sobre todo, sobre su fracaso matrimonial. Una confesión catártica, atravesada por palabras de dolor, de miedo, de angustia, de rabia, de impotencia. Sobre todo para esa mujer, Lola Herrera, que al igual que Daniel Dicenta, se interpretan a sí mismos.
Una confesión de una hora y media grabada en directo y sin cortes. Confesión que en su tramo final Lola Herrera inicia atrapada en un llanto sufriente y termina con un tono de serenidad y esperanza.
“Esperaba todo del matrimonio. Me sentí tan mal, porque pensaba que era una mierda. Tengo un complejo que me muero, no me acepto. Nos han estafado. Me he estafado. Tengo 46 años y ya no voy a descubrir el amor. (…) Yo quiero un futuro; sola. No creo en el hombre (…) Quiero tener paz. Mi vida ha sido una guerra. Me he comprado una casa en el campo. Quiero irme allí. Quiero tener paz”.
Mirada feminista
Una confesión que Josefina Molina narra desde el hacer cinematográfico del cinéma vérité. Un hacer cinematográfico documental que quiere atrapar con una espontaneidad expresiva y en tiempo real la verdad de la realidad. La directora, a través de la estética documental del cinéma vérité, mostró la verdad de una confesión matrimonial y dio voz, a través del personaje real de Lola Herrera, a una mujer a la que no habían escuchado, ni se había escuchado nunca.
Josefina Molina ha declarado en numerosas entrevistas que la película “sólo tenía una pretensión: hablar de una generación de mujeres. Con la utilidad que pudiese servir a esas mujeres para reflexionar, saber sobre su propia vida y ser testimonio de una época, de una forma de educar a las mujeres y de las vivencias, relaciones entre hombres y mujeres en aquella época de la dictadura”.
Una pretensión muy acorde con el planteamiento de las directoras feministas norteamericanas y alemanas de la década de los setenta. Unas directoras, avaladas por el movimiento feminista, que realizaron documentales de corte social o intimista donde las mujeres protagonistas contaban sus experiencias de la vida, del trabajo, de la política, de la sexualidad con el intento de concienciar a la audiencia de la opresión y dirigirla hacia una acción política feminista. Función de Noche, el documental de Josefina Molina, transpira conciencia y mirada feminista.