¡Señoras y señores, críticos y críticas, artistos y artistas, comisarios y comisarias de todas las edades, pasen y vean! ¡Bienvenidos al más grande, peligroso, increíble, espectacular y maravilloso mundo del Arte! La galería Mr. Pink nos acerca el maravilloso mundo del arte de Dorotea Von Totó y Tod Hunter, desde el jueves 14 de enero.
Si tienen a bien asistir a la representación, podrán conocer el trabajo de dos artistas emergentes, dispares y opuestos en sus planteamientos conceptuales y formales, insolentes o ilusorios, con los pies en el fango, o aupados sobre nubes, en un juego de espejos de feria donde la verdad se presenta como ficción y viceversa. Una exposición para aquellos que quieran no sólo ver sino también mirar.
Pasen y vean, señoras y señores, la obra de Dorotea Von Totó, joven artista gallega de sangre islandesa, una meiga del flúor que transita por senderos de baldosas amarillas haciendo de la carencias (físicas y económicas, en su caso), virtud. Sus trabajos se articulan a través del lenguaje plástico del collage, realizados con materiales básicamente adquiridos en bazares chinos, en un juego ‘apropiacionista’ como base de su delirio imaginativo.
La inocencia y la puerilidad, falsamente representadas, son sus realidades, pobladas de seres inexistentes pero que en parte conservan sus raíces humanas. Es difícil despejar la incógnita de si son humanos mutados, cíborgs o sencillamente seres venidos de otros mundos: ¡su mundo! La figura humana femenina tiene una evidente presencia en la obra de DVT. Siempre representada con una sonrisa, (a veces amarga, y en ocasiones infantil y absurda), que contrasta con los miembros amputados y sustituidos por prótesis. Podría deducirse de esta fórmula que estos personajes femeninos reivindican una belleza diferente, una anatomía alejada de los cánones y una falta de pudor en mostrar el “horror” de forma casi obscena.
Y eso no es todo. ¡Pasen y vean! Podrán conocer al también emergente Tod Hunter, artista californiano (pero residente en España desde hace años) cuya obra, aunque sea difícil de clasificar y vaya a contracorriente de modas y teorías, no lo convierte en ‘brut’ ni en ‘primitivo’. Y el hecho de que su trabajo sea solitario y onanista no tienen por qué hacer de él un outsider.
Eso sí: arte destroyer, arte gestual, protesta naïf de mimbres furtivos, arte de grafiteros, arte de chaperos, arte visionario, taleguerismo, talento revelado o puro escapismo, y hasta pintura de puertas traseras de los servicios de grandes superficies.
Todo ello, y a la vez nada de ello, es Tod Hunter, que hace de su vida una permanente performance para desmontar las evidentes formas de control de lo políticamente correcto, no eligiendo sutiles ironías, sino burdas expresiones pictóricas. A Hunter le interesa mucho cómo la construcción del pensamiento se da (por lo general) a través del sexo. Observa el sexo a través del quehacer de la pintura y el dibujo, tomando estas acciones como procesos orgánicos e impredecibles para volver a capturar la armonía y mística que el acto sexual otorga a quien lo observa. Tod Hunter, y es evidente, asume su carácter mundano, sus temáticas más o menos banales.
Porque sabe que en todo momento transmite, a quienes contemplan sus dibujos, el goce de la visión, el placer de ver. Dibuja haciendo aparecer una imagen que no es la de la apariencia natural de las cosas, pero que tiene la fuerza de la realidad. Porque Tod Hunter sabe lo que es sentirse excluido, marginado. Y su cuerpo se transforma en campo de batalla. En sus dibujos se resalta claramente que lo personal es político, y es en el propio cuerpo donde se libran las batallas cotidianas.
¡Pasen y vean! Y todos ellos capitaneados por el abajo firmante, aprendiz de brujo, de furrier y de rapsoda, de este retablo de las maravillas en que a veces deviene el arte contemporáneo y toda su parafernalia, volcando todo mi coraje en descubrir artistas escondidos en los márgenes de las redes sociales que encuentran difícil llegar a los cauces tradicionalmente expositivos.
¡Pasen y vean, y tengan siempre presente que el Arte es un puñetero circo donde nada es verdad ni es mentira, sólo un hiperbólico trampantojo que nos deslumbra y fascina a partes iguales! ¡Es por ello por lo que aquí seguimos!