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El nazi detenido en Alcoi aseguró que quería “iniciar la violencia armada en las calles” contra políticos y fiscales

La Policía investigaba a este grupo de ultraderechistas desde marzo de 2020

Alberto Pozas

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Hace dos semanas la Policía Nacional ejecutaba la 'operación Ario' y detenía a 7 personas relacionadas con un grupo de ultraderecha. Un grupo con miembros en Alicante, Barcelona y Madrid que se dedicaba, sobre todo, a difundir propaganda nazi y fascista y, en algunos casos, a almacenar armas blancas y armas de fuego. La documentación del caso, a la que ha tenido acceso elDiario.es, apunta a que alguno de sus miembros tenía pensado dar el salto a la violencia aunque, según se desprende del sumario, no tuvieran capacidad operativa: “Para el año que viene planeamos iniciar la violencia armada en las calles”, dijo uno de ellos. En los registros se intervinieron listas con matrículas de coches que el cabecilla atribuyó a políticos independentistas catalanes y también con nombres de representantes de PSOE, Podemos y de distintos miembros de la Fiscalía. Y un manual para fabricar explosivos caseros.

La investigación, coordinada por el juzgado 3 de Alcoy, arrancó en marzo de 2020, cuando la Policía Nacional recibió una denuncia anónima que alertaba sobre la existencia de un grupo de WhatsApp con más de 100 personas llamado “NacionalDemocrata”. Un grupo en el que participaban varios acusados y en el que continuamente se lanzaban soflamas ultraderechistas es José R.M, autoproclamado líder del Partido Nacional Demócrata. Una formación que no está registrada como partido político pero que, según dijo su cabecilla ante la Policía Nacional, cuenta con una treintena de seguidores en todo el país y cuyo nombre no es del todo desconocido en la localidad alicantina de Alcoi aunque no tenga ningún tipo de estructura.

El 11 de octubre de 2021 la sede del colectivo LGTBI 'Ponts d'Igualtat' amaneció con una bandera LGTBI quemada, signos de quemaduras en la fachada y un papel en el suelo: el águila imperial hitleriana portando el yugo y las flechas falangistas en vez de la esvástica con el nombre del Partido Nacional Demócrata y un mensaje en mayúsculas. “Contra el separatismo y sus cómplices”, decía. En su declaración ante los policías, este detenido afirmó haber colocado esa propaganda, haber participado en una agresión a un hombre junto con ultras del Espanyol e, incluso, haber hecho pintadas fascistas y nazis en la sede de Podemos en Alcoi. El partido nunca ha denunciado una agresión de esas características en su sede de Alcoi pero sí en otra de la provincia de Alicante, como Elche.

Este hombre de 56 años, detenido en el año 2000 en el metro de Barcelona por un robo, es considerado por la Policía Nacional como el impulsor de este grupo que, además de difundir propaganda nazi y racista en diversas redes sociales y blogs, estaba preparándose para algo más. En una conversación intervenida por los investigadores el pasado mes de noviembre, por ejemplo, este ultraderechista hablaba con una tercera persona no identificada: “Para el año que viene planeamos iniciar la violencia armada en las calles”, dice, para añadir que “un fusil de francotirador faltaría”. Su interlocutor, no identificado por ahora, le da muchas posibilidades: “Las armas… las diseñamos y fabricamos nosotros. Soy ingeniero industrial y tengo experiencia en el diseño por ordenador y varios de mis compañeros de armas son expertos en química”. La idea del francotirador le parece bien: “Contamos con fusiles de asalto subfusiles pistolas y grandes cantidades de explosivos… El fusil con silenciador y con un alcance de 2000 metros”.

No hay constancia de ningún preparativo por su parte para estos supuestos ataques y el sumario no recoge que, por ejemplo, se vieran en persona o mantuvieran conversaciones grupales por este motivo. Pero este detenido no era el único que dejaba por escrito su intención de perpetrar acciones violentas, según el contenido del atestado. Otro investigado, J.V.G.R, afirma que “habrá que pedir ayuda de los skinheads” cuando en octubre una tercera persona no identificada afirma que “hay que empezar a regar las calles de España con sangre mora”.

En esos chats también participaba un excandidato de la ultraderecha catalana, Modesto R.P, que a veces hablaba de pegar carteles pero a veces hablaba de violencia: “Hay que llevarse por delante a estos perro (sic) moros y al fiscal de odio”, dijo por ejemplo en una ocasión. Este es el detenido en cuya casa se incautó, entre otras cosas, un manual para elaborar explosivos caseros que ahora examinan los investigadores para conocer su alcance.

Uno de los interlocutores de estos miembros destacados del grupo era, según la Policía Nacional, un ultraderechista conocido en España y en Francia. Lionel R.G participaba también en estos chats, y el atestado recoge cómo la Subdirección Antiterrorista de Francia alertó de sus vínculos por internet con una persona arrestada en ese país por enaltecer al terrorista noruego de extrema derecha Anders Breivik, autor de la matanza de Utoya en 2011. Estos dos últimos miembros del grupo sí habían dado un paso más y, según la Policía, hacían “vigilancias para cometer algún tipo de acción que conllevaba riesgos, posiblemente de carácter violento”.

El atestado no recoge el resultado o contenido de estas vigilancias pero sí lo que encontraron los agentes en casa de José R.M en Alcoi: listados de placas de matrícula de vehículos que, según la Policía, son “pertenecientes a supuestos independentistas catalanes” así como también una lista “con nombres de miembros de Unidas Podemos y el Partido Socialista” que, según los investigadores, podrían ser objetivos. “Sugieren que se hallaban en un proceso de fijación de objetivos operativos personales que podrían constituir el foco de alguna acción directa contra ellos”, dice el atestado. Él mismo reconoció en el juzgado que eran matrículas de vehículos de políticos catalanes, pero no del momento actual sino de la época en la que él vivía en Barcelona.

Armas, políticos y fiscales

En sus declaraciones policiales –que tendrán que ser ratificadas o no en sede judicial– uno de los acusados apuntó a otro y aseguró que ese grupo de WhatsApp con más de 100 personas no estaba sólo para soltar soflamas ultraderechistas. “Organizaba viajes para desplazarse a Barcelona, con la intención de agredir a personas de corte independentista, motivado por su odio hacia ellos o hacia las personas de ideología de izquierdas”, recoge el atestado.

Entre la lista de nombres que la Policía considera como posibles objetivos del grupo no sólo hay independentistas y políticos de PSOE y Podemos. También hay fiscales en un listado encontrado en casa de otro detenido: María Teresa Verdugo (fiscal delegada de delitos de odio en Málaga), José Javier Polo (fiscal en la Audiencia Nacional hasta que recientemente se pasó a la abogacía) o Jacobo Fernández (fiscal de criminalidad informática en Málaga). Junto con ellos hay otros no relacionados con la política o el Ministerio Público y el atestado no explica si los investigadores han recogido más pruebas que permitan deducir si habían puesto algún tipo de preparativo en marcha.

Los propios agentes explican en el atestado que el grupo ha sido desarticulado en una fase muy embrionaria: “Se desea destacar la importancia de la intervención temprana que ha llevado a la desarticulación de este grupo”, dice el atestado. Pero esta intervención rápida de la Policía, dicen los investigadores, no implica que no hayan encontrado pruebas en los registros domiciliarios que apunten en la dirección de la violencia. “No es en absoluto descartable que la continuidad de sus actividades hubiera podido cristalizar en acciones concretas de ataque a nivel personal”, dicen los agentes. Los investigadores, por ahora, no les atribuyen una capacidad operativa suficiente para perpetrar un ataque de estas características pero sí hay indicios preocupantes.

Lo dicen porque junto con las listas de nombres y las supuestas vigilancias los agentes encontraron armas en algunos domicilios. En casa de Modesto R.P en Barcelona, por ejemplo, un revólver “en perfecto estado de funcionamiento”, munición para una pistola del calibre 22 y un “manual de fabricación de explosivos”. Las imágenes difundidas por la Policía Nacional tras el estallido de la 'operación Ario' reflejan no sólo simbología nazi y diversas armas blancas sino un cuaderno negro llamado “Manual de explosivos caseros”.

Hay más detenidos, acusados de participar en la difusión de propaganda nazi a través de las redes sociales en posibles delitos de odio, entre ellos un matrimonio de avanzada edad de Barcelona. También hay imputado un vecino de Torrejón de Ardoz por, supuestamente, recibir y repartir propaganda de este Partido Nacional Demócrata, y la Policía especula con su presencia en una de las concentraciones y actos de acoso protagonizados frente al domicilio de Pablo Iglesias e Irene Montero en Galapagar el año pasado.

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